Uruguay registró en 2023 la cifra de nacimientos más baja desde 1900, según datos del monitor de Estadísticas Vitales, del Ministerio de Salud Pública (MSP), que monitorea la evolución de múltiples indicadores sanitarios. Mientras que el año pasado hubo 31.385 nacimientos, 123 años atrás, la cifra fue de 30.589.
Este dato refleja la sostenida caída de la población y que involucra dos elementos que interactúan: la cantidad promedio de hijos por mujer y la cantidad absoluta de mujeres, según señaló el sociólogo Ignacio Pardo, consultado por El País.
Hace poco más de un siglo, la población uruguaya no llegaba a un millón de habitantes, de forma que si bien había menos mujeres, su tasa de fecundidad era “mucho más alta”, explico. Como tenían más hijos – seis en promedio- se generaba la misma cifra de nacimientos con la tercera parte de la población.
Pardo, junto a otros investigadores, puso foco en el descenso de la natalidad uruguaya, que se registra desde hace ya ocho años. “La caída desde 2016 a esta parte es la más impactante de toda la historia del Uruguay. Tanto por el descenso registrado en tan poco tiempo, como en términos de los bajos niveles de fecundidad alcanzados en la actualidad”, indicó.
Entre 2016 y 2019 hubo una disminución de 10.000 nacimientos anuales, pasando de 47.058 nuevos nacimientos a 37.472, en cada año, respectivamente. En 2020 sumaron 35.874 los nuevos uruguayos y un año después pasaron a ser 34.603. En 2022, esa cifra siguió bajando y se ubicó en 32.301, hasta llegar a los 31.385 de 2023.
El descenso de los “nuevos orientales”, que impacta en menos aportantes a la seguridad social y en aulas más vacías, entre otros efectos, puede medirse con otro indicador: la tasa global de fecundidad (TGF), que es la cantidad media de hijos por mujer. Pardo lo consideró un “mejor” indicador para medir la fecundidad que la cifra pura de nacimientos, pese a su relevancia estadística.
Para comprender esa tasa es necesario valorar otro indicador: el umbral de reemplazo poblacional, que es la cantidad necesaria de hijos por mujer para que la población “no decaiga” a largo plazo, añadió. En Uruguay, como en muchos países, es de 2,1 hijos.
Lo cierto es que la TGF hoy es casi la mitad de esa cifra. Hasta 2004, Uruguay estuvo “arriba” de ese umbral y entre 2005 y 2015 se mantuvo “estable, cerca de 2”, explicó Pardo. El “desplome” fue cuando la cantidad media de hijos pasó de unos 2 en 2016, a 1,24 en 2023, el mínimo histórico, tal como informó El Observador.
“Lo que está pasando ahora es que la fecundidad es tan baja, que aún con mucha más gente los nacimientos son los mismos que en 1900, cuando la fecundidad era muy alta comparada con la actual, pero cuando había muchas menos personas”, graficó el sociólogo.
Pardo, junto a Wanda Cabella, Mariana Fernández Soto y Gabriela Pedetti, publicaron en junio de 2023 “La gran caída. El descenso de la fecundidad uruguaya a niveles ultra-bajos (2016 - 2021)”. La investigación concluyó que la baja de TGF se explica sobre todo por un “descenso” de la fecundidad de aquellas mujeres entre 15 a 24 años –que significaron “más de la mitad” de la disminución- por la “gran recepción” que tuvieron los nuevos métodos anticonceptivos de larga duración en esa franja etaria.
Consultado sobre el impacto de los abortos, que rondan los 10.000 al año según cifras oficiales, Pardo dijo que “se podría sospechar que si los abortos hubieran sido decisivos para el descenso, en el periodo en que bajó la natalidad, los abortos habrían subido, pero se mantuvieron relativamente estables”. El experto estimó que hubo “menos embarazos” en el período evaluado.
El estudio añadió que es “esperable” que parte de los nacimientos “evitados” se registren luego, “engrosando las tasas de las madres de 25-29 años o más”, por lo que “no parece disparatado prever que la fecundidad tendrá un ligero rebote”. No obstante, “quedaría por debajo del umbral de reemplazo”, adelantó Pardo, por lo que la población no crecería “mucho más allá” de los 3.444.263 de uruguayos, según la cifra preliminar del Censo 2023.
“Hay que asumir que la población va a quedar un poco ahí en tres millones y medio, y que va a ser envejecida su estructura. Todo eso es bastante irreversible. Y no necesariamente es un drama, el asunto es qué se hace con eso”, agregó el experto.
¿Pago por hijo?
Con esta escena, se volvió a reflotar la consulta si resulta efectivo o no el pago a los padres por hijo, que se ha aplicado en algunos países. “Nada indica que si se paga una cifra de incentivo, para generar nacimientos como un objetivo en sí mismo, vaya a funcionar. Más bien la evidencia dice lo contrario”, destacó Pardo, que además lo consideró “bastante problemático” fomentar nacimientos sin más, porque “puede ser peor el remedio que la enfermedad”.
Los países nórdicos, por ejemplo, han apostado a un modelo “más razonable, con un abanico un poco más amplio de políticas de cuidados para los niños y de licencias para los padres”, que les posibilitó evitar el descenso a niveles muy bajos de fecundidad, aunque “en los últimos años, la fecundidad volvió a bajar incluso allí”, puntualizó.
Aunque destacó esta política por considerar que es “más efectivo generar un clima de estabilidad en la sociedad, de que no se va a resentir tanto el trabajo y la vida de los padres por la decisión de tener un hijo o más de uno”. Pardo consideró que Uruguay debería “asumir” que tendrá “pocos niños, pero intentar que sea en las mejores condiciones posibles”, reforzando los cuidados en la primera infancia.
En la Rendición de Cuentas 2023, se aprobó la creación de una Comisión de Expertos en Política Poblacional, bajo la órbita de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), con el objetivo de marcar una “hoja de ruta” para revertir la baja natalidad, tal como informó El País, impulsada por el diputado colorado Conrado Rodríguez. En lo que va del año se concretaron dos reuniones, una en abril y otra en junio.
En la primera reunión, varios organismos plantearon sus iniciativas. Rodríguez dijo a El País que propuso “fortalecer el sistema de cuidados” infantiles, un punto que “todos estuvieron de acuerdo”, a partir de “extender” los centros CAIF y “analizar” el horario de las escuelas públicas. El colorado también planteó que pueda ser “mayor la deducción por hijo en el pago de IRPF”, para habilitar “más recursos” a las familias, en línea con una propuesta similar al diputado blanco Rodrigo Goñi.
“Mi intención es realizar una verdadera política de Estado que le permita al Uruguay ver el tema demográfico como un asunto serio, que tiene repercusiones no solo en la seguridad social, sino en la sustentabilidad del país”, destacó Rodríguez.
El economista Horacio Bafico, asesor en OPP, quedó a cargo de dicha comisión. Indicó a El País que en la primera reunión hubo una “puesta al día” con las iniciativas de cada organismo, y luego una presentación del sociólogo Fernando Filgueira, jefe de la oficina local del Fondo de Población de ONU.
Convocaron al también experto en educación para contar con un “pantallazo” de la población uruguaya. Bafico puntualizó que están en una etapa de diagnóstico y que aguardan los datos definitivos del Censo, que se presentarían más adelante este año, para comenzar a trabajar en propuestas concretas.
“Tampoco ha venido mucha gente, se ha convocado todo el mundo y no han concurrido. A la primera reunión, vino la mitad de los citados, y a la segunda muy poquita gente”, añadió Bafico sobre la baja adhesión de representantes de siete ministerios y Presidencia, que determinó la normativa.
Tanto Rodríguez como Bafico plantearon que no está prevén que se avance en una política de pago por hijo, por considerar que esas políticas “han fracasado” en el mundo, en línea con lo señalado por Pardo.
Más fallecidos, que recién nacidos
Uruguay registra desde 2021 más muertos, que nacimientos. En 2023, murieron 34.678 y nacieron 31.385, según datos del MSP. Respecto a los "nuevos uruguayos", fueron 16.175 varones y 15.210 niñas. 33 menores de 14 años fueron madres el año pasado, la cifra más baja de la serie 1996 - 2023. La mayoría de los embarazos se concentraron en jóvenes de entre 25 y 29 años (8.158), en línea con otros años. Las defunciones de menores de un año (229) fueron el primer incremento desde 2016, entre otros indicadores.