¿Cómo votó cada barrio de Montevideo en el referéndum de la LUC?

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Persona metiendo su voto en la urna. Foto: Estefanía Leal.
Referendum contra 135 articulos de la Ley de Urgente Consideracion, en Montevideo, ND 20220327, foto Estefania Leal - Archivo El Pais
Estefania Leal/Archivo El Pais

VARIACIÓN DE VOTOS

Tras el escrutinio primario, se confirmó que a mayor edad aumenta el respaldo al No.

Aclaración: en una versión anterior de esta nota se tituló "El Sí triunfa en la costa de Montevideo, mientras que el No lo hace en 54 barrios" por error. Ofrecemos disculpas.

Montevideo sigue siendo un bastión de la izquierda. Fue el departamento en donde la propuesta del Sí a la derogación de los 135 artículos de la LUC alcanzó su mayor porcentaje: 55,9% de los votos válidos. Pero a la interna de la capital, el peso de cada uno de los dos bloques en disputa varía barrio a barrio.

En la franja costera del sureste -esa que se extiende desde Punta Carretas a Carrasco siguiendo la ribera del Río de la Plata- triunfó la papeleta celeste por el No. Fue allí donde la coalición multicolor votó mejor en las pasadas elecciones presidenciales y es allí donde los partidos que integran el gobierno tuvieron una mejor performance en los comicios departamentales haciéndose de los municipios CH (Pocitos y Punta Carretas, entre otros) y E (Carrasco y Punta Gorda y zonas aledañas).

Pero los resultados del escrutinio primario del referéndum de la LUC -y a falta del conteo de los votos observados- muestran que la papeleta celeste también triunfó en Parque Rodó y el Centro, dos barrios que otrora eran de mayoría frenteamplista y con fuertes bases sindicales (los dos principales colectivos promotores de la consulta popular). De todas formas, en esa zona la diferencia fue mínima (entre la papeleta rosada y la celeste hubo menos de un punto porcentual de distancia).

Más parejo aún fue el resultado en Cordón y Malvín. En estos dos barrios las papeletas rosadas superaron a las celestes, pero por el peso del voto en blanco (que sumaba a favor del No) la opción de derogar los 135 artículos no superó el 50% + 1 de los votos.

En todos los otros 52 barrios de la capital ganó el rosado, al punto que en nueve de ellos el Sí superó los dos tercios de los votos válidos: La Teja, Pérez Castellanos, Cerro, Belvedere, Las Canteras, La Paloma, Nuevo París, Casabó y Tres Ombúes (en este último hasta superó el 76%).

Una de las tensiones más notoria de la campaña se vivió dos semanas antes del llamado a las urnas, cuando un hombre gritó a militantes del No: “Acá en el Cerro aguante el Sí”. La comunicadora militante Florencia Porro, una de las que se encontraba en el lugar entregando propaganda celeste tuiteó entonces: “Hablan de democracia, pero te quieren echar de un barrio. Así me gritó Germán -nombre del supuesto agresor según denunció en las redes-, por defender ideas distintas a las del Sí”.

En el Cerro el 67,5% de los votos válidos fue para el Sí; 31,5% al No; y el restante 1% sufragó en blanco.

En el barrio que según el Censo de 2011 concentra a la mayor proporción de habitantes con al menos una necesidad básica insatisfecha, Casavalle, el apoyo explícito a la ley buque insignia del gobierno (papeleta celeste) fue del 37,8%. Esa zona perteneciente al Municipio D había sido una de las más diputadas en las elecciones nacionales de octubre de 2019. En aquel entonces Cabildo Abierto había conseguido una buena adhesión de parte de ese electorado que, a juzgar por los comicios posteriores, luego retornó al Frente Amplio.

Cualquiera de estas comparaciones es apenas una aproximación al pulso del electorado, dado que una elección no es comparable con otra, así como tampoco es equiparable el voto al No con la coalición multicolor y el Sí con el Frente Amplio. En esa misma línea, los colores con los que se pintó el mapa de Montevideo según quién alcanzó el 50% + 1 de los votos en el referéndum no refleja exacto los pesos de cada bloque. Por un lado, la costa sureste (con barrios como Pocitos y Buceo) ocupa menos territorio, pero concentra la mayor cantidad de población por metro cuadrado (mayor densidad). Por otro, en 15 barrios la distancia entre las papeletas rosadas y celestes no superaron los 10 puntos porcentuales. Por último, en el barrio La Figurita se dio la mayor cantidad de votos anulados en relación a los votos que se emitieron (sin contar los observados): 4,8%. A la inversa, en Punta Carretas se dio la menor proporción de anulados: 2,6%.

Jóvenes vs. viejos

La papeleta rosada superó el 50% de los votos válidos en la mayoría de los circuitos con promedios de edad más jóvenes. Acorde se avanza en las franjas etarias de los electores -siempre a juzgar por el promedio de edad de los circuitos- se fortalece el voto de la papeleta celeste.

El voto en blanco fue más bajo en aquellos circuitos cuyos promedios de edad eran inferiores a 33 años (por debajo del 1%, cuando el promedio país fue 1,3). En esas mismas mesas receptoras de votos el Sí consiguió dos tercios de los votos válidos.

La socióloga Mariana Pomiés, de la consultora Cifra, había dicho a El País que, a diferencia de elecciones anteriores, los más jóvenes estaban más seguros de su voto que algunas franjas etarias más adultas. “Es probable que los artículos discutidos sobre la gestión de la Policía les sea particularmente sensible a los jóvenes. Son los que más salen de noche”, había interpretado.

Como en Uruguay el voto es secreto desde la ley Constitucional de 1915 y es imposible establecer una relación exacta entre la edad del elector y su voto, aquí se presenta un aproximado en base a los promedios de edad de los circuitos.

Según Rafael Porzecanski, director de Opinión Pública de la consultora Opción, “hay un corte generacional importante” expresado en el voto. En su análisis realizado ayer en Telenoche, Porzecanski explicó: “tanto en el balotaje como en el referéndum hay una diferencia aproximada de 14 ó 15 puntos en favor del Sí o de la izquierda en las generaciones más jóvenes y también en la generación de 35 a 49 años. No hay solo un corte territorial entre oficialismo y oposición, sino también uno generacional”. Colaboración: A. Baliño, V. Caredio, J. I. Da Silva, J.P. Ferreira.

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