POLÍTICA
El país es referente en gobernanza, pero tiene dificultades en la concreción de políticas.
Hay un Mundial para el que Uruguay está mejor preparado que rumbo a Rusia: el Índice de Transformación (BTI). Es que el país lidera el ranking de transformación política entre 129 países que hace dos décadas no integraban la OCDE, y es el 5º mejor del mundo si se le suma la transformación económica. Incluso si el partido inicial de esta "Copa Mundial de Democracias" fuera contra una nación como Bélgica, la Celeste ganaría 3 a 2.
Pero así como un partido puede ganarse por mérito propio o por errores del rival, la nueva versión del Índice de Transformación refleja que "el mundo está peor que hace unos años". Lo dejó en claro Hauke Hartmann, director del proyecto BIT, quien ayer presentó los resultados en la Escuela de Negocios de la Universidad de Montevideo. ¿Un ejemplo? "Hay 57 países que tienen más conflictos ahora que hace una década atrás".
Uruguay, sin embargo, sigue estable. Dicho así pareciera que la población ya pudiera ir yendo a festejar a 18 de Julio. Pero para el politólogo Daniel Chasquetti, responsable de evaluar a Uruguay, el informe genera "sensaciones ambivalentes (...) No se empeora, pero estamos perdiendo el tiempo en varias transformaciones".
Dicho de otro modo: la democracia no consiste solo en hacer goles o quedar primero, y aun cuando Uruguay sea el referente en transformación política y gobernanza, al politólogo Chasquetti le preocupa el "deterioro" en la orientación y priorización de políticas.
"El gobierno tiene dificultades para mantener un rumbo, porque hay numerosos puntos de veto en el Frente Amplio", explicó el académico. "El presidente con su gabinete es una cosa; la bancada parlamentaria es otra; y el partido es otra aún distinta". Si fuera un eje horizontal: "el gobierno está a la derecha de la bancada, y la bancada a la derecha del partido".
¿En qué afecta esta heterogeneidad de posturas? Según Chasquetti no se sabe "cuán sincero es el gobierno, porque puede que se adelante (en sus jugadas) a lo que dirán los actores de veto". Eso, aclaró, no significa que haya un bloqueo político, pero "sí dificultades para mantener el rumbo".
Los resultados demuestran que en el "imperio de la ley" y la "estabilidad de las instituciones", Uruguay está muy próximo a la perfección. De hecho ha obtenido un puntaje de 10, el máximo valor en la escala. Pero, ¿por qué en transformación política no es un 10 redondo y califica en 9,95?
Más allá de las dificultades del gobierno con la puesta en práctica de políticas, Chasquetti encuentra algunas falencias en el capital social. "Hay cuestiones estructurales: el Estado vino primero y la sociedad después". Esa es una de las razones que diferencian a Uruguay de Argentina.
Chasquetti pidió que en esta Copa del Mundo de la Democracia, los uruguayos nos comparemos con países como Estonia o Corea del Sur, que están teniendo un desarrollo "importante", y no con Argentina.
Uruguay está cabeza a cabeza con Estonia en relación a la gobernanza. Argentina, en cambio, se ubica en el puesto 26 del ranking; y eso que el relevamiento se realizó el año pasado, cuando el vecino país aún estaba "mejor" que ahora. Eso sí: tanto Argentina, Chile como Uruguay coinciden en ser los tres países que tienen una "democracia en consolidación". En este sentido, el director de Cadal, Gabriel Salvia, concluyó: "Uruguay tiene más desafíos económicos que políticos".
Caída tras un tiempo en el poder
La evolución de Uruguay en el Índice de Transformación, que se realiza cada dos años desde 2006, tiene la forma de una montaña. Hay un pronunciado ascenso durante el primer gobierno de Tabaré Vázquez, cierta meseta durante la administración de José Mujica y un descenso en este tercer período del Frente Amplio en el poder. En cierta forma, esta gráfica "acompaña el sentido común", dijo el politólogo Daniel Chasquetti. Parte de la caída durante el último tiempo, según el informe, es un fenómeno global. Pero también, en parte, se debe a la baja en el uso eficaz de los recursos a la interna de Uruguay. Como ejemplo, señaló el politólogo, se pudo haber iniciado una reforma educativa o del servicio civil. "En Uruguay hay un aumento de funcionarios públicos y del gasto estatal que no viene ajustado con el tipo de servicio que se brinda", ejemplificó Chasquetti. Y si por eficiencia se especifican las políticas ambientales, tener una puntuación más alta sería empatar con Lituania, uno de los países que lidera en esta área. De ahí que el resultado final sea "optimista", pero con algunas luces de advertencia.