Es uno de los fundadores de la Lista 404, del presidente Luis Lacalle Pou. Llegó a ser número dos del Ministerio de Salud Pública (MSP) con 35 años, cargo que asumió días antes de conocerse los primeros casos de Covid-19. El dirigente blanco, que aspira a convertirse en referente de salud en el Parlamento, y que asesorará al candidato a intendente de la coalición Martín Lema, ya marcó sus diferencias con la futura ministra de Salud Pública, Cristina Lustemberg.
-Tras cinco años en el Ministerio de Salud Pública (MSP), fue electo diputado. ¿Cómo imagina los próximos cinco años, ya desde la oposición?
-Voy a ser diputado de Montevideo y quiero trabajar recorriendo el territorio. El área salud me desvela. Muchas de las mejoras necesarias para el sistema pasan por una solución legislativa, así que voy a seguir aportando desde el Parlamento.
-En mayo próximo habrá elecciones departamentales. ¿Trabajará con el candidato a intendente por la coalición en Montevideo, Martín Lema?
-Voy a integrar el equipo de Lema porque creemos necesario mejorar la gestión. Me preocupa la recolección de residuos desde un enfoque sanitario. El impacto de tener basurales es una afectación a la salud por la transmisión de enfermedades zoonóticas, criadero de mosquitos, la contaminación ambiental y la proliferación de roedores. Me preocupa que la basura tenga un impacto sanitario que la IMM no logró resolver en 35 años. Es necesario un cambio para mejorar, porque más de lo mismo nos va a llevar a los mismos resultados.
-¿Cómo cree que se recordará la gestión de este gobierno en el MSP, teniendo en cuenta que debió enfrentar la pandemia?
-Hemos dejado todo en el MSP para mejorar la salud. Nos tocó atravesar los momentos más difíciles en la historia del país y en la historia de la humanidad. Los avances están a la vista y se ha recorrido un gran camino en varios aspectos de atención. Hay desafíos que continúan, porque en la salud la demanda es continua y hay que mejorar siempre.
-Hace un balance positivo, entonces...
-Sí, positivo, porque hemos transitado distintas crisis y desafíos, y las hemos superado, mejorando la calidad y el Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS). Empezando por la pandemia. Cuando ingresamos, en la transición, preguntamos a las autoridades sobre la preparación a la pandemia y encontramos silencio.
-Quizá no había datos en esa fecha...
-Sí, se tenían datos porque en febrero de 2020 Interpol advirtió al Uruguay sobre el impacto del covid en la salud de la gente.
-¿Hubo negligencia por parte del FA?
-No se preparó el país como se tendría que haber preparado. Corrimos contrarreloj para poder tener todos los insumos y toda la preparación necesaria para enfrentar la pandemia del coronavirus.
-Un año atrás, el mutualismo advirtió que estaba “tensionado” el SNIS. ¿Está conforme con el sistema?
-Todo sistema vive en tensión, y es muy complejo el nuestro por sus particularidades. Tenemos 41 prestadores y estamos hablando de que de uno o dos hay que hacer un seguimiento. El SNIS está funcionando y mi opinión es que hemos expandido el sistema.
-Mirando la última foto anual, de 2023, 10 prestadores tuvieron balances negativos, las mutualistas acumularon un pasivo de unos US$ 1.100 millones y el déficit de Fonasa llegó el año pasado a un récord de US$ 821 millones. ¿Se puede decir que el sistema está bien?
-El sistema está funcionando. Instituciones que oscilan, con años con balances negativos y otros positivos, hubo siempre, y eso no hace a la afectación del sistema. Sobre el aporte de Rentas Generales, eso es algo que está en la concepción del SNIS, y esa pregunta hay que hacérsela a quienes lo crearon, porque se veía venir que ese aporte iba a estar creciendo, y así ocurrió.
-Sobre todo desde 2017, tras la incorporación de jubilados y otros grupos...
-Sí, porque no es algo de esta administración. Son las reglas del sistema. Creo que estamos asistiendo, con las dificultades que tenemos, a las fallas de diseño del sistema. Así lo crearon.
-¿Cuáles entiende que son esos fallos?
-El aporte creciente de Rentas Generales, las dobles coberturas, y los manejos de los dineros -que a mi entender son públicos-. Y hasta hace poco existían pocos controles. En este gobierno se ha robustecido fuertemente el MSP en los controles y la garantía sanitaria.
-Hay un problema recurrente, sobre todo, en Montevideo, que dos prestadores a muy corta distancia a veces ofrecen lo mismo...
-Porque el diseño del SNIS no tiende a la eficiencia, sino a la competencia.
-¿Por qué este gobierno no corrigió los fallos que usted señala?
-Nosotros determinamos que el sistema necesita ajustes, no somos partidarios de una nueva reforma. Eliminamos el corralito mutual, mejoramos los convenios de complementación y, por ejemplo, instalamos camas de CTI públicas en zonas donde ASSE dependía de un privado.
-Usted dijo que se debe aplicar una “capita inteligente” que supere la actual. ¿Hay margen presupuestal?
-Uruguay invierte 9,13% del PIB en salud, unos US$ 5.000 millones, de los cuales unos US$ 2.600 millones tienen que ver con el Fonasa. Creo que hay que redistribuir los recursos para poder tener mayor cobertura y mayor acceso. No es cuestión de recaudar más, sino de ser más eficiente.
-Cristina Lustemberg será la próxima ministra de Salud Pública, quien ha insistido en fortalecer el rol de rectoría del MSP, planteando que hubo un debilitamiento en este gobierno…
-No sé qué debilitamiento. Cuando se habla del rol de rectoría, es una frase muy marketinera... En el MSP había 12 inspectores en 2019. Creamos una dirección de fiscalización, que tiene más de 50 inspectores. Esto era así cuando Lustemberg era parte del MSP. Además, hoy tenemos una unidad de monitoreo y gestión, creada en la Rendición de Cuentas 2022, que nos permite hacer un seguimiento a todos los prestadores.
-¿Alcanza la estructura que hay ahora?
-Es muchísimo más de lo que el FA tenía. Yo lo demuestro con acciones. El FA ha querido instalar un relato en materia de salud, cuando la realidad es totalmente distinta. Las mejoras que hemos hecho están a la vista de todos, con inversiones en hospitales, medicamentos, ambulancias, telemedicina y hasta en el tratamiento contra el cáncer. Los medicamentos y la atención se están dando, hay fallos de diseño y estructurales, como la falta de especialistas, que llevan a las dificultades que atravesamos hoy.
-Uno de las principales críticas al SNIS son los largos tiempos de espera para las consultas médicas, que en varios casos excede los plazos del decreto 359/007. ¿Por dónde pasa la solución?
-Primero, el diagnóstico. Lo que está regulado son las tres especialidades básicas y cirugía. En 2019 había 41 incumplimientos de lo que es exigible a los prestadores, y 44 pasaron a ser en 2023. Del resto hoy no tenemos una regulación exigible en materia de tiempo de espera, porque es muy dinámica, multifactorial y multicausal la situación en el sistema.
-¿Hoy el MSP puede tener monitoreo en tiempo real de tiempos de espera?
-Por el desarrollo local de la historia clínica electrónica y diferencias entre los desarrollos informáticos de los prestadores, no estamos en condiciones de tenerlo. Tenemos inspecciones, actuamos bajo denuncias al MSP.
-Lustemberg dijo que “no se ha incorporado un medicamento” a la canasta PIAS, lo que sube el costo de los remedios. ¿Cuál es la situación actual?
-La afirmación de Lustemberg no es del todo veraz, porque se incorporaron insulinas, también el test HPV, implantes mamarios, se bajaron y eliminaron tickets de antidepresivos. O sea, incorporaciones hubo. Y antes no existía un listado de medicamentos establecido como PIAS.
-Planteó que hay 300 procedimientos y medicamentos que no están incorporados, y que esto lleva a que los prestadores fijen los precios.
-Dentro de esos 300 hay sustitutos. Las nuevas autoridades tienen la oportunidad de todo lo que han prometido cumplirlo. Vamos a ser fieles seguidores de que se cumplan las promesas.
-¿Está de acuerdo con “fonasear” ASSE, otra iniciativa de Lustemberg?
-Lo estudió Leonardo Cipriani y le daba prácticamente la misma inversión que hoy se está haciendo en ASSE, unos US$ 1.300 millones por año. Me parece que no es un cambio trascendente.
-Varios usuarios y dirigentes del FA han denunciado que faltan diferentes fármacos en varios centros de ASSE...
-Es parte del relato que se quiso instalar. Nosotros tenemos información veraz. Cuando se ve la inversión de medicamentos ha habido un aumento notorio. ¿Por qué en 2019 se entregaron 194 millones de unidades y 225 millones de unidades en 2023? Estos son números de la Asociación de Laboratorios Nacionales (ALN). ¿A alguien le parece que se puede dejar sin medicamentos a 1,5 millones de usuarios de ASSE? Es totalmente falso.
-¿No hay diferencias en el acceso entre Montevideo y el interior?
-Puede pasar por un tema logístico que cierto producto falte en alguna farmacia, porque ASSE tiene 900 puntos de atención, pero esto pasa también en el sistema mutual. Una decisión política de recorte no existe, y eso está demostrado.
“Casmu está funcionando, y va a llegar así a febrero”
-¿Cuál es la situación de Casmu?
-Está funcionando y estamos evaluando el segundo tramo de la garantía que le dio el Parlamento. Se establecieron los destinos de los fondos, el pago a proveedores y un préstamo del BROU. Estamos en la vía administrativa para efectuar el pago. El Casmu está funcionando y va a llegar el 28 de febrero de 2025 funcionando.
-¿El gobierno mantendrá a las autoridades del Casmu hasta marzo próximo?
-La ministra Karina Rando fue clara en el Parlamento de que esta es la situación actual. No quiere decir que no se tomen otras decisiones de acá en el futuro…
-¿No se descarta, entonces, que de aquí a febrero el gobierno resuelva un desplazamiento?
-Esta es la decisión del día de hoy. La ministra fue clara en que si cambia alguna otra circunstancia, se volverá a evaluar y a tomar otras decisiones.
-¿Cuál es el vínculo actual del MSP con la directiva de Casmu?
-Nuestra obligación es mantener un vínculo institucional con todos los prestadores. Ni más cerca ni más lejos de una que de otra.
-¿El gobierno era partidario de intervenir con desplazamiento de autoridades, pero no se hizo por negociaciones políticas a la interna de la coalición?
-El resultado es el que está y tenemos que en julio se intervino Casmu, y toda la información está arriba de la mesa. Esas valoraciones, no obstante, habrá que verlas en el futuro eventualmente con otros escenarios.
-¿Puede garantizar que en lo que queda del mandato Casmu no va a cerrar?
-Nuestro desvelo y trabajo es para que el Casmu llegue al 28 de febrero funcionando.
-Al caso Casmu se sumó Cudam. ¿El MSP va a intervenir?
-Cudam ha sido observada por el seguimiento del MSP, y estamos buscando alternativas para darle estabilidad a largo plazo. No vemos una situación de intervención, son situaciones distintas las dos.
Cierre de Casa de Galicia y remate de su sede
-En el medio de la gestión ocurrió el cierre de Casa de Galicia...
-Tuvimos que lidiar con eso cuando el Poder Judicial determinó la liquidación. Luego tuvimos una salida, acordada, como nunca se hizo. Hay que revisar qué pasaba cuando un prestador tenía dificultades. ¿Cómo se seleccionó al SMI para quedarse con Impasa? ¿Cómo se seleccionó a la Española para gestionar Gremca? ¿Cómo se seleccionó Universal para gestionar el Italiano?
-¿Cómo fue el proceso del Sanatorio Galicia, de la extinta mutualista, que ganó el Círculo Católico?
-Fue un remate público.
-¿Por qué ASSE no tuvo otra puja?
-Estaba en proyecto el Hospital del Cerro y para mantener el equilibrio público-privado lo ideal era que lo adquiriera una mutualista.
-¿Que fuera la misma mutualista en donde trabajó antes el titular de ASSE no generaba suspicacia?
-Eso es lo que quieren imponer los que tratan de establecer relatos. La realidad es que hubo puja en ese remate, no fue armado.
-¿Cómo vio la contratación de camas de ASSE al Sanatorio Galicia?
-ASSE tenía convenio con Casa de Galicia y el Círculo Católico. Cipriani juntó los dos y bajó el precio. No fue que, desde que el Círculo tuvo el sanatorio, ASSE empezó a contratar. Los convenios venían desde la época del FA.