Entre enero y mayo de este año, 45 menores de 18 años fueron baleados y atendidos en centros de salud de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE), entre ellos un muerto de 17 años, según datos del prestador estatal a los que accedió El País tras realizar un pedido de acceso a la información pública.
Los datos de ASSE además muestran un crecimiento de atención de menores de 18 años baleados en los últimos tres años. Mientras en 2019 sumaban 120 casos; un año después, primer año de pandemia, pasaron a 104, y descendieron a 84 en 2021. No obstante, subieron a 96 en 2022, llegando a 113 en 2023, y fueron 45 en los primeros cinco meses de este año.
Lo cierto es que la cifra de jóvenes afectados por las balas siguió subiendo en los meses posteriores, en algunos casos con episodios muy graves. Hace dos semanas, un joven de 14 años murió tras ser baleado por una policía, y otro de 17 resultó herido en una persecución en Colón. Por esa fecha, también fue asesinada una adolescente de 16 años mientras estudiaba en el living de su casa en Maracaná tras ser baleada.
Y a mediados de octubre, un bebé de un año falleció en el Hospital del Cerro tras una balacera en Cerro Norte en el marco de un conflicto de bandas de narcotraficantes. Mientras que el 27 de octubre, día de las elecciones, un adolescente de 14 años resultó baleado, lo que le ocasionó una lesión medular que lo dejó con una cuadriplejia. Permanece estable desde hace un mes internado en el CTI del Hospital Pereira Rossell, indicaron a El País fuentes del centro de ASSE.
Otro de los casos se registró hace dos meses en el Hospital del Cerro. Un joven de 13 años llegó con múltiples heridas de bala y debió ser derivado enseguida a block quirúrgico por la magnitud de los proyectiles, y luego lo trasladaron al CTI de la mutualista del joven, agregaron a El País fuentes del centro inaugurado hace un año.
“La herida de bala en los niños es mucho más grave que en adultos”, resaltó a El País una fuente médica. Mientras que una herida de bala en el tórax puede lesionar un pulmón en el caso de un adulto, en los menores de edad, por la cercanía de los órganos, es más probable que lesione los pulmones, el corazón, y grandes vasos, porque “el área donde la onda expansiva y la bala pega es mucho más chica”, explicó.
También hay diferencias en los tejidos entre un grupo y otro. Por ejemplo, un adulto cuenta con cuádriceps mucho más fuertes que pueden amortiguar una bala diferente a que si impacta en un niño, que puede “partirle al medio” un hueso, graficaron otras fuentes médicas.
Panorama en ASSE
Los menores de edad baleados en los primeros cinco meses de 2024, atendidos en 18 centros de ASSE y derivados a domicilios u otras instituciones de salud, llegaron a 45. Los casos se concentraron en los jóvenes de 17 años (17), seguido de aquellos de 16 (10), y seguido de aquellos de 15 (4). En ese período, se registraron baleados desde los 3 años, en adelante.
Los jóvenes menores de edad baleados atendidos por ASSE, el prestador más grande del país con unos 1.5 millones de usuarios, se concentraron en el centro de salud de Jardínes del Hipódromo (7), la misma cantidad que recibió en todo 2023; seguido del Hospital del Cerro (5), Pereira Rossell (4), y luego el centro de salud de Piedras Blancas, Pasteur, Maldonado y Las Piedras, con tres casos, respectivamente.
Pero entre enero y mayo de este año hubo además un caso, respectivamente, en los hospitales de Bella Unión, Canelones, Carmelo, Durazno, Minas, Pando y Ciudad del Plata. Y dos casos, respectivamente, en los centros de Fray Bentos y Paysandú.
Del total de casos de este año hasta mayo, se registró un fallecido, de 17 años, en el centro de salud de ASSE en Piedras Blancas. Por otro lado, 11 de los 45 fueron derivados a domicilio y seis debieron ser ingresados a cuidados moderados por el impacto de las balas. En este último grupo, fueron derivados jóvenes desde los 5 años de edad, principalmente al Pereira Rossell, que cuenta con un CTI pediátrico y neonatal, de referencia a nivel nacional.
El registro del prestador público da cuenta de varias "fugas de pacientes". En los primeros cinco meses de 2024, se fugó un joven baleado de 17 años del Cerro, y otro de 13 del Pereira Rossell. En todo 2023, hubo siete fugas de menores, la misma cantidad de 2022, que osciló en años previos, pero no llegó a esta cantidad.
El año pasado, el Pasteur fue el hospital que más jóvenes baleados atendió (22). En segundo lugar, el Cerro, que pasó de centro de salud a hospital en noviembre pasado, atendió a 16 jóvenes baleados en 2023. Y en tercer lugar de mayor atención el año pasado, se ubicó Las Piedras con 11 baleados.
Otra variación se observa en la cifra de jóvenes fallecidos por los impactos de bala en ASSE. En 2019 murió un joven de 17 años en el centro de Jardines del Hipódromo. Un año después fueron tres adolescentes, de 15, 16 y 17 años los que fallecieron. En 2021 murió un joven de 17 años en el centro de salud del Cerro, antes de ser hospital.
Solo en el centro de Piedras Blancas murieron tres jóvenes, de 15, 16 y 17 años, en 2022, año en que también falleció otro de 15 años en el Cerro. En 2023, se registraron cuatro jóvenes baleados muertos, de 3, 14, 15, 16 años, en Piedras Blancas, Pasteur, Monterrey y Maldonado. Entre enero y mayo de este año, hubo un fallecido de 17 años en Piedras Blancas.