Primaria gasta US$ 300 mil por día en comida

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Buzzetti: "Nosotros no tenemos una cobertura para darle de comer a liceales"
Escolares en la Escuela 116 de Santiago Vazquez, centros de enseñanza publica en Montevideo, ND 20140829, foto Maria Ines Hiriart - Archivo El Pais
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Primaria gasta 300.000 dólares por día en darle de comer a 248.590 escolares. El presupuesto no da para más. Aclaran que no se pueden hacer cargo de alimentar a los liceales que llegan a los centros educativos sin comer nada.

¿Por qué lo aclaran? Porque uno de los planteos que hizo Secundaria para solucionar el problema de los estudiantes que llegan con hambre al liceo de Parque del Plata (50 de 300 que van al turno de la mañana, según advierten los profesores), fue que vuelvan al comedor de la escuela de tiempo completo N° 153 que está en la misma zona.

"No tenemos más presupuesto", precisó la directora general del Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP), Irupé Buzzetti, en declaraciones a El País. Al tiempo que aclaró que su par en el Consejo de Educación Secundaria (CES), Celsa Puente, aún no le ha hecho ningún planteo oficial.

"Nosotros no tenemos una cobertura para dar de comer a los alumnos de Secundaria. No está en las posibilidades de nuestro presupuesto darle de comer a los liceales", insistió Buzzetti.

Todos los años decenas de miles de alumnos egresan desde sexto de escuela rumbo a primero de liceo y se quedan sin el desayuno, almuerzo y/o merienda. Algunos también se quedan sin cena. Luego de siete años la responsabilidad de darle de comer a los jóvenes vuelve a los padres. Después de que El País sacara a la luz el caso del liceo de Parque del Plata, los sindicatos docentes de Secundaria advirtieron que el hambre es una realidad con la que conviven todos los días, sobre todo en centros ubicados en los barrios periféricos de Montevideo y en las zonas más pobres de Canelones.

Los profesores piden ayuda. Pero aclaran que la solución no está en darle de comer a los alumnos, sino en buscar que los padres puedan brindarles el alimento que necesitan. Desde la Asociación de Docentes de Educación Secundaria (ADES-Montevideo), el dirigente Luis Martínez dijo esta semana a El País: "Si hay 600.000 uruguayos que ganan menos de 15.000 pesos por mes estas cosas van a pasar". Estos datos pertenecen al Instituto Cuesta Duarte del Pit-Cnt, y fueron difundidos previo al acto del pasado 1° de mayo.

En tanto, el presidente de ADES, Emiliano Mandacen, advirtió que esta situación se da en muchos centros, entre ellos el liceo 13 del barrio Flor de Maroñas, el cual ostenta los peores resultados a nivel de repetición. En 2013 el índice de no aprobación en ese centro fue de 55,4%. El sindicalista dijo que si se contara solo a los estudiantes que logran, pese a los contextos en que viven, cursar hasta fin de año, los índices de aprobación allí serían de 85% o 90%.

"Nosotros hemos planteado que aquí hay una problemática a atacar. Lo ideal es que el joven logre alimentarse en su hogar (...) Las políticas sociales asistencialistas no sirven si no se generan herramientas para que la población logre tener autonomía", precisó por otra parte Mandacen, consultado por El País sobre la posibilidad de que los jóvenes de contexto más crítico empiecen a comer dentro de los centros educativos.

Coordinación.

"A veces en el interior hay un grupo de alumnos de liceo que requieren alimentación, entonces se coordina con las escuelas y siguen almorzando. Pero son casos muy aislados. Quizá una coordinación entre ambos subsistemas pueda ser una opción para solucionar el problema de los liceales, pero lo cierto es que nosotros tenemos solo presupuesto para los de Primaria", aclaró por su parte a El País la inspectora Graciela Moizzo, coordinadora del Programa de Alimentación Escolar (PAE).

La funcionaria señaló que una vez que los jóvenes pasan a sexto año no se les da más de comer y tampoco se hace un seguimiento de cómo se las arreglan para seguir alimentándose. "El comedor escolar es solo para los inscriptos en la escuela", remarcó.

Además, contó que se han dado casos de "jóvenes en contextos muy vulnerables", que "una vez estudiada la situación" se resolvió que "sigan comiendo en el comedor escolar". Pero en cifras esto es insignificante: "estos casos son contados con los dedos, no son más de cuatro o cinco chicos en todo el país".

Por otro lado, advirtió que Primaria "no tiene espacio físico para recibir liceales, que son de otras edades de los escolares". Los comedores que hay no son lo suficientemente grandes como para albergar siquiera a todos los estudiantes de una escuela. "Muchas veces tienen que comer en tandas, primero los más chiquitos que son los que demoran más y después van los más grandes", añadió.

Comida.

"Las prestaciones son diferentes según el tipo de escuela. En las escuelas que son de tiempo completo se desayuna, se almuerza y se merienda. En las de tiempo extendido, algunos que tienen requerimientos almuerzan pero todos desayunan, y hay quienes también toman la copa de leche en la tarde. Y también tenemos escuelas que solo tienen comedores y dan solo la merienda de leche. A la mayoría de las escuelas les llega diariamente leche", explicó Moizzo.

De los 248.590 alumnos de Primaria que comen dentro de las instituciones educativa, 71% (176.499) recibe solo almuerzo; 16% (39.774) desayuno y merienda; 7% (17.401) desayuno, almuerzo y merienda; 5% (12.430) almuerzo y desayuno o merienda; y 1% (2.486) desayuno, almuerzo, merienda y también cena. Se les brinda el alimento durante el año lectivo y también a aquellos que lo requieran en el verano en el período de vacaciones.

El caso.

Profesores del liceo de Parque del Plata advirtieron la semana pasada que de 300 alumnos que tiene el centro educativo, 100 están en situación de vulnerabilidad por los contextos en que viven, y que de esto 50 llegan día, o día por medio, sin comer.

"No desayunan, no almuerzan, no comen en todo el día. En la zona hay una escuela de tiempo completo en la que les dan de comer, pero cuando pasan al liceo ya no tienen ese beneficio (…) Hay gurises que dicen tengo hambre. Otros no lo dicen porque les da vergüenza", contó Ana Píriz, profesora de esa institución.

Los docentes hacen colectas para darles de comer a los alumnos. Hay quienes llevan tuppers con comida y también los que cargan con bolsas de leche.

Pidieron ayuda al Ministerio de Educación y Cultura y a Secundaria el mes pasado, pero hasta que la pasada semana la ministra de Educación y Cultura, María Julia Muñoz, instó al presidente de la Administración Nacional de Educación Pública a buscar una solución, no habían obtenido una respuesta. Por ahora, Secundaria aumentó las becas de cantina para los alumnos de tutorías que pasan más tiempo en el centro.

Los planes del estado que ya no alcanzan.

Hay diferentes planes que buscan garantizar la alimentación para los jóvenes que estudian. Más allá de las becas que da Secundaria, que incluyen una merienda de la cantina todos los días (un sándwich y un café con leche), también el MEC les da una cuota de 1.000 pesos cada dos meses a los hogares de alumnos de contexto más crítico. Después, claro, está lo que brinda el Mides.

Por un lado las asignaciones familiares, que cobran todos los padres de menores de 18 años siempre y cuando asistan a una institución educativa. El monto va desde 700 a 1.400 pesos. Por otro lado, también está la Tarjeta Uruguay Social, que llega a los 60.000 hogares del país de mayor vulnerabilidad y la cuota es también de 700 a 1.400 pesos para las familias por menor a cargo. Con esta solo se puede comprar alimentos y artículos de higiene personal.

Se distribuyen 19 toneladas de leche en polvo por mes.

En el 90% de las escuelas de todo el país se lleva a cabo algún tipo de prestación alimentaria. Se trata de 2.100 instituciones, equivalentes a 248.590 niños. El costo es de 300.000 dólares por día.

Según las cifras del Consejo de Primaria, en un mes se distribuyen, en todo el país: 19 toneladas de leche en polvo fortificada con hierro, 400.000 litros de leche fluida y 200.000 litros de leche larga vida.

La inspectora coordinadora del Programa de Alimentación Escolar (PAE), Graciela Moizzo, señaló a El País que los menús que se sirven son variados.

"Lo que nosotros tenemos en el Consejo de Primaria es un equipo de nutricionistas que planean una distribución semanal de lo que tiene que comer un niño en edad escolar. Ellos marcan cuántas veces tienen que comer carne, los días que hay frutas o postres lácteos, etc. Los almuerzos sí consisten todos en el plato de comida, el pan, la bebida y el postre", señaló la jerarca.

Las modalidades por las cuales se les da de comer a los chicos son tres: tradicional (por la cual personal del CEIP elabora un menú en el mismo centro), tercerizado (cuando el menú se elabora por empresas que hayan ganado una licitación) y semitercerizado (cuando las empresas elaboran el menú dentro de las instituciones educativas). Los dos segundos sistemas rigen solo en Montevideo y Canelones el primero, y en Montevideo, Canelones y Maldonado el segundo.

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