En la campaña presidencial y los primeros meses de su mandato, el presidente José Mujica habló de permitir la internación compulsiva de los adictos, para "sacarles el vicio a prepo", lo que incluía darles instrucción militar. El planteo fue rechazado por los especialistas del propio gobierno y de varias ONG y Mujica no lo mencionó más. En el Parlamento hay dos proyectos de ley que buscan regular el cultivo de marihuana para consumo personal. El primero que se presentó en América Latina fue el del diputado nacionalista Luis Lacalle Pou y el otro por el frenteamplista Sebastián Sabini.
La iniciativa de Lacalle Pou establece: "Quedan prohibidos la plantación, el cultivo, la cosecha y la comercialización de cualquier planta de la que puedan extraerse estupefacientes u otras sustancias que determinen dependencia física o psíquica, con las siguientes excepciones: A) Los que se realicen con exclusivos fines de investigación científica o para la elaboración de productos terapéuticos de utilización médica, y B) el cultivo y la cosecha de marihuana destinado al consumo personal".
El proyecto presentado por Sabini, que fue apoyado por la bancada del Frente Amplio, establece que "se entenderá como cantidad destinada al consumo personal, hasta 25 gramos de marihuana". El proyecto le adjudica al Poder Ejecutivo la facultad de reglamentar las disposiciones y los mecanismos de acceso a las semillas, el que siendo destinado a plantaciones de consumo personal "se considerará en todos los casos como actividad lícita". La iniciativa de los legisladores oficialistas señala que "se entiende que es para consumo personal o compartido en el hogar la plantación, el cultivo y cosecha domésticos de hasta ocho plantas de cannabis de efecto psicotrópico y la recolección de la plantación procedente".
El Parlamento decidió crear una comisión sobre drogas y adicciones con fines legislativos, que deberá analizar estos proyectos.
Ayer miércoles, el prosecretario de la Presidencia, Diego Cánepa, salió al cruce del informe de la ONU que ubicó el consumo de cocaína en Uruguay por encima de la media mundial. El jerarca aseguró que el enfoque de ese informe que establece que Uruguay registra un alto consumo de cocaína "es equivocado". Agregó que el país tiene una prevalencia de consumo de cocaína del 1%, una cifra muy baja si se la compara con países desarrollados como Estados Unidos o Europa.