“Vivir en una montaña rusa”: cuatro políticos hablan sobre sus vidas tras perder sus bancas

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Palacio Legislativo. Foto: Fernando Ponzetto.
Palacio Legislativo.
Foto: Fernando Ponzetto

LEJOS DEL PARLAMENTO

Verónica Alonso, Patricia Ayala, Valentina Rapela y Eduardo Rubio comentan qué extrañan y qué no de la vida en el Parlamento.

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Son Verónica Alonso, Patricia Ayala, Valentina Rapela y Eduardo Rubio. Todos son de diferentes partidos políticos y todos ocuparon bancas en el Parlamento, que hoy ya no tienen. Unos sueñan con volver en 2024, para otros la vida parlamentaria ya es una etapa cerrada.

“La política es como vivir en una montaña rusa. Así como extraño cosas, hay otras que no”, resumió Alonso, la exsenadora nacionalista. El contacto con la gente y el poder aprobar leyes que “ayuden” a determinadas personas es lo que más recuerda con cariño de su anterior trabajo.

Del otro lado está lo más negativo de la política: “No extraño las traiciones, no extraño vivir siempre cuidándote a ver de dónde viene una puñalada o un golpe”, señaló. Eso que ella definió como “la parte oscura” de la actividad.

“La política manda sobre tu vida y te lleva no solo el tiempo físico, también el mental”, relató sobre su antigua rutina. Estar con sus tres hijos (9, 16,19) fue de lo que más perdió y asegura que hoy lo que más disfruta. “A veces uno está físicamente, pero tu cabeza va a otro ritmo y tenés que estudiar o resolver cosas dentro del partido”, explicó.

Hoy, Alonso, trabaja junto a su esposo en un negocio familiar vinculado a inversiones en la construcción. A futuro no tiene una decisión tomada respecto a si volver a la política. “A veces pienso que sí, porque me gusta mucho y la disfruté; pero por otro está lo negativo”, reconoció.

Ayala, la exsenadora del Frente Amplio y exintendenta de Artigas, llegó a ser presidenta de la República por dos días en junio de 2018, cuando Tabaré Vázquez se encontraba en Ginebra y Lucía Topolansky en Rusia. Por decisión propia no quiso integrar ninguna lista y hoy su vida política pasa por militar en el comité de base Sudestada en Ciudad de la Costa.

Lejos del Palacio Legislativo, Ayala vive en El Pinar y es terapeuta gestáltica: brinda atención psicológica, y cumple tareas de “facilitadora de grupo”. Además es fonoaudióloga, pero todavía no está trabajando en eso porque primero, dijo, buscará ponerse a tono. “Quiero reciclarme y empezar otra vez porque desde el 2009 no ejerzo como tal”, señaló sobre su carrera.

“No extraño el Parlamento”, aseguró entre risas. Hoy su vida pasa por otro lado: es abuela de Isabella, una bebé de cinco meses que vive en Artigas y se siente “feliz”.

Rapela fue la diputada más joven en el período pasado, al asumir como representante del Partido Colorado con 26 años. En la actualidad se dedica de lleno a la maternidad, es mamá de Catalina de 17 meses y comenzó un emprendimiento con una amiga para decoración de fiestas y eventos.

“Me dediqué a full a la maternidad y eso me impidió seguir involucrada en política”, dijo. A pesar de eso su agrupación (Avanzar) sigue funcionando dentro del Partido Colorado y ella regresará a militar allí.

Para el 2024, espera poder “volver con todo” a la actividad política porque su hija ya será más grande. “En el pasado le dedicaba 24 horas a ser legisladora y hoy en día no podía porque considero que es muy importante estar en esta etapa de la primera infancia”, subrayó.

El grupo de Rapela pertenece a Ciudadanos, aunque ella personalmente discrepa con algunos de los líderes del sector dentro del Partido Colorado. En su opinión, “falta una conducción firme de líder”, como lo fue en su momento el exsenador Pedro Bordaberry, quien es su vecino, y pretende que vuelva a la actividad política.

Rubio, el único diputado que tenía Unidad Popular, está jubilado y sigue su militancia dentro del 26 de Marzo. “Cuando superamos el golpe de haber perdido la banca se nos vino arriba la pandemia, pero ahora estamos recuperando la actividad”, reconoció a El País. Si bien en lo personal no extraña su banca, el objetivo de su partido es volver a tener representación en 2024 para “incidir”.

Militantes

Tanto Mónica Xavier como Rafael Michelini, fueron dos senadores con visibilidad dentro del Frente Amplio. La primera ocupó la presidencia de la coalición y el segundo fue vicepresidente.

Hoy a los dos les tocó estar fuera del Parlamento, pero no dejaron su militancia política. Michelini, tras ser una de las caras visibles de la campaña por la derogación de los 135 artículos de la LUC, enfocará sus energías en recorrer el país para rearmar su sector, el Nuevo Espacio.

Con respecto al hecho de no estar en el Parlamento comentó: “Es un mandato de la ciudadanía, mejoré en calidad de vida y me puse a escribir”. Publicará una novela sobre un hombre que participó en la resistencia a la expulsión de los judíos en 1492 en España.

En tanto, Xavier dedica sus horas a hacer política, actividad que según dijo hará “hasta el último de los días”. También integra foros internacionales, como el denominado Grupo de Puebla. “No he sentido la falta de actividad, aunque claro después de 20 años en el Parlamento uno siente la diferencia”, reconoció. De todos modos, señaló que “es una etapa cumplida” y cada tanto sigue las sesiones para “estar activa”, pero no piensa volver.

Sendic se fue del FA

En una carta dirigida a su sector, la Lista 711, el exvicepresidente Raúl Sendic anunció que dará un paso al costado de la actividad orgánica dentro del Frente Amplio. “No voy a estar orgánicamente con ustedes porque entiendo que debemos apostar a un recambio que garantice la continuidad del proyecto”, aseguró. “Yo estaré cerca, acompañándolos con todo el corazón, pero tengo muchas cosas además para resolver y siento que no debo ser yo, sino otros compañeros que puedan encabezar este proceso de reconstrucción”, dijo.

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