Uruguay va a la cumbre del Mercosur “sin expectativa” y con un discurso “duro” con la mira puesta en Brasil

Bustillo, que hablará hoy en Puerto Iguazú en la reunión de cancilleres, hará referencia a la necesidad de que Lula responda cuanto antes a la Unión Europea para intentar cerrar el acuerdo de bloques.

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Luis Lacalle Pou y Alberto Fernández
Presidentes Luis Lacalle Pou y Alberto Fernández
AFP

El canciller Francisco Bustillo llegó ayer sobre las 18.30 al húmedo y caluroso Puerto Iguazú (provincia de Misiones, norte de Argentina) para participar de lo que formalmente se llama Consejo del Mercado Común y Cumbre de Jefes y Jefas del Estado del Mercosur. Será el sexto encuentro del bloque durante el gobierno de Luis Lacalle Pou, que ha buscado en todos ellos reclamar por la modernización y flexibilización de esta alianza comercial, para permitir así -entre otras cosas- que Uruguay pueda negociar acuerdos con terceros países, siendo China el epicentro de ese objetivo.

Será una cumbre con un contexto particular por varios motivos. Primero, porque será la última de los presidentes Alberto Fernández (Argentina) -que no buscará la reelección en los comicios de este año- y Mario Abdo Benítez (Paraguay) -quien será reemplazado en las próximas semanas por Santiago Peña.

Esta cumbre será distinta, asimismo, porque será el primer encuentro con la presencia de Luiz Inácio Lula Da Silva, que desde que asumió la conducción de Brasil el primero de enero de este año -al derrotar a Jair Bolsonaro- imprimió un cambio radical en la política exterior de su país, con un manantial de señales que buscan posicionar al gigante sudamericano como líder regional, y con el norte puesto en reforzar la integración del continente, todo lo cual se aleja de la visión defendida por Lacalle Pou -que ha venido pregonando un Mercosur menos rígido y se ha mostrado contrario a la reactivación de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), como empujan Brasilia y también Buenos Aires.

Pero esta nueva impronta del Brasil de Lula tiene, a su vez, un contexto particular que interesa especialmente a Uruguay, pues en su visita a Montevideo en enero de este año Lula aseguró que el ansiado Tratado de Libre Comercio (TLC) que Lacalle Pou busca con China es una oportunidad que podría darse el Mercosur en su conjunto, pero que eso era una meta supeditada a primero cerrar el acuerdo entre el bloque y la Unión Europea, firmado en 2019 pero todavía no ratificado.

Meses atrás los europeos enviaron una agenda ambiental al texto acordado -con exigencias relativas a la deforestación de la Amazonía que pone en un brete a Brasil- aunque es casi un consenso entre los analistas que lo que está detrás de este reclamo ambiental en realidad son los intereses proteccionistas de Francia, Alemania y Polonia, entre otros Estados.

Sea como fuere, en el Palacio Santos y en la Torre Ejecutiva -en donde aguardan la resolución de este escollo para luego esperar por un avance con el gigante asiático, si es que puede confiarse en las palabras de Lula- tienen claro que el que debe mover ahora es Ithamaraty, si es que quiere liderar este proceso, como ha dado a entender su presidente. “Esto está demorado por Brasil”, señalaron a El País fuentes diplomáticas.

Por eso Francisco Bustillo tiene preparado un discurso “duro” en este sentido en la reunión de cancilleres que comenzará esta mañana -que a diferencia de la de los presidentes, mañana martes, no tendrá transmisión por parte de la organización. “Lula nos tiene a todos esperando”, detallaron los informantes.

Por otra parte, y más allá de toda retórica, la delegación uruguaya tiene asumido que es muy poco probable que en la cumbre se obtengan señales o mensajes concretos alineados con los intereses de Uruguay. “Vamos con cero expectativa”, se indicó. E irán también, y en definitiva, a mantener la misma línea discursiva de las otras cumbres en las que participó este gobierno y en las que defendió la vocación aperturista de Uruguay y criticó la quietud y el encierro del bloque desde hace ya varios años.

El canciller Francisco Bustillo
El canciller Francisco Bustillo.
Foto: Leonardo Mainé
misiones, argentina

La agenda de las reuniones en Iguazú

El presidente Luis Lacalle Pou llegará hoy lunes a la noche para participar de la última sesión de la cumbre que, como es sabido, está precedida de varias otras reuniones.

La jornada se iniciará hoy sobre las 10 de la mañana, con la sesión de la Reunión Ordinaria del Consejo del Mercado Común. Allí participarán los ministros de Relaciones Exteriores de los cuatro socios, y luego se sacarán todos la foto oficial. Retomarán la reunión por la tarde y por último estará el encuentro entre los ministros de Economía y presidentes de los Bancos Centrales del Mercosur.

El martes, también a partir de las 10 de la mañana, se reunirán todos los presidentes del bloque, pero también se sumará Luis Arce, por Bolivia, y el resto de los mandatarios de los Estados Asociados e Invitados Especiales.

Concluirá con una foto oficial y un almuerzo buffet.

Otros desafíos

Como todo está atado con todo para Uruguay, tanto Bustillo como Lacalle Pou piensan volver a insistir en la legitimidad del camino iniciado bilateralmente con China en septiembre de 2021, cuando comenzó un intercambio en procura de un primer acuerdo de factibilidad, que culminó en julio de 2022 -esto según anunció entonces el propio mandatario. Es un camino lento para Lacalle Pou, en el que igualmente intentará empujar todo lo que se pueda, pese a que no ha recibido nuevas respuestas de China que no fueran que esperarán primero a ver si el interés manifestado por Lula de negociar con todo el Mercosur se refleja en algún momento.

Se volverá a argumentar, tal como ya se hizo en otras cumbres, que intentar el TLC con el gigante de Asia no implicó “darle la espalda” al bloque, sino que fue fruto e una reacción ante las diferentes “velocidades” que hay en el Mercosur en relación a la búsqueda de nuevas economías con las que asociarse.

Por otro lado, en la Cancillería se es consciente que también debe preverse otros temas que pueden estar incluidos en la agenda de Lula, quien, justamente debido al liderazgo que busca construir el líder del Partido de los Trabajadores, puede presentar iniciativas o posturas de alcance mundial.

Por ejemplo, uno de los escenarios que el gobierno uruguayo teme que pueda configurarse es una eventual propuesta de pronunciamiento del Mercosur sobre la guerra entre Rusia y Ucrania. Y este sería un asunto complejo, porque mientras Lacalle Pou ha condenado sin medias tintas la invasión rusa, el brasileño ha tenido declaraciones y opiniones ambiguas -en algún caso incluso alineadas con algunos cuestionamientos a la OTAN que ha hecho Vladimir Putin.

“Si no estamos de acuerdo vamos a tener que salir a desmarcarnos para no quedar dentro de la narrativa del Mercosur”, explicó un integrante del gobierno también en diálogo con El País. “Tenemos que estar despiertos: la agenda de temas globales de Lula puede ser muy grande”, mostrando un claro contraste con la línea que había seguido Bolsonaro, un casi negador de la globalización.

dos miradas

Expertos debaten sobre la estrategia

Ha pasado mucha agua debajo del puente. Por un lado ha quedado más que clara la postura del gobierno de Luis Lacalle Pou de ir a las cumbres del Mercosur a defender una flexibilización que permita a Uruguay negociar con terceros países; pero también es claro que esto, más allá de algunos vaivenes y matices, no es algo que los socios del bloque acompañen. El argentino Alberto Fernández ha sido enfático en este sentido y si bien las señales de Lula da Silva han sido ambiguas, no lo son en cuento a que apunta a una mayor integración del Mercosur y la región, y negociar en bloque un TLC con China.

¿Qué debería hacer entonces Uruguay este lunes y martes? Para el docente del Departamento de Negocios Internacionales de la Universidad Católica, Ignacio Bartesaghi, no hay mucho misterio: seguir en la misma línea. “Esta es una cumbre a la que se llega con menos fuerza para los reclamos porque Brasil ya ha dicho que no a muchas propuestas de Uruguay, pero deberíamos seguir peleando por la posibilidad de negociar bilateralmente, reclamar que el Mercosur se modernice y que no haya barreras unilaterales”, señaló el académico, que tiene también una opinión crítica con la ida de mantener el status quo y no reflexionar sobre la conveniencia de salirse de este bloque. “Es un debate que vengo reclamando hace mucho tiempo. No fomento que nos vayamos, pero si estamos en esta jaula y estamos encerrados, ¿cuánto más tenemos que seguir esperando”.

Marcel Vaillant, profesor de Derecho Internacional en la Universidad de la República, tiene en cambio otra visión sobre la estrategia que deberían seguir tanto Lacalle Pou como el canciller Francisco Bustillo. Aseguró que entiende preferible mostrar en Puerto Iguazú una posición más bien pragmática, con un “discurso proactivo para beneficiar aquellos instrumentos que permitan profundizar el comercio internacional”, y puso así de ejemplo el “Protocolo de Facilitación de Comercio” o el referido a la Convergencia Regulatoria. También consideró importante que se avance “en materia de barreras no arancelarias”. Pero en lo que respecta al objetivo uruguayo de negociar con terceros países, el especialista dijo que “hay que hacer como han hecho otros bloques, que combinan armonización de los esfuerzos comunes con caminos unilaterales de acuerdos para mejorar el acceso”. “No es inventar la pólvora; es lo que se hace en el planeta”, concluyó Vaillant.

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