CIEN AÑOS DE ELECCIONES: 1958
Obtuvo una amplia victoria electoral, que alcanzó a 18 de los 19 departamentos del país.
Las elecciones del 30 de noviembre de 1958 marcaron el mayor giro en el curso de la política uruguaya del siglo XX, con el amplio triunfo del Partido Nacional: más de 120.000 votos de ventaja sobre el Partido Colorado, mayoría parlamentaria y 18 de las 19 intendencias, incluyendo Montevideo por primera y hasta ahora única vez. Después de 93 años, los blancos volvían al poder.
La suma de tres circunstancias, aseguran historiadores, determinó ese resultado: por primera vez desde 1930 todos los blancos votaron bajo el mismo lema; el acuerdo entre Luis Alberto de Herrera y el movimiento ruralista y finalmente el desgaste del batllismo gobernante en ese momento, acosado por una crisis económica como hacía mucho no se veía. Para Herrera representó la culminación de una vida de luchas políticas, si bien ya no era candidato en razón de su avanzada edad (85 años).
Para 1958 todos los dirigentes del Partido Nacional Independiente habían regresado al lema. En 1956 nació la Unión Blanca Democrática (UBD), formada por Reconstrucción Blanca, de Washington Beltrán, el Movimiento Popular Nacionalista de Daniel Fernández Crespo y otros grupos. El sector de inmediato planteó su oposición al gobierno de la lista 15 con su eslogan “O gana la UBD o todo sigue como está”.
Mientras tanto, Herrera estableció una alianza con Benito Nardone, líder del Ruralismo, una organización de origen gremial pero cada vez más inclinada hacia la política. Si bien fue imposible cuantificar sus votos, resultaron decisivos para la victoria del Partido Nacional y del Herrerismo. Herrera y Nardone además acordaron impulsar una reforma constitucional que planteaba el retorno a un régimen presidencialista, pero pese a ganar las elecciones la propuesta no fue aprobada por la ciudadanía en el plebiscito simultáneo.
La lluviosa noche de los comicios, los primeros resultados atribuían ventaja a la UBD, cuyos partidarios salieron a festejar por las calles de Montevideo. En la madrugada, los votos del interior terminaron dándole el triunfo el eje herrero-ruralista.
Para los colorados y en particular para el líder de la lista 15, Luis Batlle Berres, la elección representó un duro golpe. De controlar durante años las estructuras del poder, pasó a contar apenas con la minoría del Consejo Nacional de Gobierno y una única intendencia, la de Artigas. El ingenio popular comparó al Partido Colorado con Ansina, pues “se quedó solo con Artigas”. El diario herrerista El Debate lo celebró el lunes 1° de diciembre con un gigantesco titular de portada: “¡Cayó el régimen!”.
El Consejo de Gobierno que asumió el 1° de marzo de 1959 tenía tres miembros herreristas (Martín Echegoyen, Eduardo Víctor Haedo y Justo M. Alonso) y tres ruralistas (Nardone, Faustino Harrison y Pedro Zabalza). Por la minoría colorada: Juan Manuel Rodríguez Correa y Ledo Arroyo Torres (lista 15) y César Batlle Pacheco (lista 14).
En ese momento, las relaciones entre Herrera y Nardone ya se habian deteriorado, lo cual originó tensiones en el seno del gobierno. El viejo caudillo falleció el 8 de abril de 1959 y Echegoyen -primer presidente blanco del colegiado- encaró trabajosas negociaciones para recomponer la situación.
Batallas entre pegatineros por los muros
Las nuevas herramientas del marketing político casi han hecho desaparecer los carteles pegados en los muros de la ciudad, conocidos como “pegatinas”, pero durante años representaron la principal forma barata de realizar propaganda masiva. Eso determinaba una fuerte competencia entre los pegatineros por las paredes mejor ubicadas de cada localidad.
En 1958 esa pugna se volvió muy dura, al punto que se denunciaron numerosos encontronazos e incluso peleas. Ante la reiteración de los incidentes, el ministro del Interior Glauco Segovia debió salir públicamente a reclamar “fair play” a los partidos.
Una de las claves del triunfo blanco de 1958 fue el acuerdo entre Luis Alberto de Herrera y Benito Nardone, que aportó los votos del movimiento ruralista al herrerismo.
Nardone, un periodista de raíz colorada, se hizo popular bajo el seudónimo “Chico Tazo” con sus comentarios sobre temas agropecuarios por radio Rural. Con un estilo incisivo y directo, a veces agresivo, fue sumando seguidores hasta que en 1951 creó la Liga Federal de Acción Ruralista. Para 1954 aconsejó a los colorados votar por Luis Batlle y a los blancos por Herrera. Cuatro años más tarde ingresó directamente a la arena electoral.
La génesis de ese entendimiento fue relatada por Máximo Garrido, exsecretario de Herrera, al periodista César di Candia y publicada en Búsqueda en 1993.
Garrido contó que desde su lugar de trabajo en el Palacio Legislativo se escuchaba a través de un ducto de calefacción lo que se hablaba en una habitación donde se reunían dirigentes blancos antiherreristas. “Por ese tubo pude pescar algunas conversaciones que me hicieron sospechar que se estaba tramando algo contra el ‘viejo’”, dijo.
Después que el secretario se lo contara a Herrera, este pensó en ofrecerle un acuerdo a Nardone. Se lo anticipó a Eduardo Víctor Haedo, quien se mostró entusiasmado. Finalmente, se invitó al líder ruralista a la casa quinta de la entonces calle Larrañaga, donde el caudillo blanco vivía y realizaba sus reuniones políticas. Continúa el relato de Garrido:
“Cuando llegó Nardone, (Herrera) lo recibió con todos los honores (....) Si de algo estoy seguro es que Nardone no quería meterse en política (....) Yo estaba presente en la reunión y puedo afirmar que a cada planteo que hacía Herrera, Nardone le decía que no. Pero cada vez que le quería argumentar, Herrera se hacía el sordo y le seguía hablando de lo mismo (...) Le hablaba de la unión de las gentes del campo y de una gran reforma constitucional (...) El asunto fue que Nardone nunca dijo que aceptaba el acuerdo. Tampoco dijo que no de manera terminante. Pero al día siguiente Herrera hizo titular El Debate con grandes letras que decían: 'Acuerdo nacional entre Herrera y Nardone. Habrá reforma constitucional'". Y ya no se pudo dar marcha atrás”.
Luis Alberto de Herrera con el “tren relámpago” y el Partido Nacional Independiente con su “avión relámpago” fueron pioneros en iniciativas para hacer sus recorridas por el interior durante las campañas electorales. Pero paulatinamente esos medios de transporte fueron dejando su lugar al ómnibus: cada partido o sector alquilaba un coche-por lo general a la compañía Onda- para trasladar a sus candidatos durante una gira por las principales ciudades del país.
Las giras o caravanas “de la victoria” se volvieron una tradición de cada campaña, en especial en el Partido Nacional. El ómnibus de los candidatos, profusamente embanderado, era recibido en cada pueblo por los adherentes locales con una caravana formada por todo tipo de vehículos. Luego se realizaba el acto con la participación de los dirigentes en la plaza principal de la localidad.
Esta práctica ya no es tan común, porque los candidatos viajan con mayor rapidez en automóvil e incluso en avión, alternando visitas a los pueblos con regresos a Montevideo, pero no ha desaparecido del todo.
Resultados de las elecciones de 1958
Consejo Nacional de Gobierno
Partido Nacional
Martín Echegoyen 241.939 (24,1%)
Salvador Ferrer Serra 230.649 (22,9%)
Ángel Cusano 26.522 (2,6%)
Al lema 315
Total 499.425 (49,7%)
Partido Colorado
Manuel Rodríguez Correa 215.881 (21,5%)
César Batlle Pacheco 154.110 (15,3%)
Washington Fernández 8.514 (0,8%)
Al lema 557
Total 379.062 (37,7%)
Unión Cívica del Uruguay
Dardo Regules 37.625 (3,7%)
Partido Socialista
Emilio Frugoni 35.478 (3,5%)
Partido Comunista
Francisco Pintos 27.080 (2,7%)
Unión Demócrata Reformista
Juan José Aguiar 19.979 (2,0%)
Movimiento Renovador
Humberto May 6.325 (0,6%)
Partido de las Clases Pasivas y Seg. Social
Andrés Folle Illa 142 (0,0%)
Partido Obrero Revolucionario
Zulma Nogara 142 (0,0%)
Partido Laborista
Pedro Roirías 52 (0,0%)
Frente Obrero Sindical
Ricardo Volpe 52 (0,0%)
Fuente: Una democracia única, de Nelson Fernández y Hugo Machín (Fin de Siglo, 2017)