LEONEL GARCIA
Y el trompo?" La pregunta se repitió en cada vecino, ciclista o transeúnte que pasaba ayer en la mañana por la esquina de Aparicio Saravia y Newton. Uno de los símbolos del barrio Peñarol era removido de su lugar. "¿Lo van a devolver? ¿Cuándo?" Esas eran las siguientes interrogantes, casi invariablemente.
Los encargados de la remoción del extraño y casi misterioso objeto conocido como "el trompo de Peñarol" son cientistas sociales del Centro Latinoamericano de Economía Humana (Claeh). Ellos trabajan dentro del proyecto municipal para la recuperación del Patrimonio Industrial en ese barrio.
El trompo fue enviado a un depósito municipal donde será limpiado y restaurado. A su vez, los cientistas sociales harán una investigación documental para saber su origen y significado. "Lo antes posible vamos a volver a emplazarlo en la misma esquina con un nuevo basamento", según dijo a El País Ana Ribeiro, historiadora del Claeh. Para tranquilidad de los vecinos, el objeto tiene retorno asegurado.
ORIGEN IMPRECISO. Del trompo es más lo que se desconoce que lo que se sabe. Los investigadores descubrieron ayer que es hueco y está compuesto de una sola pieza de hierro fundido. Incluyendo un precario basamento, tiene una altura de metro y medio, y pesa entre 200 y 250 kilos, aproximadamente.
No es un monumento, pero la Intendencia Municipal de Montevideo (IMM) le dio carácter patrimonial. No cumple ninguna función más que la decorativa, pero es un referente del barrio. Los vecinos aseguran que desde siempre estuvo ahí, pero no recuerdan el porqué ni para qué. Es más, el tiempo ha tejido a su alrededor un montón de leyendas urbanas.
Hay quien asegura que el objeto llegó por error al barrio e inmediatamente fue adoptado. No falta quien sostenga que provino de un barco donde funcionaba como un precario instrumento de navegación. Como se encuentra frente a los talleres de Peñarol, muchos dan por sentado que tenía utilidad ferroviaria.
Aguzando la imaginación, esta pieza abstracta también parece la cúpula de una torre árabe o morisca. Su forma plástica recuerda la de un puntero, molinete e incluso una pieza de ajedrez. El trompo es solamente una de las formas que asemeja este elemento abstracto. Sin embargo, no se lo conoció nunca por otro nombre. Además, salvo en breves períodos de tiempo, siempre estuvo colocado en la esquina de Saravia y Newton.
Y estas son dos de las claves de los investigadores para desentrañar su misterio.
TEORIA. El astrónomo y matemático inglés Isaac Newton (1642–1727) utilizó al trompo como objeto-emblema de sus investigaciones de sus teorías sobre el movimiento de rotación y traslación de los planetas. A nivel científico, esta alegoría es tan conocida como la manzana y la ley de gravedad.
"Los proyectiles continúan en su movimiento mientras no los retarde la resistencia del aire o los jale hacia abajo la fuerza de gravedad. Un trompo cuyas partes, debido a su cohesión, son empujadas continuamente hacia fuera del movimiento rectilíneo, no cesa en su rotación en tanto no sea retardado por el aire. Los cuerpos más grandes de los planetas y los cometas, que encuentran menos resistencia en espacios más libres, preservan su movimiento tanto progresivo como circular durante tiempos más largos", escribió Newton en Principia (1687).
"Nosotros creemos que no es casual que pese a su forma abstracta todos los vecinos de Peñarol lo llamen trompo y que además esté emplazado en calle Newton", indicó Ribeiro. La teoría de los investigadores del Claeh es que el objeto es un homenaje al científico británico.
De acuerdo con otro historiador del Claeh, Raúl Cheda, esta calle adaptó su nombre en 1915. Un habitante de la esquina, que llegó a la zona en 1930 siendo niño, dijo que ya entonces estaba instalado el trompo. En ese lapso de 15 años habría sido instalado el objeto.
Más allá de su dudosa utilidad, el trompo era un referente estético de un barrio cuyas características más profundas se vinculan al ferrocarril, donde lo funcional prima sobre lo agradable a los ojos, donde se concentra el 10% de los padrones afectados como patrimonio en Montevideo. Donde basta observar los ojos asombrados de los vecinos al ver la esquina de Saravia y Newton vacía para darse cuenta que ya lo están extrañando. Aunque sea por breve tiempo.
Base nueva
Cuando sea nuevamente colocado, el trompo contará con un nuevo basamento y con una leyenda que explique su origen. Para eso, los historiadores rastrearán documentos que permitan encontrar una pista comenzando en los archivos del Centro de Artesanos de Peñarol. Posteriormente, el Claeh proyecta realizar la restauración con el silbato de los talleres ferroviarios.