Si Javier Milei gana las elecciones presidenciales en Argentina, Diana Mondino se convertirá en la tercera mujer al frente de la Cancillería en el vecino país. Y si eso sucede, Uruguay recibirá vientos muy diferentes desde la otra orilla del Plata: un gobierno que dice comprender muchas de las posturas del presidente Luis Lacalle Pou. “El nuevo gobierno va a ser extremadamente abierto al mundo y, por supuesto, a Uruguay”, dijo Mondino en una entrevista con El País. Economista y experta en finanzas, Mondino, de 65 años, hace del humor un arma -es capaz de imitar tonadas cordobesas en medio de la entrevista- y de las redes sociales, otra: tiene 236.000 seguidores de la red social X.

-¿Qué harían ustedes con el Mercosur, tan discutido, tan criticado?

-El Mercosur fue creado hace unos 30 años, cuando la situación del mundo era muy distinta, particularmente la de los cuatro países que lo forman. Paraguay y Uruguay han crecido muchísimo, ya tienen un desarrollo muy importante en aspectos agropecuarios, y el Mercosur es, en gran parte, un mecanismo de barreras arancelarias ante los países que no lo forman. Siendo que Paraguay y Uruguay tienen ya desarrollada una mejor posición de balanza comercial, posiblemente ese costo que se impone por pertenecer al Mercosur podría ser modificado. No digo que deba: podría. Porque pudiera ocurrir que no tenga sentido para ellos, que se han desarrollado con las exportaciones agropecuarias, estar teniendo costos adicionales en sus importaciones. La protección a la industria que tienen por estar junto a Argentina y Brasil con el Mercosur se iría cambiando y reduciendo fuertemente con el acuerdo con la Unión Europea, pero si ese acuerdo no sale, creo que hay varios países en los cuales esto, más que una ventaja, puede llegar a convertirse en un elevado costo.

-Esto entronca con el “corset” o “lastre” que Luis Lacalle Pou mencionó en aquella recordada cumbre. ¿Hay una comprensión hacia la posición uruguaya?

-Creo que tenemos que comprender la posición de todos, cada uno en una negociación solo puede tener éxito si sabe qué es lo que el otro necesita para compatibilizarlo con lo que mi país necesita.

-Con lo que está diciendo, el Mercosur no parece tener mucho futuro.

-¿Por qué?

-Porque habla de las asimetrías, de cómo se han ido desarrollando de forma diferente los cuatro países...

-A menos que demos vuelta la forma en que encaramos el Mercosur, especialísimamente si lográramos un acuerdo conveniente con la Unión Europea, y subrayo la palabra conveniente, entonces todos podamos crecer en distintos ámbitos. Si mantenés una estructura de hace 30 años y le ponés algo encima, no necesariamente va a funcionar, porque el mundo cambió, nuestros clientes cambiaron. China como gran consumidor no estaba hace 30 años, Paraguay como gran exportador de soja no estaba hace 30 años, Uruguay, como fantástico y excelente productor de carnes de altísima calidad, o el mismo Brasil, no estaban hace 30 años. No podemos inhibir a aquellos que han logrado ese desarrollo, pese a tantas trabas. Y hay otros ámbitos en los que nosotros hemos ido avanzando y tenemos fuertes restricciones innecesariamente.

-Con Uruguay, Argentina arrastra años de tensiones, ¿qué harían con esto?

-Volvería a recalcar que hay que distinguir Estados, gobiernos y ciudadanos. El Estado argentino y sus ciudadanos son más que amigos, son hermanos de Uruguay. Los gobiernos van y vienen. El nuevo gobierno va a ser extremadamente abierto al mundo y, por supuesto, a Uruguay.

-¿Quieren cerrar el acuerdo de asociación estratégica entre la Unión Europea y el Mercosur?

-Tenemos un profundo interés en él. Estaba muy avanzado al terminar el gobierno de Mauricio Macri en 2019, pero luego algunos países de la Unión Europea demoraron su firma. Del lado del Mercosur estaba bastante listo. Muchos de los frenos están vinculados a temas importantes para la humanidad en su conjunto, como es el cambio climático. Y otros son de estricto proteccionismo de las industrias. En cada país siempre hay alguna industria que se considera agraviada o preocupada por un tratado tan amplio como este. La Adenda (de cambio climático, impulsada por la UE) fue demasiado amplia, tiene que ser muchísimo más específica, qué se puede y no hacer y cuáles son las consecuencias. La verdad que era muy difícil de aceptar.

-Usted dice que Milei no es de ultraderecha, ¿por qué?

-No le podés cobrar a la gente más impuestos que lo que produce, no le podés prohibir a alguien trabajar, no podés prohibir exportaciones. Si eso se considera ultraderecha, qué mal están los que consideran eso. Tenemos fronteras abiertas, ilimitadas, desde hace décadas. Cualquier persona puede venir a la Argentina y residir sin ningún tipo de dificultad, no hacemos ningún tipo de política migratoria discriminatoria. Tenemos una política extremadamente abierta desde el punto de vista cultural, racial y religioso. ¿Qué problema de derechos humanos podría haber en Argentina? ¿En qué se agraviaría a alguien? Lo que decimos es que todo el mundo tiene que poder trabajar y querer trabajar. Si eso se considera de derecha, ¡que mal que están el resto de los países! Eso es puro sentido común.

-Dijo derecha, ni siquiera ultraderecha...

-No es derecha, es sentido común. Si usted quiere trabajar, trabaje, señor, que nosotros no le vamos a quitar el fruto de su trabajo.

-¿Cómo definiría ideológicamente a un posible gobierno de Milei?

-Liberal.

-¿No ultraliberal?

-Lo más liberal que se puede, porque hay que revertir miles de restricciones. No será de un día para el otro, pero lo más rápido que se pueda. A la velocidad de un Tesla.

-¿Populista?

-¿Por qué populista?

-Desde las promesas que se hacen, como la dolarización, hasta el tono del discurso...

-Para mí populista es el que le quita el dinero a algunos para dárselo a otro sabiendo que eso no tiene ninguna posibilidad de ser sostenido en el tiempo. Eso es un populista.

-La motosierra como símbolo de campaña, ¿qué es?

-Una forma de reducir el gasto. Argentina tiene que reducir su gasto público total, en Nación, provincias y municipios, para estar al nivel que estuvimos en los años 90. El gasto público era la mitad que ahora, y no hay mejores servicios de educación, salud, seguridad ni nada. Necesitamos hacer eficiente el gasto.

-Milei suele decir que su política exterior será “Estados Unidos e Israel”. ¿Qué quiere decir con eso?

-Que vamos a estar tratando de apoyar democracias liberales. Por supuesto podríamos estar incorporando a la Unión Europea, podríamos sumar a Uruguay, etcétera.

-Milei ha dicho en reiteradas ocasiones que no se relacionará con gobiernos “socialistas y comunistas”, una lista en la que incluyó a Brasil, China, Chile, Corea del Norte... ¿Será así?

-Una cuestión es la política pública y otra la capacidad de los ciudadanos de un país, de las empresas, de relacionarse con otros lugares. El hecho de que un presidente de otro país tenga la orientación que sus votantes eligieron no puede objetar de ninguna manera los negocios que los ciudadanos argentinos hagan. Son dos cosas muy diferentes.

-Entre los países no hay solo relaciones de negocios, hay también diplomacia, políticas públicas. ¿Qué van a hacer en ese aspecto?

-Los gobiernos se van a relacionar siempre lo mejor que puedan. Las personas van y vienen, los países quedan.

-¿Que va a hacer una canciller Mondino con Cuba, Venezuela y Nicaragua?

-Vamos a tratar, en la medida de lo poco que corresponde que un país se meta en los destinos de otro, de mostrar las virtudes de una democracia liberal. Que vean que se puede salir fácil y rápidamente de la postración económica que hoy tienen. Vamos a mostrar nuestros resultados.

-¿No harían una promoción activa de los derechos humanos desde foros e instancias multilaterales, solo actuarían desde el ejemplo?

-El ejemplo es lo mejor. Los reclamos sobre derechos humanos que se hagan los vamos a sustentar siempre.

-¿Cuál es la postura ante la guerra en Ucrania?

-Es un caso bastante triste, porque no es un reclamo territorial solamente, sino que ya tenemos un grado de destrucción y de afectar vidas humanas que es superlativo. La perspectiva es que Ucrania no puede estar padeciendo lo que está padeciendo. Argentina debe seguir condenando un método tan violento para resolver un conflicto, si es que era un conflicto. Argentina debería apoyar todo lo posible la postura de los países que están sosteniendo a un país que se está defendiendo. Rusia tiene sanciones comerciales de muchos otros países y nosotros deberíamos respetar el mismo criterio.

-¿Cómo va a ser la relación con el Vaticano?

-La mejor que podamos.

-¿Qué es lo que se puede hacer después de que Milei definiera al Papa como el maligno y, muy recientemente, como defensor de dictaduras sangrientas?

-A ver. El Papa no es solo un jefe de Estado, es una persona que representa muchísimo para los católicos en concreto y los cristianos en general. Jamás podría haber un conflicto con alguien por sus ideas religiosas. Sería impensado.

-El Papa tenía previsto visitar Argentina, Uruguay y el sur de Brasil en la Semana Santa de 2024.

-Ojalá pueda venir.

-Lo cierto es que suspendió su visita y uno de sus hombres más cercanos dijo que no era posible ir a un lugar donde se lo desprecie. Se basó en lo dicho por Milei en la entrevista que concedió a Tucker Carlson. ¿Cómo se soluciona esto? Porque si usted es canciller, las relaciones con el Vaticano estarían en sus manos.

-No me consta que (el asesor del Papa) haya dicho eso. La relación que tiene Argentina con cualquier representante del mundo es de máximo respeto. Si el Papa quiere venir va a ser tratado con el máximo respeto.