Uruguay atraviesa este año su peor brote de dengue desde que se llevan registros. La buena noticia es que a partir de mayo se cortarían los casos autóctonos debido a la llegada de jornadas de frío intenso, que suspenden la circulación del vector del virus, coincidieron los expertos consultados por El País.

La enfermedad que transmiten los mosquitos Aedes aegypti azotó este año a toda la región. En Uruguay, se registran 964 casos confirmados, que si se suman los probables (56) -sospechosos con antígeno positivo- ya superan los 1.000 contagios. Se estima que por cada caso hay otros tres, dado que el 75% son asintomáticos. Además, tres personas que cursaban la enfermedad fallecieron.

Si bien se llegó a un registro récord, los contagios se concentraron en cinco departamentos. Salto fue el más afectado con 272 confirmados, seguido de Montevideo (237), Paysandú (165), Canelones (65) y Maldonado (61). Cerro Largo no registró casos, mientras que Tacuarembó y Treinta Tres llevan dos cada uno.

“A partir de las próximas dos o tres semanas esto se va a apagar y no van a haber más casos autóctonos”, planteó a El País el infectólogo Henry Albornoz, uno de los referentes del Ministerio de Salud Pública (MSP) sobre el dengue. Esto tomando en cuenta que a partir de los 14o C, la actividad del mosquito “disminuye mucho” y desde los 10o C ya es “mínima”.

“Las temperaturas van a bajar y la actividad de los mosquitos adultos va a disminuir casi a cero, entonces no habrá casos autóctonos”, coincidió en diálogo con El País Andrés Cabrera, docente del Departamento de Parasitología y Micología del Instituto de Higiene de la Facultad de Medicina (Universidad de la República).

Respecto a si esta caída de los contagios autóctonos se daría de igual forma en Montevideo, Salto y Paysandú, que son los más afectados a la fecha, Albornoz subrayó: “Creo que va a ser muy homogéneo. Cuando lleguen los primeros fríos, se va a apagar en todo el país” la enfermedad.

De hecho, como acotó el especialista, los casos vienen en caída en estos últimos días. Incluso considerando los registros de los lunes, que contemplan datos del fin de semana, cuando no se emiten reportes diarios de dengue.

“No estamos teniendo casi casos nuevos, desde la visión de la asistencia de los prestadores”, agregó Albornoz sobre los casos que presentan síntomas. Estos son un 25% del total, que pueden llegar a la muerte menos del 5%.

Pese a recientes días calurosos, Albornoz planteó que lo “esperable” es que las temperaturas se normalicen en las próximas semanas a lo habitual para esta altura del año. Las inundaciones que impactan a nivel local generan más mosquitos, de otra especie, que no contagian dengue.

Foto: Estefanía Leal

Consultado sobre si podrían darse casos autóctonos entrado el invierno debido a que este no sea tan frío, o si pueden reaparecer contagios en un veranillo, el infectólogo dijo que valorando los promedios de temperatura y la actividad del mosquito rastreada por ovitrampas, “desde mayo a setiembre u octubre no es esperable que haya casos autóctonos”.

En tanto, Cabrera puntualizó que las temperaturas relativamente altas en invierno pueden influir en la “viabilidad” de los huevos de mosquitos. Es decir, si es más cálido, estos “sobreviven” y al caer la primavera se llegaría “más rápido” a poblaciones del vector que transmiten el virus.

Por ello, un elemento que llegó para quedarse durante todo el año es la descacharrización. Esto es, dar vuelta los recipientes a nivel doméstico que puedan acumular agua para evitar que se formen criaderos de mosquitos.

El peligro asociado a no mantener este cuidado sumado a un cepillado de los recipientes, incluso en meses de invierno, es que como los huevos son capaces de sobrevivir a las bajas temperaturas se mantiene así un potencial criadero que reeclosiona a partir de una temporada más cálida y con una humedad adecuada.