EL AVANCE DE LA PANDEMIA
De todos los datos que el Sinae publicó ayer, hay uno que encendió las alertas: hubo 4,3% de test que dieron positivo sobre el total de exámenes que se realizaron.
La última semana de noviembre acabó con un doble récord: máxima cantidad de casos positivos detectados en un día (186) y máximo de personas transitando la enfermedad del COVID-19 en Uruguay (1.122). Pero de todos los datos que el Sistema Nacional de Emergencias publicó ayer, hay uno que encendió las alertas: hubo 4,3% de test que dieron positivo sobre el total de exámenes que se realizaron.
Desde el 25 de abril, cuando ocurrió el primer brote en residenciales de adultos mayores, Uruguay no tenía una tasa de positividad tan alta -así le llaman los matemáticos a esa relación entre positivos nuevos y test realizados. Pero a diferencia de aquel sábado de abril, en que se realizaron menos de 700 examinaciones y se buscó específicamente dentro de los residenciales resultando muchos positivos, ahora los test superan los 4.500 diarios.
“La evidencia empírica que diferencia a los países que han tenido éxito en el control de la enfermedad de aquellos que no ha sido la tasa de positividad”, había dicho el matemático Fernando Paganini en la última conferencia del grupo de científicos que asesora al gobierno. “Existe un consenso cada vez mayor de que reducir la tasa de positividad por debajo del 3% debería ser una prioridad”. Pero Uruguay superó tres veces en menos de una semana ese umbral de lo deseable. Y ayer lo hizo con 4,3%.
La Universidad de Harvard confeccionó una escala que clasifica a los países con los colores del semáforo según su nivel de riesgo. Uruguay estuvo siete meses en la zona verde, la de mayor control. Desde mediados de octubre pasó al riesgo amarillo, porque la media de casos positivos nuevos por día, en el largo de una semana, superó el uno cada 100.000 habitantes. Y ahora hay tres departamentos que, aun estando en el amarillo, están más cerca del naranja que del verde: Artigas, Rivera y Rocha.
No solo eso: hay otros tres departamentos -Soriano y, los más poblados, Canelones y Montevideo- que están justo a mitad de camino entre el verde y el naranja con casi cinco positivos cada 100.000 habitantes en el promedio diario de la última semana.
Salvo en Treinta y Tres, en el resto de los departamentos del país hubo algún positivo nuevo en menos de siete días. Y aunque ese aumento acrecienta las chances de una transmisión comunitaria más descontrolada, la sanidad sigue conociendo los hilos de una pandemia que se está comportando con múltiples brotes en simultáneo.
Ayer mismo el Sinae informó de brotes nuevos en instituciones educativas, de investigación y restaurantes.
Ese seguimiento del hilo epidemiológico, la baja cantidad de camas de CTI ocupadas por enfermos COVID (12) y el no haberse constatado fallecimientos en los últimos dos días son los indicadores que hacen pensar que, pese a todo, sigue existiendo un control relativo.
El problema, siguiendo la escala de Harvad, es que acercarse al naranja podría suponer la vuelta a la recomendación del “quedate en casa”.
En una primera versión de esta nota se tituló involuntariamente que eran cuatro los departamentos que se acercan al riesgo naranja aunque el texto mencionaba tres. A los lectores las disculpas.