Por Fabián Cambiaso
Cabildo Abierto volvió a unir fuerzas con el Frente Amplio para lograr sus objetivos políticos. No es la primera vez que sucede. Ya lo hizo cuando ambas fuerzas políticas promovieron en conjunto una nueva ley de suelos forestales, finalmente vetada por el Poder Ejecutivo. Y lo siguen intentando en torno a una fórmula de solución para el endeudamiento de las personas físicas. La diferencia es que lo sucedido este miércoles impactó directamente contra un proyecto centraldel gobierno y va a camino a significar un mojón en el relacionamiento de la coalición.

Cambiando en pocas horas lo que había sido un acuerdo previo en el oficialismo, los cabildantes negociaron con la oposición y obtuvieron los votos para -en contra de la voluntad del resto de sus socios- forzar una prórroga en la actuación de la comisión especial que, en la Cámara de Diputados, viene analizando el proyecto de reforma del sistema previsional.

Todo comenzó en la mañana cuando, luego de una reunión de diputados de la coalición, se habló de un compromiso: Cabildo Abierto solo apoyaría una prórroga si la misma era planteada por otro partido del oficialismo. Algo que, estaba claro, no iba a suceder. Varios participantes en ese encuentro coincidieron en que los dirigidos por Guido Manini Ríos no irían a apoyar un planteo que efectuara la oposición en ese sentido. El acuerdo era que, más allá de las diferencias notorias sobre el proyecto, el tema se definiría este viernes, en el último día previsto de actuación de la comisión.

Blancos y colorados incluso destacaron un cambio de actitud en sus colegas cabildantes en torno a ahondar los esfuerzos para permitir la aprobación del proyecto. El convencimiento era de que la reunión que este martes mantuvo el presidente Luis Lacalle Pou con Guido Manini Ríos para intentar una salida había abierto una puerta. A tal punto era así que un diputado nacionalista llegó a comentar que ya tenían "medio voto" de Cabildo.

Pero todo cambió pocas horas después. Pocos minutos antes de que la Cámara de Representantes comenzara a sesionar para darle trámite al mensaje complementario con modificaciones al proyecto que envió el Poder Ejecutivo, el diputado Martín Sodano (Cabildo Abierto) envió un mensaje a través de WhatsApp a sus socios del oficialismo.
"Buenas tardes, es para confirmar que la decisión que se tomó a nivel del seno del partido es presentar una prórroga hasta el 30 de abril", decía el aviso. A su vez se señalaba la voluntad de los cabildantes de "continuar de todas formas con el objetivo de lograr votar este 31 de marzo en comisión... pero todo dependerá".

El mensaje cayó como una bomba el resto de la coalición. Ya en la sesión, Sodano intentó dar las razones de esa decisión. Según explicó en sala, la intención de la moción era "generar un resguardo a los tiempos" y conseguir una prórroga por si se necesita más plazo para lograr los consensos para ratificar la ley.

Un argumento que lejos estuvo de convencer al resto de la coalición. "Estoy bastante sorprendido", aseguró minutos después Daniel Peña (Partido de la Gente), al recordar que el compromiso previo de los cabildantes era, justamente, el contrario. "Esto cambia todo radicalmente, en la medida en que se falta a la palabra empeñada en una reunión de toda la coalición", afirmó. Para Peña, lo sucedido este miércoles sin dudas será un "hito importante" para la coalición, luego del que "habrá que replantearse muchas cosas".

"El partido que propone la prórroga fue el que nos dijo que no iba a presentar la prórroga", ironizó por su parte Iván Posada (Partido Independiente), que llamó los cabildantes a "cumplir los compromisos asumidos".

En igual tono se pronunció el nacionalista Juan Martín Rodríguez. "Si algo tienen que entender a los que le toca gobernar es el sentido de la responsabilidad", dijo. Una obligación que, remarcó, abarca a todos los socios de la coalición. "Acá no hay quienes puedan sacar la pata del lazo".

Unos y otros tienen asumido que la definición del tema ya quedó fuera del Parlamento y se maneja en otra órbita.

En los pasillos del Parlamento son varios los legisladores nacionalistas que afirman, a quien quiera oír, que Manini está "presionando" a Lacalle Pou para que, a cambio de votar la reforma jubilatoria, el presidente se comprometa a que estarán los votos para apoyar una vieja aspiración cabildante: la ley de prisión domiciliaria preceptiva para mayores de 65 años que, entre otros casos, beneficiaría a buena parte de los presos actualmente en la cárcel de Domingo Arena por delitos de lesa humanidad.

Fuera de eso, dicen los blancos, los cabildantes no tienen excusas para no votar la reforma. Afirman que estos jamás explicaron técnicamente la razón de por qué quieren bajar de 25 a 15 años el plazo para calcular la tasa de reemplazo en las futuras jubilaciones. Una posibilidad que, remarcan, fue descartada de plano hace tiempo por el Poder Ejecutivo. También por qué se muestran inflexibles en que se retire la habilitación para que las AFAP inviertan sus fondos en el exterior. Más aún cuando en este último punto el gobierno envió una modificación al proyecto para dar "mayores garantías" a esas inversiones.

"No le van a torcer la muñeca al presidente", garantizó a El País un diputado nacionalista, al remarcar que sigue vigente la "orden" de Lacalle Pou: votar el proyecto el viernes en comisión. Así será aunque no estén los votos para aprobar el proyecto, afirman.

La comisión tiene 21 integrantes. Cabildo Abierto, el Frente Amplio y el Partido Ecologista Radical Intransigente (PERI) -que tampoco votará la reforma- suman 11 votos. Pese a que la sanción debe darse en la cámara, los blancos tienen decidido no llevar el proyecto a sala.

Existe otra variable, que fue mencionada por varios diputados este miércoles y en que Cabildo Abierto eludieron despejar. Que Sodano y su colega Álvaro Perrone se ausenten el viernes. Eso le permitiría al oficialismo aprobar el proyecto y ganar algunas semanas de tiempo esperando los ansiados acuerdos.