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Este lunes a la mañana en el Palacio Legislativo fueron velados los restos de Carlos Julio Pereyra, histórico dirigente del Partido Nacional que ayer falleció a sus 97 años de vida.

El sepelio será en el Cementerio de Rocha, a las 15:30 horas aproximadamente.

Correligionarios y dirigentes de todos los partidos se hicieron un momento para despedirlo.

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Luis Lacalle Pou, presidente electo, dijo: "Fue actor importante porque tiene un peso institucional y además el afecto personal. Creo que me puedo considerar su amigo".

Además, valoró que si bien Pereyra "tenía sobradas razones para refugiarse en su casa, encontró todas las razones par salir a militar".

Lacalle Pou contó que Pereyra tenía "la camisa planchada y los zapatos lustrados" para su asunción el próximo 1 de marzo. "Hizo todo para que lleguemos. Me imagino que en algún lugar lo va a estar viendo", puntualizó.

"Lejos de haber abandonado su corriente histórica la puso a disposición del partido. Para los que somos blancos y entendemos algunos pasajes de la historia la confluencia de Carlos Julio con corrientes como el Herrrerismo era un sello, un zurcido político que a nosotros nos empujó electoralmente.
Carlos Julio no estuvo exento de críticas, batallas, oposición a determinados pensamientos y gobiernos, pero siempre con lealtad. A veces uno se olvida que se puede discrepar o ser muy duro con las afirmaciones. Yo leí en un muro en Cerro Largo que hay que ser firme con las ideas y suave con las personas. Si a Carlos Julio se lo valora es porque fue muy duro con las ideas y suave con las personas", indicó.

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Por su parte, la vicepresidenta electa Beatriz Argimón, expresó: "Lamentamos profundamente el fallecimiento del querido profesor Carlos Julio Pereyra. Referente político y ético indiscutido del Partido Nacional y hombre de consulta permanente de las generaciones más jóvenes. Se va habiendo acompañado nuestra fórmula con entusiasmo".

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En "nombre del directorio del Partido Nacional", Argimón agradeció al presidente Tabaré Vázquez y la vicepresidenta Lucía Topolansky "el haber hecho posible despedirlo aquí en esta casa, donde estuvo tantos años y fue auténtico protagonista".

Además, también agradeció a Vázquez "por haber decretado los honores de Estado y por el mensaje que en página de Presidencia consta por la despedida de este referente de la democracia uruguaya".

Asimismo, recordó: "Fue un referente ético para todo nosotros. Si había algo maravilloso era cómo cambiaba el rostro cuando estaba acompañado por los más jóvenes. Se nutría de esa energía y empezaba con ese anecdotario que no era ni más ni menos que una clase de civismo".

"El Partido Nacional despide uno de sus mejores hombres, pero deja un legado que perdura en el siglo XXI y que va a seguir siendo la referencia política y ética de su colectividad política y los demócratas todos", añadió Argimón.

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El expresidente José Mujica, en tanto, también dijo presente en el velatorio. "Recuerdo muchas cosas. La más dura: el voto verde, una guapeada. Un viejo luchador, al que hay que rendirle los honores por el servicio de su vida. Un hombre muy importante, articulador y que soportó mucho. Defendió esencialmente su partido, pero supo pararse en la cuchilla por sus convicciones", valoró.

"Era blanco como hueso de bagual, pero era firme en sus convicciones. Era muy amigo de Wilson (Ferreira Aldunate), pero capaz de discrepar", agregó.

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Jorge Larrañaga, designado ministro del Interior, destacó a Pereyra como "una figura excepcional en la historia del Partido Nacional y un referente, sin dudas, de una gran gravitación".

"Nosotros tuvimos sectorialmente un pequeño enorme honor que fue lograr que sea presidente del directorio del Partido Nacional cuando dejamos esa investidura", recordó.

Larrañaga remarcó que Pereyra se fue "con el deber de una vida de servicio al país y su gente".