Yamandú Orsi trata de llevar el mismo ritmo de vida que tenía antes de las elecciones. Después de ese mojón, el único cambio visible de su casa en el balneario Pinamar es el corte de unas plantas contra la vereda y la colocación de una malla para darle más privacidad. En la esquina, hay una camioneta de la Policía para brindar una vigilancia mínima.
Orsi llegó a esa zona de Pinamar hace por lo menos 20 años, recuerda Alberto, quien vive a unos 50 metros de la casa del dirigente frenteamplista. "Este es un lugar tranquilo. Por eso él no quiere irse a la residencia presidencial (de Suárez y Reyes)", agrega Alberto en conversación con El País.
El hombre califica a Orsi como un "muy buen vecino" que no tiene problemas para detenerse a conversar. "Charla con nosotros sin problemas. Si estamos haciendo una tarea, nos viene a preguntar de qué se trata. Actúa como un vecino más. Saca la basura y sale a caminar por las calles del balneario".
"Con él jamás hablamos de política. Orsi vive aquí (Pinamar) desde antes de ser intendente (de Canelones) y ahora es presidente de la República. De todas formas, él no hace distinciones de ideología política cuando habla con los vecinos", explica Alberto.
Cuenta que, al igual que otros residentes de ese lugar de Pinamar, Orsi hace sus compras en los supermercados "Colón" o en"Salinas 2". En ocasiones lo acompaña su esposa.
El "Supermercado Colón" abrió sus puertas en 2002. "Yamandú siempre vino acá. Lo conocimos desde un principio. Es muy afable y una persona sencilla; viene con su esposa en una camioneta. Hace la cola como cualquier cliente. No habla de política", dice Nancy Borges, empleada del "Supermercado Colón".
En 2020, cuando Orsi fue electo intendente de Canelones, Nancy le solicitó una foto. El dirigente frenteamplista accedió. "El otro día le pedí una foto antes de que sea presidente de la República. Él se reía", cuenta la trabajadora.
A un poco más de una cuadra de la casa del mandatario, en la entrada de garaje de una bien cuidada casa, hay una bandera del Frente Amplio y un cuadro grande con la foto del presidente electo.
"Él (Orsi) pasa por mi casa en una camioneta y toca bocina. Llevo seis años acá (en Pinamar). He visto a Yamandú en la playa con su familia. Soy votante del Frente Amplio. En cualquier momento voy a ir a hablar con él. Yamandú anda acá como cualquier vecino", dice el enfermero del Hospital Británico, Juan Carlos García.
Claudia Pirotto es docente de Educación Física. Vive a pocas cuadras de la casa de Yamandú Orsi. Es mediodía de un día de semana de diciembre, y Pirotto pasa en bicicleta frente a la vivienda del primer mandatario electo. Al llegar a la esquina, ella se detiene. Recuerda que conoce a Orsi desde hace mucho tiempo.
"El nació entre los pueblos de Santa Rosa y San Antonio (un lugar conocido como El Santoral). Después estuvo un tiempo viviendo en la ciudad de Canelones. Trabajó como profesor (de Historia) en distintos liceos de Canelones y Maldonado. Yo trabajé con él cuando tuvimos un grupo en común en 1993" en el liceo de Santa Rosa, afirma Pirotto.
Recuerda a Orsi como una persona cordial, amigable, que escucha al otro. En ese momento, dice la docente, se hacían "jornadas en el liceo de Santa Rosa que se llamaban 'Puebleadas' donde los alumnos debían hacer un skecht sobre un tema histórico".
Junto con una profesora de Literatura, Orsi debía evaluar la actuación de esos niños. "Durante muchos años no lo vi. Él vivía en Canelones. Nos reencontramos acá con su familia. No somos amigos; somos conocidos. Antes de la campaña electoral, lo veía en los supermercados 'Colón' o "Salinas 1", agrega Pirotto.
Alberto, el vecino que vive a poca distancia de la casa de Orsi, señala que el primer mandatario electo acostumbra salir a caminar por el barrio o hacia la rambla al caer la tarde o de noche. Agrega que un tema recurrente de conversación con el hoy presidente es la actualidad de Peñarol —cuadro del que es hincha— y Nacional.
—¿Alguien del barrio viene a la casa de Orsi y le pide cosas? —pregunta El País.
—Nadie le plantea nada. Jamás escuché que un vecino le golpeara la puerta de la casa para pedirle un favor o un trámite —responde Alberto—. Cuando tuvimos un problema en el barrio, con un vecino fuimos a la Alcaldía y lo resolvimos. No lo planteamos a él que era el intendente.
Alberto advierte que en el barrio hay una gran tolerancia política a excepción de dos parejas. Y agrega: "Aprendimos a ser tolerantes en las diferencias. Hoy Yamandú es uno de los vecinos más viejos de la zona".