Respirar, relajarse y aprender

| El yoga en la educación ayuda al alumno a concentrarse y liberar tensiones físicas y mentales. En el país, varios docentes utilizan esta técnica

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El timbre indica que el recreo ha terminado. Los niños, sudorosos y agitados tras corretear, se sientan en sus pupitres con desgano pero el profesor no da tregua. Les pide que saquen sus cuadernos y lápices para que sigan con sus ejercicios de cociente de la división. A esta altura, la clase se divide en dos grupos: aquellos que, sumidos en el letargo miran los ejercicios estupefactos, y los que arrastran la agitación del recreo pero encuentran dificultad en quedarse sentados.

"Para un niño que está sentado ocho horas se le hace difícil concentrarse", indica Rita Poggi, directora del James Summer School. Ante lo inevitable, algunos docentes se preguntan cómo captar la atención de sus alumnos y mejorar su disposición hacia el trabajo.

En este sentido, una de las orientaciones más recientes en las ciencias de la educación propone incorporar el yoga al horario escolar. Con unos minutos destinados a ejercicios de estiramiento, respiración, relajación y corrección de la postura, el clima de la clase cambia considerablemente y los alumnos mejoran su capacidad para concentrarse.

De acuerdo a Nuria Sanguinetti, profesora y presidenta de RYE Uruguay, "el concepto clásico de educar se ocupa sobre todo del aspecto mental, descuidando los otros". La aplicación de técnicas de yoga en la clase busca revertir este concepto: ayuda al alumno a interiorizar sus vivencias, tomar conciencia de su cuerpo y unirlo a su mente y a sus emociones.

BENEFICIOS. "Inhalen el aire, respiren hondo, y exhalen lentamente. Ahora vamos a levantar los brazos, cerrar los ojos e imaginar que tratamos de alcanzar las estrellas". Los niños, obedientes, estiran sus brazos y Enya suena como música de trasfondo.

En el James Summer School, estas actividades al inicio de la clase no son novedad. "Nosotros propiciamos que los profesores hagan yoga en el ambiente de la clase", asegura Rita Poggi, directora de la institución.

Si bien no se trata de una materia curricular, los docentes tienen la opción de realizar un curso en la institución y aplicar las técnicas de yoga en el aula, siempre y cuando se sientan a gusto. De acuerdo a Poggi, "muchos recurren a esta técnica porque su metodología de trabajo ya no les rinde y les cuesta imponer límites".

Lo novedoso de la técnica, asegura, es que funciona como puente entre "cuerpo, mente y espíritu. Ayuda a que el alumno tome conciencia de su cuerpo, ya que al estar sentados tantas horas mueven muy poco sus articulaciones. Además de estirar y flexibilizar, a través del yoga hacen circular su energía. Es lo que llamamos ‘limpiar la casa’. Los alumnos, al ser conscientes de su respiración calman el sistema cardiovascular y el sistema nervioso".

A su vez, Nuria Sanguinetti resalta que el yoga ayuda a que el alumno focalice su atención en la clase y libere sus tensiones físicas y emocionales. "Se trata básicamente de recuperar el centro, el equilibrio". Según explica, las técnicas se deben aplicar de acuerdo a las edades: para los más chicos con un fuerte componente lúdico, y para los adolescentes, que suelen tener miedo al ridículo, mediante explicaciones que resalten los beneficios científicos del yoga.

EN URUGUAY. Si bien el yoga no ha sido incorporado como materia curricular en el país, muchos docentes lo aplican en su clase, y colegios tales como el James Summer School fomentan la incorporación de dichas técnicas.

"Es un movimiento que se está desparramando", asegura Rita Poggi. Junto a las docentes Nuria Sanguinetti, María Capurro, Fernanda Urrestarazu y Carolina Aguerre, integran desde 1994 RYE Uruguay, un movimiento internacional que investiga la aplicación de técnicas de yoga en la educación.

En el país, el movimiento RYE organiza desde 1996 cursos de formación en distintas instituciones educativas y desde 1998 realizan un seminario anualmente de dos días para educadores formados en las técnicas del yoga en la educación.

Esta corriente fue fundada en Francia en 1978 por Micheline Flak, Doctorada en Literatura Americana e investigadora en la aplicación de técnicas de yoga en el aula. Actualmente, estas técnicas forman parte de asignaturas del Programa de Formación Docente de la Sorbonne.

Flak incluso visitó el país en cuatro oportunidades, tres de ellas gracias a RYE Uruguay. Las integrantes no tardan en citar a Flak como su referente. "Cuando hice el seminario, lo que planteaba me sedujo totalmente", asegura Poggi. Movidas por algo que consideran su pasión, estas docentes aseguran que el yoga en la educación sólo trae beneficios, aunque no ofrece milagros.

"Se trata de dotar a los alumnos con herramientas para que se enfrenten al mundo que les toca vivir. El yoga ofrece ese conocimiento interior", sintetiza Poggi.

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