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Unas 50 personas trans pasaron una serie de evaluaciones por unos dos años y aguardan por la operación de reasignación de sexo, según supo El País. La militante nacionalista Romina Celeste Papasso acusó ayer al director del Hospital de Clínicas, Álvaro Villar, de impedir estas operaciones y el jerarca negó que exista una discriminación al colectivo trans.
En sus redes sociales, Papasso aseguró que Villar “no quiere firmar los papeles para que se realicen las cirugías de reasignación de sexo este año”. En diálogo con El País, el directivo calificó esto de “absurdo”, sostuvo que en diciembre pasado se hizo la última operación de este tipo y que la definición de llevar adelante estos procedimientos no es de la dirección sino de la Cátedra de Urología del hospital, que es quien concentra estas operaciones de usuarios del sistema público junto al Hospital Maciel.
La militante compartió un relato de alguien que asegura tener “todo pronto” para la cirugía de cambios de sexo y apunta a Villar. “No sé qué problema tiene este frentista que no quiere firmar la autorización para que la cirujana pueda realizar la cirugía y utilizar las instalaciones del Clínicas”, lanzó. “Me duele en lo personal, que como director promoví que esto se hiciera en todos los lugares donde estuve”, lamentó Villar, quien antes dirigió el Maciel y bajo su administración, en 2016, se hizo la primera operación de reasignación de sexo luego de que estas se suspendieran por esa época en el Clínicas.
El directivo sostuvo que hubo un acuerdo desde que arribó al Clínicas de hacer una operación cada dos meses, seis al año, meta que no se cumplió. De acuerdo a registros a los que tuvo acceso El País, el año pasado se realizaron tres operaciones, en mayo, agosto y diciembre. En todos los casos, las personas pasan por un período de evaluaciones y un tratamiento de hormonización que se extiende por al menos dos años. En Uruguay, se hicieron hasta el momento unas 30 cirugías de cambio de sexo.
Villar mantiene reuniones semanales con los responsables de cada cátedra para determinar las operaciones que se van a realizar en los días siguientes. “La realidad es que no se pueden atender todos los casos”, dijo el jerarca y aseguró que la priorización “no la hace la dirección”, sino cada uno de los servicios.
El director puntualizó que cada cátedra tiene asignado un plazo de tiempo para hacer intervenciones, pero pueden solicitar más cupo, lo que implica “sacarle un día” a otro servicio. Esto, puntualizó, fue lo que sucedió en diciembre cuando ocurrió la última operación de este tipo.
El camino hacia la intervención
El Hospital Saint Bois trabaja con la persona trans desde que solicita el cambio de sexo, de manera coordinada con la Cátedra de Urología del Hospital de Clínicas. Una batería de diferentes especialistas dedicados a los usuarios acompañan a los pacientes a lo largo de unos dos años. Esta etapa incluye la hormonización y hasta una valoración psicólogica que determine que no haya una enfermedad psicológica o psiquiátrica activa. Toda intervención se hace a personas mayores de 18 años con consentimiento informado.
Levin Martínez, director de la Cátedra de Urología del Clínicas, destacó a El País que la pandemia “congeló” estas operaciones y otras. En 2020 y 2021, de hecho, no hubo operaciones de este tipo, y la última antes de la irrupción del virus fue en setiembre de 2019. “Todo lo que no fuera urgencia u oncológico no se le dio cabida en dos años por la pandemia. No hay una discriminación hacia la cirugía de reasignación de sexo”, enfatizó.
Martínez graficó que la disponibilidad de quirófano del Clínicas “a veces ni siquiera alcanza para cubrir los pacientes oncológicos o de patología urgente” del hospital. Por ello, planteó que asignar cupos para otras intervenciones a veces es complicado. “Por más que uno a veces tenga la voluntad, uno debe priorizar”, señaló.
Es decir, pacientes oncológicos tienen prioridad ante operaciones a pacientes con enfermedades benignas, que no tienen la vida en riesgo, como la reasignación de sexo.
Edward Eguiluz fue profesor agregado de la Cátedra de Urología hasta el 1° de abril. En diálogo con El País, coincidió que la pandemia generó un atraso y que estas intervenciones quedaron “relegadas”. Y destacó que se debería “intentar por todos los medios de ubicar y realizar estas intervenciones porque cambian radicalmente la vida para bien a las personas trans”. Subrayó que la “restricción” actual viene dada por la disponibilidad de salas de block quirúrgico.
Valentina Plachin, quien relevó a Eguiluz en el cargo y está especializada en este tipo de intervenciones, se manifestó en esa línea. Contó a El País que lo ideal sería realizar una operación por mes, pero la “disponibilidad” de la sala quirúrgica es lo que bloquea esta opción, ya que “lógicamente los pacientes oncológicos tienen prioridad”.
Luego de que el paciente pasó por las etapas de análisis y se autoriza el quirófano, se pasa por la valoración preoperatoria y luego ocurre la intervención, que se extiende por unas cuatro horas. Desde 2017 se realizaron ocho operaciones de cambio de sexo en el Clínicas. Una en diciembre de 2017, tres en 2018 (marzo, mayo y noviembre), una en 2019 (setiembre) y otras tres en 2022.
Luego de la respuesta de Villar a El País, Papasso pidió al excandidato a intendente que no tire “la culpa a un costado”. El director dijo que no denunciará a la militante. “La entiendo, es probable que yo en su lugar hiciera lo mismo” para conseguir más operaciones, dijo.