El intendente de Montevideo, Mariano Arana, puso el pie en el acelerador y ordenó a los directores municipales "apurar" las negociaciones que llevan adelante con las empresas que ganaron algunas de las licitaciones de la comuna y que por problemas financieros las obras están detenidas o estancadas.
Para el jerarca comunal, la crisis económica y la falta de crédito en la plaza financiera determinó que las reestructuras más importantes que pensaba realizar se vieran afectadas y como consecuencia la Intendencia se vio obligada a estudiar de nuevo los números.
Al regreso de su viaje el intendente pasó lista de las principales concesiones y determinó como orden de prioridad concluir con las negociaciones de cuatro licitaciones: el Hotel Carrasco, el ensanche del bulevar José Batlle y Ordóñez desde Coronel Raíz hasta camino Lecocq, la compra de contenedores y camiones de recolección de basura y la adjudicación del servicio de barrido y recolección de residuos para la zona del Centro y la Ciudad Vieja.
CARRASCO. Desde hace varias semanas la Intendencia negocia con la empresa Carmitel —concesionaria del Hotel Carrasco y responsable de las reformas ahora detenidas—, una ampliación del contrato original que establezca nuevas condiciones, entre ellas el canon que recibirá de la comuna y la fecha concreta de finalización de las obras. El director del Departamento de Desarrollo Económico, Alberto Rosselli, dijo a El País que en menos de quince días la Intendencia deberá decidir el futuro del Hotel.
Rosselli recordó que la refacción del Hotel comenzó a mediados del año 2001 por lo que la decisión no puede esperar. En octubre del 2002 fueron suspendidas debido a problemas de disponibilidad financiera por parte de la empresa.
Para el jerarca las negociaciones no pueden esperar más.
En tanto, la empresa intenta que la comuna dé "seguridad de cobro" con respecto al canon que por contrato le corresponderá recibir una vez que las obras estén terminadas. Originalmente se había establecido que éste correspondería al 5% de la fichas jugadas en el casino, con un mínimo de 800.000 dólares, pero con el cambio de condiciones —fundamentalmente la variación en el dólar y la recesión económica general que atraviesa el país—, los empresarios están planteando cambios.
Carmitel estima que serán necesarios entre 10 y 12 millones de dólares más para finalizar la obra, que está muy avanzada pero detenida desde hace casi seis meses. La llamada "obra sucia", es decir la etapa más pesada y trabajosa de la remodelación, ya está pronta, pero restan por comenzar los subcontratos que le darán una nueva estética al interior del tradicional edificio. Ahora también se está negociando el contrato original con la empresa constructora, que había sido definido en dólares.
La suspensión de obras decidida el año pasado se debió en gran parte a la falta de financiación por parte de bancos, luego de la devaluación que se produjo a mediados de 2002. En ese momento se pararon todos los créditos que tenía disponibles la empresa; la parte del capital que correspondía a los socios, unos seis millones de dólares, ya había sido invertida en el edificio.
En el proyecto original, Carmitel y Marriot planteaban la inauguración del edificio a mediados de 2003.
NUEVAS REGLAS. La recolección de basura de la zona del Centro y la Ciudad Vieja estarán a cargo de la empresa SUR durante cuatro meses más hasta que la compañía que ganó la licitación pueda comenzar a trabajar. La Intendencia logró este acuerdo con SUR después de una larga negociación donde la empresa aceptó bajar un 20% los precios.
Actualmente la IMM gasta U$S 19,9 por tonelada cuando el servicio lo realiza la empresa SUR. Mediante este acuerdo, SUR se comprometió a mantener las fuentes de trabajo a través de un sistema de licencias rotativas.
En tanto, la empresa ganadora, Teyma, continuará analizando la ecuación económica porque la licitación que ganó hace medio año ya no le sirve.
Por otra parte, los directores negocian con la empresa Grinor S.A. los nuevos precios de la licitación que había sido adjudicada a esa empresa el año pasado para el el ensanche del bulevar José Batlle y Ordóñez desde Coronel Raíz hasta camino Lecocq. Los planes originales consistían en el ensanche de la vía de tránsito en un tramo de cuatro kilómetros, que permitirá pasar de una senda de ocho metros de ancho a una doble vía de nueve metros y medio cada carril, separadas por un cantero central de cinco metros de ancho.
La licitación comprendía la construcción del bulevar, mantenimiento y operación, en régimen de concesión de obra pública.
La empresa ganadora debía hacerse cargo de la construcción de veredas, instalación de semáforos, iluminación y señalización del bulevar.
La oferta de la firma Grinor fue de U$S 19.970.000, que incluyó el costo de la obra, las expropiaciones necesarias, el mantenimiento y la financiación. El pliego establecía que la IMM debía abonar al concesionario de acuerdo a la utilización de la vía, mediante el sistema denominado "peaje sombra". Para eso se establecerá un dispositivo de conteo y clasificación permanente, de modo de contar con un relevamiento histórico de volumen de tránsito y evaluar el número de vehículos que se utilizará para el cálculo de los pagos de la IMM. El plazo de concesión es de 9 a 15 años.