EDUARDO CASANOVA | MÉDICO DE UCM
La patología de la columna vertebral es uno de los sufrimientos articulares que motivan más consultas médicas, causando la intervención de los más diversos especialistas.
El motivo es que la columna vertebral consiste en un estuche rígido, que envuelve la estructura nerviosa de la médula espinal en la que se originan los nervios que llevan la motricidad y la sensibilidad a los cuatro miembros y al tronco. La manifestación más común es el dolor, cervical o lumbar (conocido popularmente con el nombre de lumbago) que se relaciona con la contractura de los músculos cervicales o lumbares situados a ambos lados de la estructura ósea.
En ocasiones, cuando el dolor se irradia a distancia y/o aparecen trastornos de la sensibilidad (hormigueos) o bien pérdida de fuerza muscular, ello traduce la compresión de un nervio sensitivo o motor.
Una de las situaciones que se observa con mayor frecuencia es la lumbociatalgia (también llamada lumbociática o ciática) causada por el compromiso de las raíces del nervio ciático a nivel de las últimas vértebras lumbares.
En estos casos, es característico el dolor que se irradia desde la zona lumbar, por la cara posterior del muslo, e impide flexionar la pierna estirada sobre la pelvis (signo de Lasègue).
Cuando el dolor es especialmente intenso y prolongado puede relacionarse con la compresión nerviosa causada por lo que se conoce como una "hernia de disco", que consiste en la alteración y desplazamiento del disco cartilaginoso (que separa dos cuerpos vertebrales), que llega a comprimir una raíz nerviosa. En dichos casos, el paciente puede incluso padecer un bloqueo de la columna que le impide todo movimiento, asociado a un dolor intenso, refractario a los analgésicos y relajantes musculares habituales.
El disco cartilaginoso intervertebral, como una almohadilla, es la estructura clave en los sufrimientos de columna, pues cumple una función de amortiguador que disminuye la intensidad de las presiones transmitidas a los cuerpos vertebrales.
Ello debe tenerse en cuenta para prevenir el sufrimiento de la columna, no sometiendo a estos cartílagos a presiones intensas y prolongadas, por ejemplo, evitando el sobrepeso, la obesidad y, fundamentalmente, evitando levantar peso en forma excesiva y prolongada sin contar con un entrenamiento adecuado.
El tratamiento quirúrgico puede resolver el problema de la compresión nerviosa, pero debe tenerse en cuenta que las estadísticas internacionales manifiestan que existe hasta un 20% de fracasos en dichas intervenciones.
¿Cuáles son complicaciones frecuentes?
Cuando se afectan los nervios, debe intervenir el neurólogo y/o el neurocirujano. En estos casos ocurren trastornos de sensibilidad o de motricidad, según se compriman los nervios que entran o que salen de la columna. Pueden afectarse los miembros superiores o inferiores.
¿Cómo se realiza el diagnóstico?
La intervención del internista se relaciona con una sintomatología que en sus inicios puede no orientar al verdadero origen, como dolor de cabeza o de nuca. El sufrimiento muscular que ocasiona el dolor se produce cuando una articulación vecina se encuentra en sufrimiento.
¿Es común que el paciente tenga mareos?
Puede tener mareos en caso de compromiso circulatorio de las arterias vertebrales. La clínica puede ser orientadora, si el mareo aparece con movimientos extremos de la cabeza. Debe distinguirse del vértigo, que causa trastornos del equilibrio con características y causas diferentes.