CUESTIÓN DE SALUD
Los factores de riesgo de tener hipertensión, diabetes, obesidad o ataques cerebrovasculares están directamente relacionados con la calidad del sueño.
Este viernes 18 de marzo se celebra el Día Mundial del Sueño. Desde el Ministerio de Salud Pública (MSP) se recuerda que una buena calidad del sueño disminuye los factores de riesgo a contraer enfermedades tales como la hipertensión, la diabetes, la obesidad y los ataques cerebrovasculares (ACV). También tiene implicancias en enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
“Sueño saludable es aquel que se logra de forma regular, con óptima calidad y cantidad y que permite a la persona sentirse descansado, con energía para cumplir con las actividades diarias diurnas tanto laborales como sociales y disfrutar de una buena calidad de vida”, resalta el ministerio.
Entre siete y ocho horas es el promedio de sueño nocturno recomendado para los adultos, pero los niños necesitan dormir más. En el caso de los recién nacidos, necesitan dormir unas 17 horas durante el día, en breves lapsos y con el tiempo se va acortando. “Los adolescentes también necesitan dormir alrededor de diez horas por noche”.
Algunos hábitos que recomienda el MSP para poder descansar por las noches:
—Mantener horarios regulares para dormir y para despertarse
—Evitar el uso de dispositivos electrónicos antes de ir a dormir
—Evitar las bebidas con cafeína o sus derivados (café, té, mate, bebidas cola) después de las 18.00hs
—Evitar acostarse en la cama antes de la hora fijada para dormir
—Tener en cuenta que dormir con mascotas interrumpe el sueño y puede agravar el insomnio
El ministerio también resalta que muchos factores pueden provocar trastornos de déficit crónico de sueño, como “el trabajo por turnos, las responsabilidades laborales o familiares como el cuidado de niños o ancianos, trastornos de salud y específicos del sueño como la apnea de sueño, el insomnio, los trastornos de movimiento durante las horas en que se duerme o el síndrome de piernas inquietas”.
La siesta puede ser una aliada para la alerta cognitiva, siempre que dure entre 15 o 20 minutos; si se prolonga puede dar más somnolencia y sensación de embotamiento, así como agravar cuadros de insomnio.