SALUD PÚBLICA
De acuerdo a las estadísticas de la secretaría de Estado, hay unos 15.000 uruguayos que viven con esta enfermedad, aunque solo el 70% recibe tratamiento.
Este 1° de diciembre se conmemora un nuevo Día Mundial de la Lucha contra el VIH, una enfermedad que en Uruguay registra en el entorno de los 900 nuevos casos cada año, según datos del Ministerio de Salud Pública.
Eso implica que en el país, de acuerdo a las estadísticas de la secretaría de Estado, hay unos 15.000 uruguayos que viven con esta enfermedad. Aunque solo el 70% recibe tratamiento.
La franja etaria en la que más se registran nuevos diagnósticos es entre los 25 y 44 años, con una tasa de 46,7 cada 100.000 habitantes, mientras que la franja de entre 45 y 64 alcanza los 30.9 cada 100.000 habitantes.
El promedio de edad de los nuevos diagnósticos es de 38 años, siendo la sexual, la vía de transmisión en el 99% de los casos.
Para la empresa médica Gilead, una de las de referencia en el tratamiento de VIH y con presencia en Uruguay junto al laboratorio Gador, “la falta de conocimiento e información junto con la existencia de prejuicios erróneos producen en la sociedad un aumento en el miedo a contraer la infección, ya que son muchas las personas que aún piensan que el VIH es una infección que solo contraen ciertos grupos, llevando a que se hagan juicios de valor negativos sobre las personas que viven con VIH”.
En este sentido, desde la empresa se agrega que la “interiorización del estigma”, que sucede cuando una persona “absorbe las ideas negativas y los estereotipos sobre las personas que viven con VIH y comienza a aplicarlos a sí misma, puede producir sentimientos de vergüenza, miedo a que se sepa, aislamiento y desesperación, resultando en que esa persona no se haga la prueba ni reciba tratamiento para el VIH”.
De acuerdo a los datos del Ministerio de Salud Pública existe un 10% de las personas que viven con VIH que no fueron diagnosticadas.
La transmisión de la enfermedad se puede dar, principalmente, a través de relaciones sexuales de cualquier tipo sin preservativo; pero también al compartir agujas, jeringas, máquinas de afeitar, alicates, piercings, o a través del parto o la lactancia si la persona embarazada es portadora de VIH y no se tienen en cuenta los cuidados necesarios para evitar su contagio.