Estarán prontos en septiembre, funcionarán a nafta común.

Max Patissier es un ingeniero francés que se instaló en Uruguay para fabricar dispositivos electrónicos. Lidera una plataforma de negocios que incluye el montaje de drones en el país y está planeando desarrollar una línea de helicópteros livianos de dos plazas para el año 2017.

Mientras tanto, en el mes de julio llegará desde Francia y en septiembre se presentará en sociedad el "Mini-max", una especie de helicóptero con tecnología drónica que permite la presencia de un tripulante, según explicó el ingeniero a El País.

La máquina de volar levanta hasta 200 kilogramos y tiene un sistema de estabilidad que lo hace ideal para filmaciones de cine o publicidad, estiman sus desarrolladores.

La reglamentación de la Dirección Nacional de Aviación Civil (Dinacia) fijó tres categorías de drones: los llamados "menores", que pesan hasta 25 kilos, los "medianos" de entre 25 y 260 kilos y los "mayores" que superan los 260 kilos.

Los que se encuentran dentro de la categoría "menores" no deben pedir registro ni licencia. En cambio, los menores, donde se incluiría el "Mini-max", tendrían que inscribirse ante la Dirección de Seguridad Operacional de la Fuerza Aérea Uruguaya. Serán identificados con un número, que deberá ser visible en los laterales y superficie superior e inferior del dispositivo. Además, tendrán que solicitar una autorización especial para ser tripulados, se acuerdo a lo que indica la reglamentación de Dinacia.

Los componentes principales están construidos con fibra de carbono lo que reduce sustancialmente el peso del aparato. Por este motivo, podrá ser conducido por personas que cuentan con escasa preparación de acuerdo a la normativa vigente al respecto.

El plan es que el equipo salga al mercado uruguayo a un costo de unos US$ 80.000. Consumirá el mismo tipo de nafta que los automóviles. La primera etapa consistirá en armar un "Mini-max" en el país, luego se construirán algunas partes con mano de obra nacional.

"Se dice que en 2025 el 10% de la industria aeronáutica será con drones, es mucho. Me parece que en Uruguay tenemos un campo fantástico para probar esta tecnología porque estamos muy cerca del mar y a minutos del campo. El único problema es el viento pero no es nada grave", explicó.

El martes pasado el ingeniero francés presentó uno de sus drones ante oficiales y técnicos de la Fuerza Aérea Uruguaya. Allí realizó una demostración sobre una de las canchas de fútbol. La muestra consistió en la realización de un recorrido preestablecido. Incluyó varias detenciones programadas en determinados puntos.

Antes del vuelo, el ingeniero mostró las características del circuito. La máquina debió enfrentarse a un viento importante pero superó el desafío.

El ingeniero aclaró que no está dispuesto a construir drones para tirar bombas. "Mi objetivo es trabajar para colaborar con la seguridad, vigilancia, ayudar en el manejo de los animales", señaló.

"Desde hace dos años estamos construyendo drones, pero nuestro objetivo es hacer helicópteros. Los drones están limitados por el tamaño, si queremos hacer algo más pesado y con más fuerza hay que ir al modo de helicópteros", explicó Patissier.

Para ello la empresa viene proyectando nuevos objetivos. "La idea es hacer una inversión importante. Hay un mercado mundial para los helicópteros livianos. Puede ser una entrada (económica) fantástica. Tenemos los ingenieros, vamos a instalar una planta de fabricación que podría ser en Melilla o Carrasco. Tenemos un hangar", informó el ingeniero.

El ingeniero Max Patissier trabaja en varias empresas. Lidera la firma Cloud-Stat que viene produciendo drones desde hace dos años en Uruguay. Además, participa en MakerLaber, una firma que ofrece servicios de impresión 3D, entre otros. Junto a The Electric Factory han formado SinergiaTech, un espacio de apoyo a la innovación y desarrollo de tecnología.

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