INVESTIGACIÓN
Los países sin vacunación universal tuvieron una alta incidencia del COVID-19 entre sus habitantes en comparación con los países que sí vacunan a sus ciudadanos, indica el estudio.
Desde hace meses se debate acerca de un posible efectode la vacuna BCG en la incidencia del COVID-19. Un estudio publicado ahora en la revista especializadaNature sugiere el posible efecto de dos factores –esta vacuna y la exposición a la cloroquina – en la susceptibilidad a la infección.
Este grupo de investigadores presenta información que indica que esta vacuna –originalmente contra la tuberculosis- tiene una correlación con una incidencia y una gravedad más bajas del COVID-19 en diferentes países, incluso cuando esta inmunización fue realizada en la infancia. En Uruguay la vacunación contra la tuberculosis es obligatoria.
El análisis del avance del COVID-19 en países con vacunación universal de BCG, países con vacunación discontinuada y países donde nunca se dio esta vacuna “sugiere” que la incidencia y la letalidad de la enfermedad son “reducidas” en países con vacunación universal frente a aquellos que no sumaron esta vacuna a su esquema.
Además, el estudio -titulado “Política de vacunación de BCG y uso preventivo de cloroquina: ¿tienen un impacto en la pandemia del COVID-19?”- indica que países con vacunación universal muestran una incidencia menor del COVID-19 en todas las franjas etarias. Por el contrario, los países con vacunación discontinuada parecen mostrar una incidencia en niveles “intermedios” entre aquellos con vacunación y los que no tienen vacunación.
Los países incluidos en el estudio fueron divididos en tres grupos , y se excluyó a los que tenían menos de 1.000 casos confirmados de la enfermedad. Como el número de contagiados y de muertos en estos países varía mucho y no se puede comparar de manera directa (también sus poblaciones no son comparables), los investigadores estimaron el número de casos por millón de habitantes.
Los resultados de la investigación mostraron que los países sin vacunación universal –como Bélgica, Italia, Estados Unidos y Holanda- tuvieron una alta incidencia del COVID-19 entre sus habitantes en comparación con los países que sí vacunan a sus ciudadanos.
Si se observa la letalidad de la enfermedad, los países con vacunación universal de BCG tienen el número más bajo de muertes por COVID-19, “significativamente más bajo que para los países que discontinuaron la vacunación universal de BCG”. En tanto, los países donde no hubo vacunación fueron más “profundamente afectados”.
¿Y qué pasa con los diferentes grupos de edad? La distribución de los casos fatales por millón de habitantes a través de diferentes grupos etarios en países sin vacunación masiva y países con vacunación discontinuada no son “significativamente diferentes”. A medida que aumenta la edad, el saldo de muertes se incrementa para países sin vacunación o con vacunación discontinuada de BCG.
Las diferencias que se observan en el saldo de muertes entre países con o sin programas de vacunación de BCG “sugieren” que esta vacuna cumple un rol en bajar las muertes por COVID-19.
Los investigadores señalan que, pese a que la información disponible parece mostrar una correlación entre la vacuna de la BCG y la susceptibilidad a la enfermedad, hay algunos casos particulares que vale la pena marcar, como el de Brasil. Se trata de un país con una política de vacunación universal en el que el número de muertes por COVID-19 es el más alto entre los países con estrategias de vacunación similares. Esto se podría deber, indica el estudio, a la cepa de BCG utilizada en Brasil, dado que se ha encontrado que no es efectiva contra el nuevo coronavirus. Lo mismo ocurriría en con la cepa utilizada en Rusia.