LA LUCHA CONTRA EL CORONAVIRUS

Aquel concepto de inmunidad de rebaño del que tanto se habló antes del inicio de la vacunación, hoy genera más dudas que certezas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció que, en el caso del COVID-19, vacunando al 70% de la población de un país se puede alcanzar esa inmunidad colectiva tan deseada. Pero para Uruguay eso no está tan claro.

La directora del Programa de Inmunización de la Comisión Honoraria para la Lucha Antituberculosa e integrante de la Comisión Nacional Asesora en Vacunaciones (CNAV), Alicia Montano, dijo a El País que “ese número mágico del 70% dejó de ser tan mágico”, y que la inmunidad de rebaño no se alcanzará cuando esa cantidad de uruguayos estén vacunados.

“Si miramos los hechos, todavía quedan muchos en las franjas más vulnerables sin vacunar. Lo que sí sabemos es que tenemos que vacunar a todos los que en un primer momento nos pusimos como objetivo, pero la CNAV no maneja ni plazos ni fechas”, explicó.

Desde que comenzó la vacunación en Uruguaydiferentes inmunólogos y expertos han sostenido que ese 70% de personas inmunizadas no son suficientes para volver a la normalidad tal como la conocemos y lo dicen poniendo énfasis en dos cosas: la variante P1 y el tipo de vacunas.

Por otro lado, la cantidad de personas que se deben inmunizar creció ahora con la incorporación de los adolescentes de entre 12 y 17 años al esquema de vacunación.

Además, a pesar de que no es asesor del gobierno, según el profesor de la Cátedra de Inmunología de Facultad de Química Álvaro Díaz, aunque se vacunen los menores de edad (que significan más de 280.000 personas) lograr la inmunidad de rebaño es “muy poco probable” sin una tercera dosis de la vacuna contra el COVID-19.

Díaz explicó: “Esto está complicado y va para largo. No podemos dejar ningún agujero sin tapar porque es muy complicado el funcionamiento del virus. Tenemos la tranquilidad de que el que está vacunado hoy tiene un nivel muy importante de protección contra la enfermedad severa, pero estamos lejos de poder bajar la circulación del virus”.

Esa dosis “de refuerzo” está hoy en estudio en la comisión que asesora al gobierno, incluso Montano dijo que es “altamente probable que se necesite y aún más probable que aparezca una vacuna distinta a las que estamos usando que sea la que asegure que se va a controlar al virus aunque no lo va a hacer desaparecer”.

Según Montano, con el COVID-19 podría pasar algo similar a lo que ocurrió con la gripe española: “Primero vino una vacuna, a la que llamaron tejido, y después de un tiempo otra a la que se llamó muralla. Esa fue la que terminó con la pandemia. Quizá nosotros estemos entre una vacuna tejido y una muralla que todavía no llegó”.

En este sentido, Díaz precisó que lo mejor para una tercera dosis sería “una vacuna que esté actualizada para las nuevas variantes”, porque “los nuevos números de efectividad de las vacunas en Uruguay probablemente estén influidos por la P1 como variante dominante en todo el país”. Según el inmunólogo, los datos sobre la efectividad de Pfizer, por ejemplo, están por debajo de lo que se debería esperar. De todas maneras, hasta ahora, no se ha aprobado en el mundo ninguna vacuna actualizada.

La protección podría llegar a no vacunados

Un estudio realizado en Israel y publicado en la revista científica Nature dio a conocer que la vacuna contra el COVID-19 está ayudando a proteger tanto a las personas que ya la han recibido como a las que todavía no fueron inoculadas.

El trabajo se realizó en 177 comunidades y comprobaron que por cada aumento del 20% de personas vacunadas, el número de test positivos en cada población no vacunada disminuía casi dos veces.

El artículo aclara que aunque los resultados son alentadores, es necesario seguir investigando para comprender de qué manera las campañas de vacunación contribuyen a alcanzar la inmunidad colectiva. Además, los autores han observado en la publicación que sus hallazgos no tienen en cuenta la posibilidad de una inmunidad a la enfermedad adquirida de forma natural.