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Personal del centro de salud llega con medidas de protección para realizarle el examen al paciente. Todo demora unos pocos minutos.
Ante la sospecha de ser un caso de COVID-19, hay que llamar al prestador de salud. El protocolo estableceque pueden llamar las personas que tengan fiebre mayor a 37.3 simplemente o síntomas de infección respiratoria aguda alta o baja, pérdida del olfato y diarrea. No es necesario haber estado en contacto con alguien con COVID-19 porque el virus y está en la comunidad.
Al llegar, el personal de salud y el paciente deben tener los cuidados correspondientes. El paciente usar tapabocas hasta el momento del examen y el personal de salud tiene túnica, guantes dobles y tapabocas quirúrgicos. Se extraen dos muestras: una de la garganta y otra de la nariz. El hisopo en la fosa nasal debe llegar hasta la parte superior de la faringe y es un poco molesto. Sin embargo es el que tiene mayor eficacia.
En declaraciones a El País Raquel Ballesté, grado 5 del Laboratorio Clínico de la Universidad de la República: el hisopado nasofaríngeo “tiene una sensibilidad de cerca del 75%, lo que significa que hay una alta chance de encontrar el agente”. En cambio, la sensibilidad del hisopado orofaríngeo, es decir en la boca, es del 45%, lo cual a todas luces es muy bajo. “Hay una probabilidad del 45% de encontrar el virus en la muestra. Tenés la mitad de probabilidad de acertarle y la mitad que no”, explicó Ballesté, por lo cual “no es aceptado ni recomendado para ser utilizado como única toma”.
Luego de tomar las muestras, son etiquetadas y enviadas al laboratorio para confirmar o detectar el coronavirus. Todos los elementos usados por el personal médico se descartan una vez terminado el test.