La Intendencia de Montevideo (IMM) incautó el año pasado 5.887 unidades de medicamentos en diversos operativos, según datos a los que accedió El País a través de un pedido de acceso a la información pública.
Desde blísters de pastillas de venta libre para superar un dolor de cabeza, pasando por psicofármacos de receta verde, hasta licor de brompton (morfina), disponible solo con la restringida receta naranja, fueron detectados en las recorridas por ferias y comercios.
Tras una incautación de 7.345 medicamentos en 2018 - 2019, la cifra subió a 11.850 en 2020, bajó a 10.688 en 2021, trepó a casi el doble en 2022 (19.854) -tal como informó El País- y luego descendió a la tercera parte (5.887) en 2023, según los registros de la IMM.
La explicación fundamental de la diferencia entre los últimos dos años es que en 2022, tras un operativo de incautación de medicamentos a una persona en un puesto de feria, se requisó su camioneta y se halló una gran cantidad de fármacos, según explicó a El País Andrés Fernández, responsable del Servicio de Convivencia Departamental.
En una primera instancia, la comuna respondió a El País que “no se cuenta con la información sistematizada” de lo incautado, es decir que no se procesan detalles sobre el tipo de medicamento.
Tras otra consulta, la IMM envió planillas Excel con los detalles de las incautaciones de 2023, con datos sobre los fármacos y el sitio de los hallazgos, que explicaron, es lo que envían por correo electrónico al Ministerio de Salud Pública (MSP).
No obstante, tras el procesamiento de estos datos por parte de El País, se obtuvo que la sumatoria de todas las unidades de medicamentos de las planillas llega a la cifra de 5.079, menos de los 5.887 informados por la comuna. Posteriormente, desde la IMM señalaron que no enviaron todos los detalles, pero que pese a ello la cifra de casi 5.900 es la correcta.
Tomando estos datos parciales, entre los diez fármacos más incautados, la mayor cifra se concentra en blísters de ibuprofeno en sus distintas variedades, un analgésico de venta libre, de costo bajo en comparación a otros medicamentos.
En segundo lugar se ubican los blísters del antipsicótico quetiapina, que se vende en farmacias solo presentando receta celeste (que se otorga en prestadores públicos) o verde (que se brinda en mutualistas), tal como ocurre con los psicofármacos, y la caja de 30 comprimidos cuesta entre $ 1.000 hasta $ 4.400, según el laboratorio.
En tercer lugar se ubican los blísters de analgésicos con paracetamol, luego los sobres del antiácido y después variedades de los antigripales, todos de venta libre, también de un costo menor frente a otros. Le siguen los blísters del antidepresivos con venlafaxina, también disponible en farmacias solo presentando la receta celeste o verde, cuya caja de 30 comprimidos cuesta casi $ 600.
Completa ese listado variedades de ácido acetilsalicílico; metformina, para controlar la hiperglucemia; domperidona, para revertir las nauseas; y atorvastatina, para prevenir eventos cardiovasculares, que no se venden bajo receta profesional, de acuerdo al Listado de Medicamentos del MSP.
Por fuera de esta lista, aparecen diversos medicamentos, en cantidades menores, que también se venden en farmacias solo bajo receta médica. Entre ellos, blísters de los ansiolíticos alprazolam o clonazepam; los antidepresivos citalopram o escitalopram; los antipsicóticos olanzapina o aripiprazol, pasando por inyecciones antitrombóticas enoxaparina, y hasta varias cajas de tiras Accu-Chek, para medir la glucemia.
Difícil acceso
La feria de La Teja fue donde la IMM incautó más medicamentos en 2023. El titular de Convivencia dijo que en esa feria las calles “son muy largas y es complejo entrar y salir”, por lo que deben ir con policías. Si bien han hecho operativos allí, “enseguida se corre la bola de que estamos y se empiezan a retirar”, dijo. Por ello, resolvieron no mantener “permanencia” allí. La misma decisión tomaron en la feria de Piedras Blancas, porque allí “excede a lo que puede hacer la IMM”, donde hay fármacos y hasta “artículos robados”. Respecto a las incautaciones, señaló que año a año “más o menos se repiten los tipos de medicamentos que hay en venta en vía pública”.
En junio de 2023, en Piedras Blancas, incautaron una unidad de licor de brompton (morfina), que se vende en farmacias bajo triple receta amarilla (si se brindó en un prestador público) o naranja (en un centro privado), en la categoría “estupefacientes”, de máxima restricción entre las recetas.
El licor de brompton “300” cuesta en farmacias unos $ 1.300, y la versión “600”, más potente, unos $ 1.500. Según supo El País, una vez que se solicita, y tras haber chequeado la información, la farmacia lo pide especialmente a un laboratorio, y se entrega días después. Cabe puntualizar que entre las 19.854 unidades de medicamentos incautadas en 2022 no se halló este fármaco para el tratamiento del dolor agudo.
Por ferias
La IMM, que incauta pero no aplica multas, informó además en qué ferias hallaron más fármacos en los últimos años. En 2018 fue en la feria Manga; al año siguiente en la de Belvedere; en 2020 en la feria Lacio, en Jardines del Hipródomo; en 2021 en la de Colón; en 2022 de nuevo en Lacio, y el año pasado en la de La Teja.
Fernández, de Convivencia, dijo a El País que los datos de incautaciones no están sistematizados porque “se generan miles de expedientes y actuaciones”.
Para la tarea, IMM tiene un equipo de 130 fiscalizadores, que ocupan desde el control ambiental hasta las ferias.
“No tenemos la mirada puesta exclusivamente en la parte de medicamentos, sino que es una de las cosas que fiscalizamos”, aclaró el jerarca sobre el trabajo que realizan en ferias, para lo cual no hay un “grupo específico” de inspectores.
“Tener el territorio relativamente controlado” es el objetivo, dijo, para lo cual aplican dos estrategias: van a ferias en forma “esporádica”, que no es tan frecuente, reconoció, o en general intentan tener “presencia” en el territorio.
Si bien la última modalidad redunda en “menos oferta y la cantidad de artículos incautada es menor”, reconoció que no logran marcar presencia en todas las ferias porque la capacidad de respuesta es “limitada”, el ingreso “no es fácil” por el “riesgo de exposición”, ya que “siempre hay complejidades”.
En varios casos deben coordinar su arribo con policías. “En casi ningún lado somos bien recibidos, pero en algunos casos son más agresivos (...) todos los años tenemos inspectores agredidos con quebraduras de huesos”, marcó.
“Comunicaciones con el MSP tenemos; ahora sentarnos en una mesa y organizar una estrategia a los efectos de atacar un aspecto, no ha habido”, señaló respecto al trabajo con Salud Pública en esta materia.
El País intentó, sin éxito, comunicarse con autoridades del MSP sobre este tema.