Para Alberto Iglesias es claro que la denuncia que el Ministerio de Salud Pública presentó contra las últimas autoridades de Casa de Galicia será archivada. Para el expresidente de la extinta mutualista “con toda la información presentada no hay mérito para que haya una denuncia firme”. Y por ello, a horas de que mañana el Frente Amplio interpele a los jerarcas de Salud Pública por el proceso que llevó al cierre del prestador de salud, insiste en apuntar a que todo el proceso fue para beneficiar al Círculo Católico.

“Todo esto, al final del camino, termina en regalarle Casa de Galicia al Círculo Católico. Estaba cantado que alguien estaba detrás de todo esto”, aseguró Iglesias.

El domingo El País informó que testigos que trabajaron en Casa de Galicia indicaron a la Justicia que Iglesias era quien “manejaba todo” en la exmutualista. Entre sus declaraciones se relató el vínculo con prestamistas privados a los que se les pagaban intereses “extracontractuales”, según los relatos, y que uno de ellos le dio un auto marca BMW blanco en el que el expresidente de Casa de Galicia circulaba.

Un elemento clave de la causa judicial, en el que el fiscal de Delitos Económicos, Gilberto Rodríguez, indagó a los testigos, fue el cobro de unos US$ 180.000 que hizo Iglesias de un cambio y la falta de registro sobre a dónde fue a parar el dinero.

Iglesias, en diálogo con El País, enfatizó que “nada de eso es cierto” y que así lo demostró el 13 de abril de este año cuando declaró ante el fiscal. “Ese dinero estaba en la clínica Leborgne y resulta que nadie había preguntado”, comenzó diciendo el expresidente de la mutualista.

“Eso fue a la clínica Leborgne y con eso se compró la emergencia móvil de Lavalleja, se pagaron obligaciones que tenía Leborgne y se pagó el servicio de profesionales que intervinieron para Leborgne y Casa de Galicia. Está todo documentado y lo tiene el fiscal”, dijo y agregó: “Los que declararon que no se sabía qué pasó con esa plata, mintieron”.

“Yo firmaba por las dos empresas, yo administraba Casa de Galicia y Leborgne. Yo dije que ese dinero fue para Leborgne. Teníamos cuenta corriente de dineros y obligaciones que eran de un lado para el otro. Es legal y yo como administrador firmo y dispongo. Está todo documentado”, dijo.

El extitular de Casa de Galicia también tiene la certeza de que la intervención que determinó el MSP se dio sin “ninguna razón”. Y va más allá: “En esa situación nos colocó el ministro (Daniel) Salinas caprichosamente y con mala intención”.

“Fue todo planificado y aunque busquen cierta legalidad aparente para responsabilizar a otros, esto lo condujo el ministro de Salud, que rápidamente reinauguró el sanatorio de Casa de Galicia en manos del Círculo Católico y al otro día renunció. Estaba esperando a hacer eso, cortó la cinta y se fue”, aseguró.

Además, Iglesias apuntó a quienes firmaron distintos informes que indicaban que Casa de Galicia no estaba en condiciones de seguir funcionando. Por ejemplo, sostuvo que las dos interventoras “fueron premiadas”. “¿Son casualidades? No. Son causalidades. Acá no hay inocentes”, enfatizó.

En uno de los casos, Iglesias apuntó contra quien se desempeñaba como asesora de Salinas. “Dejó su cargo y resulta que la nombran directora técnica en el Círculo Católico para administrar el sanatorio de Casa de Galicia. ¿No es una barbaridad que la persona que hizo el informe para que todo cayese la premian con ese cargo? A cara descubierta...”, sostuvo.

Y luego, se refirió a una contadora que, según relató, “se horroriza porque faltan US$ 180.000 pero no fue capaz de irlos a buscar a Leborgne”. “Ahora la nombran presidenta de la Junta Nacional de Salud en el MSP. ¡Pero che! ¿Seremos todos tan burros de aceptar que todo es casualidad?”, remarcó.

Por último, Iglesias recordó que advirtió “al menos tres veces” al presidente Luis Lacalle Pou sobre “el error” que cometía el Poder Ejecutivo, pese a que la intervención continuó su curso.

“Acá todo el mundo tiene los pantalones largos, ¿no? Que se hagan cargo”, concluyó.