Briozzo: ley de aborto da “felicidad pública” y argumenta a favor de extender plazo en caso de malformaciones

El futuro subsecretario de Salud Pública, uno de los impulsores de la ley de IVE, señaló en entrevista con El País que hay actores de la coalición de gobierno que “siguen hablando en términos del siglo XVIII”.

Compartir esta noticia
Conferencia presentacion de equipos del MSP y ASSE
Briozzo: "plazo
Estefania Leal/Archivo El Pais

El docente grado 5 de ginecología fue el elegido por la administración de Yamandú Orsí para ocupar la subsecretaría del Ministerio de Salud Pública, cargo que ocupó durante el gobierno de José Mujica. Durante ese período fue uno de los impulsores de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). En este quinquenio, Leonel Briozzo dijo en entrevista con El País que buscará realizar modificaciones a la normativa, por ejemplo, en lo que respecta a los plazos que limitan la realización de un aborto a las 12 semanas de gestación.

-La futura ministra Cristina Lustemberg habló de revisar la ley de aborto, que usted impulsó en el gobierno de José Mujica. ¿Por dónde deberían pasar los cambios?

-En temas de derechos sexuales y reproductivos hay una serie de acciones a tomar, como la educación integral en sexualidad, hacer políticas efectivas para disminuir la violencia basada en género, mejorar los servicios integrales en salud sexual y reproductiva e incluir la diversidad. Hay muchos temas y uno es la ley de interrupción voluntaria del embarazo.

-¿Cómo evalúa esta ley?

-La ley ha demostrado que ha sido un avance en términos de derechos y yo diría, de felicidad pública, porque las nuevas generaciones ya no tienen presente la angustia y terror que causaba un embarazo no deseado hace 15 años atrás, que podía llevar incluso a la muerte de la mujer. Es un cambio cualitativo en términos de derechos y de equidad, y esto es indiscutible. No obstante, todas las leyes son mejorables, y esta también.

Conferencia de Yamandu Orsi en el SMU
Leonel Briozzo, futuro subsecretario de Salud Pública.
Foto: Ignacio Sánchez

-¿Por dónde irían los cambios que haría a la norma?

-Le cuento mi utopia, hacia dónde creo que se debería tender. Uruguay, como país laico, con una tradición ya en términos de derechos sexuales y reproductivos, debería ir hacia el modelo francés, que ha planteado la constitucionalidad del derecho a la interrupción por parte de la mujer; o, de lo contrario, el canadiense, que virtualmente no tiene en el cuerpo legal la figura del aborto, no tiene un estatuto constitucional, y se gestiona en el ámbito sanitario como otras afecciones de la salud.

-¿El modelo canadiense significa que no sería delito la interrupción voluntaria del embarazo en ninguna circunstancia?

-Exacto. Se gestiona el aborto como cuando uno tiene una intervención quirúrgica por otra causa, o una afección sanitaria.

-¿Qué pasaría con el límite de semanas?

-La ley IVE ha hecho que la práctica del aborto sea segura, accesible e infrecuente. Ese era el objetivo que teníamos cuando se llevó adelante la ley. Esto se cumplió, pero con algunos problemas, fundamentalmente vinculados con la inequidad, que sigue existiendo entre los subsectores de atención.

-¿Entre ASSE, las mutualistas y los seguros privados?

-Sí. Es una opinión personal, no lo hemos discutido con el (futuro) ministerio ni en el gabinete, pero creo que hay que mejorar la performance de los equipos. Y con respecto a los plazos es preciso hacer ajustes. A las 12 semanas de embarazo está el screening del primer trimestre, con el que se puede saber si hay problemas de malformaciones en el feto, pero sucede que muchas veces los resultados están a la semana 14 o 15. En estos casos, debería habilitarse la interrupción (NDR. La ley permite realizar una IVE hasta la semana 12 a nivel general, con excepciones como violación o que se verifique “un proceso patológico, que provoque malformaciones incompatibles con la vida extrauterina”). Después, a las 20 semanas, hay otro estudio, la ecografía estructural, que también arroja si hay malformaciones. Tomando en cuenta que el feto no tiene ninguna chance de viabilidad extra uterina hasta las 20 semanas es que se plantea extender el plazo. Sería en casos seleccionados y hasta esa edad gestacional, cuando hay algún motivo.

Cristina Lustemberg
Cristina Lustemberg, futura ministra de Salud Pública, reunió a quienes integrarán su equipo en el MSP.
Foto: Estefanía Leal

-¿También se contemplarían casos en que una persona se enterara de una malformación y quiera tomarse algunas semanas para decidir?

-Ese podría ser un escenario. Desde el punto de vista académico, como profesor hace 14 años de la clínica ginecotólogica tengo muchísimos casos de pacientes que es tal la angustia que les puede generar la posibilidad de una malformación fetal grave que han planteado la posibilidad de llegar al suicidio. Muchas lo han intentado y otras lo han efectivizado. Hay que ser muy delicado en esto, en ver circunstancias particulares y la ley tendría que contemplar estas situaciones para no ser un obstáculo para la vida y la salud de las mujeres.

-¿Considera que el plazo de 12 semanas a nivel general es corto?

-Desde el punto de vista académico, sí. Como especialista en ginecología obstetrícia grado 5, digo que es corto porque hay muchísimas circunstancias que se pueden saber después. Con respecto a lo político, es un tema sensible el cual no hemos discutido todavía ni con la ministra (electa), y son temas que no se discuten solo en el ámbito de la salud, sino también con Inmujeres, la bancada y todo el FA.

-¿El aborto no debería ser una práctica infrecuente?

-El objetivo de la ley, y de todas las políticas públicas al respecto, es lograr prácticas accesibles, seguras y también infrecuentes. El aborto como práctica es algo que se debe prevenir. Lo demostrado a nivel mundial que logra prevenir el aborto es un trípode de políticas: educación integral en salud sexual y reproductiva desde la infancia; la anticoncepción, universal, de calidad y elegida por las mujeres y parejas para evitar embarazados no deseados; y los servicios seguros de salud sexual y reproductiva para evitar riesgos inherentes a la interrupción del embarazo. Con esas tres políticas se demuestra que disminuye el número de abortos, como lo demostró Uruguay, que mantuvo una tasa muy baja de interrupciones del embarazo a nivel mundial.

-Que va creciendo año a año, en números absolutos...

-Uruguay tiene las tasas más bajas de aborto cada mil mujeres entre 15 y 44 años en el mundo. Probablemente antes eran muchos más, pero no estaban registrados. Cuando hay un involucramiento en las políticas de derechos sexuales y reproductivos no tengo ninguna duda de que el número vuelve a bajar. Pero el involucramiento en esto significa que las autoridades de la salud tienen que hablar del tema. Hemos visto un avance en sectores que tienen dificultad para hablar de estos temas. En la coalición de gobierno había dificultades, en algunos sectores muy conservadores en términos de derechos que se habían aliado con grupos conservadores internacionales, financiados por sectores ultraconservadores de Estados Unidos.

-¿A cuáles hace referencia?

-Por ejemplo, al movimiento internacional: “A mis hijos no los tocan”, que acá tuvo una repercusión muy importante y promueve que la educación integral en sexualidad sea sacada de los programas públicos de las escuelas y liceos. Eso es una política que promueve el aborto. Porque si no se aprende sobre sexualidad y cómo prevenir un embarazo no deseado, el riesgo de llegar a una situación así es mayor. Esto es algo que pasó en este período. Hubo políticos, y creo que los hay todavía, que siguen hablando de esto en términos que parecen del siglo XVIII.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar