Federico Prack (LA NACION. GDA)

Por la exótica geografía, el patrimonio cultural y arquitectónico, Puerto Rico es conocido como la Isla del Encanto. En cada una de sus cuatro regiones, denominadas según los puntos cardinales, hay construcciones históricas, bosques tropicales, grandes extensiones de playa para visitar; pero también se ofrecen innumerables actividades recreativas y culturales, diurnas y nocturnas, para todas las edades, que conjugan gustos de la vida moderna con ricas tradiciones y costumbres.

La historia y el presente conviven a diario en las calles del viejo San Juan, península que está a pocos minutos del centro y del Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín. Esta zona, originalmente bastión militar, fue declarada Patrimonio de la Humanidad y es uno de los principales puntos turísticos ya que está formada por siete manzanas, con calles empedradas, viviendas, comercios, hoteles, y castillos y fuertes, rodeados por áreas verdes y murallas con miradores de varios metros.

Si el calor lo permite (la temperatura promedio es de 28°C), desde el centro se puede llegar caminando en 20 minutos; si no, en ómnibus o taxi hasta el área de los muelles, y desde allí un servicio de trolley gratuito acerca hasta el Castillo San Felipe del Morro, el Castillo de San Cristóbal y el área de los museos (Pablo Casals, Casa Blanca, del Niño, de las Américas y de San Juan, entre otros), donde se ofrecen visitas guiadas.

Desde la Puerta de San Juan (réplica de la original hecha en 1520, con robustas piezas de madera y herrajes de hierro) se puede ingresar en la ciudad subiendo una empinada calzada de adoquines como lo hacían los pasajeros de los barcos que visitaban la isla en el pasado.

Costumbres actualizadas. Hacia el Norte, el cementerio de Santa María Magdalena es un camposanto utilizado hasta hoy como la última morada por los personajes destacados de la cultura local. Muy cerca, en el extremo de la península, aunque se comenzó a construir en 1539, el Castillo San Felipe del Morro se concluyó en 1786; se trata de una imponente construcción de seis metros de altura, a 45 metros sobre el nivel del mar, curtida por los años y la humedad. En el otro extremo, en el límite con la ciudad nueva, el Castillo de San Cristóbal es, en cambio, más reciente —comenzó a construirse en 1634 y se terminó en 1783—, y junto con El Morro y las extensas y gruesas murallas fueron una gran defensa contra los ataques de piratas como Drake.

La política aplicada desde mediados de este siglo en la preservación arquitectónica de la zona permite, además, el mantenimiento de los edificios privados. El estímulo incluye créditos a largo plazo para la reparación de los frentes y exención de impuestos por 20 años para los que reformen su planta baja como locales comerciales.

El nuevo San Juan es popular por sus playas y zonas turísticas, con hoteles, casinos, clubes nocturnos, restaurantes y boutiques. También desde El Condado hasta Isla Verde (donde están los hoteles), hay playas para surfear o jugar voley; y desde el náutico de San Juan y del San Juan Bay Marina, parten botes para ir de pesca o hacer buceo.

El estilo de vida americano está bien amalgamado en la herencia española, que hace de este país un Estado Libre Asociado, y de sus habitantes, ciudadanos norteamericanos. La última moda y la tecnología combinadas con una exquisita cocina y música tradicional crean un ambiente cautivador. Y si bien la moneda es el dólar y los idiomas oficiales el español y el inglés (lo que motiva el spanglish), el boricua siente con orgullo que su madre patria es España. A cualquiera que se le pregunte dirá: Tenemos lo mejor de ambas culturas: el beneficio económico y el calor latino.

Transporte. Taxis urbanos: los públicos (se identifican con una P o PD al final del número de la licencia) operan de día; parten desde la plaza central del pueblo siguiendo rutas fijas, y se pueden compartir. El resto de los taxis se toman en la calle, tienen una tarifa por hora y se cobra según el reloj.

Alojamiento. Una noche en el Hotel El Convento, barrio histórico de San Juan, cuesta cerca de 300 dólares (con desayuno continental). Una noche en el Holiday Inn Casino, Ponce, cuesta 270 dólares (sólo el alojamiento).