“Viene ahora el año de la renovación”, dice Sanguinetti al explicar su salida de la secretaría general colorada

El expresidente repasó las diferencias entre los socios de la coalición y aseguró que Cabildo Abierto por momentos fue “molesto”.

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El expresidente Julio María Sanguinetti
El expresidente Julio María Sanguinetti.
Foto: Juan Manuel Ramos

-¿Por qué renunciará a la secretaría general del Partido Colorado (PC) el 1º de marzo?
-Inesperadamente inicié el 27 de mayo del 2018 un ciclo político distinto en mi vida, cuando fui a plantearle a Lacalle y Larrañaga la idea de la semilla de la coalición. Empezó allí un proceso con una culminación que fue exitosa: ganamos la elección, la ratificamos en la LUC y cuatro años después nos encontramos con un gobierno que está fuerte, que ha atravesado tres grandes crisis -sequía global, pandemia y guerra- y sin embargo ha logrado mejorar el empleo y recuperar el salario real. Viene ahora el año de la renovación. Así como digo que en aquel momento me incorporé inesperadamente porque no estaba en la primera línea de la política activa, hoy digo que el 1º de marzo ya marca un tiempo electoral en el cual lo mejor es comenzar ese proceso de cambio en el propio partido.

-¿Seguirá trabajando por Batllistas?
-Por Batllistas y por el partido; no tengo espíritu de facción, sino de partido y de gobierno. Lo general está siempre por encima de lo particular.

-¿Seguirá en el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PC?
-Sí.

-Delgado propone crear una mesa de coordinación en la coalición.
-Lo propusimos nosotros en su momento y luego no cuajó por diversas circunstancias, que no vienen al caso, pero en todo caso creo que la coalición funcionó.

-¿Está de acuerdo con avanzar?
-Sí, el camino va por ahí.

-¿Algunos desacuerdos que hubo con Cabildo Abierto responden a la falta de esa mesa?
-No necesariamente. A veces sí, a veces no. Diferencias siempre va a haber, matices; no somos lo mismo. El Frente nos acusa a los batllistas que estamos en un gobierno herrerista. Y yo cuando hablaba en el Instituto de Desarrollo le decía a los compañeros nacionalistas muy liberales: ¿no oyen el discurso batllista del presidente defendiendo al Estado? Los batllistas nos sentimos cómodos, porque del herrerismo histórico no hay ningún elemento.

-¿En este gobierno no hay ningún elemento del herrerismo histórico?
-Muy claro. ¿Qué era el herrerismo? ¿Qué caracterizó al herrerismo? Primero, una política exterior absolutamente neutralista. El gobierno está en la línea nuestra de introducirse en conflictos a favor de los principios democráticos, como Venezuela o Israel. Segundo, el herrerismo siempre fue contrario al desarrollo del Estado empresarial, incluso en el gobierno de Lacalle Herrera. Eso hoy lejos de estar planteado, es al revés: el gobierno se enorgullece con razón de cómo Antel gana hoy dinero cuando antes el Partido Nacional la quiso vender y nosotros, batllistas, la defendimos. Son diferencias muy sustantivas con el herrerismo histórico. En tercer lugar, los programas sociales, especialmente en la educación pública, que para nosotros son la definición misma del batllismo, que arranca con los centros CAIF, las prescolares, las escuelas de tiempo completo, ahora los centros Espínola; lo sentimos de estirpe batllista y por eso defendimos en cada presupuesto y Rendición de Cuentas esos valores. Nos sentimos muy cómodos dentro de este gobierno de coalición que no está subordinado a ninguno de los dogmatismos. Naturalmente, nuestro batllismo no es el de 1910, que es el que a veces invoca equivocadamente el Frente, cuando no quiere que las empresas públicas compitan y sueña todavía con monopolios que hoy son inviables. Si hoy Antel gana compitiendo y las tarifas de celular pueden bajar 30% es por la competencia, no por monopolios. Eso para mí es el batllismo de hoy y no el del 10 que a veces invoca el Frente maliciosamente queriendo vestirse con él.

-¿En qué se diferencia el Partido Nacional del Partido Colorado hoy?
-Por los acentos, porque dentro de la misma política de centro hay matices, la definición de nuestras prioridades. Los centros de pensamiento nacionalista en lo que más insisten es en el achicamiento del Estado, el achicamiento burocrático, esa es su prioridad. La nuestra fue desarrollar los centros CAIF y por eso en la otra Rendición de Cuentas armamos un bochinche bárbaro porque queríamos US$ 50 millones para los centros que creamos en la primera presidencia.

-¿Dónde están las prioridades de Cabildo Abierto?
-Es una visión distinta, no es fácil de entender, abrazada fundamentalmente a una concepción nacionalista, muy parecido al nacionalismo argentino. Methol Ferré está asociado a esa visión, que es muy distinta a la nuestra.

-¿Cómo ha visto el rol que ha jugado Cabildo en este período de gobierno?
-Un rol de a ratos entendible, de a ratos un tanto molesto. Entendible en cuanto tiene sus sensibilidades que podemos no tener nosotros; en las prioridades. Las diferencias han estado en los procedimientos: en llegar a un acuerdo y volver a discutir, como sucedió con la seguridad social reiteradamente. Eso es lo que más nos ha generado rispideces, pero no nos corta el diálogo, que es lo que importa. El gran desafío es entender dónde están hoy nuestras prioridades: si no cambiamos la seguridad social y no nos metemos de lleno en la educación vamos a quedar fuera del mundo.

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