Redacción El País
El problema de la salud mental y adicciones ha estado en boca de varios jerarcas del gobierno de Luis Lacalle Pou en los últimos meses, porque se trata del área que el Poder Ejecutivo decidió priorizar en esta última Rendición de Cuentas con aumento de gasto, y que los senadores se encuentran votando esta semana.

Para esto, el gobierno destinará de hecho un refuerzo de US$ 20 millones, que comenzarán a ejecutarse en enero de 2024, pero para lo cual las autoridades ya van haciendo gestiones para poner en marcha todos los programas y atender así un asunto prioritario para este último tramo de la gestión de Luis Lacalle Pou, como el propio primer mandatario lo dejó en claro ayer en Florida, tras inaugurar el primer centro de atención diurno para adictos en el departamento que gobierna el intendente Guillermo López.

En su discurso protocolar, en el que se refirió a las “cifras que impresionan” relativas a resultados de gestión que habían sido destacadas minutos antes por el presidente de ASSE, Leonardo Cipriani, aseguró que “el abordaje de las personas que tienen consumo problemático de drogas tiene que sacar lo mejor” de quienes gobiernan.

“Todo el mundo merece una segunda oportunidad, el tema es que la tengan”, remarcó Lacalle Pou, que pidió así “no dar a ningún uruguayo por perdido”.

Y a continuación, apuntó: “Un gobernante tiene que tener compasión. Compasión significa padecer con. Un gobernante tiene que sentir tristeza. Un gobernante se tiene que alegrar, (o) sentir frustración cuando no puede hacer las cosas. Un gobernante -agregó- tiene que compartir la esperanza, porque si el gobernante no lo siente, por más recursos y profesionalismo que tenga, no está cumpliendo cabalmente con su tarea”.

También se refirió a que, más allá de los números, en esta problemática social hay una particular esfera humana que a veces queda relegada. Para ilustrar este punto, Lacalle Pou recordó el caso de un amigo suyo que era “adicto en recuperación” y que, hace muchos años, cuando era un “joven diputado”, le había cuestionado una muletilla que usaba. “Cuando hablaba del delito decía ‘los delincuentes’. Era una muletilla. Un día me llamó un amigo mío, que era adicto en recuperación, y me dijo: ‘Luis, te vengo escuchando seguido y te quiero hacer un aporte desde lo que yo he sufrido y padecido. Tratá de no decir delincuente, tratá de decir una persona que comete delitos´”.

En una misma dirección había apuntado el ministro de Desarrollo Social, Martín Lema, quien resaltó que en su cartera busca “no dar una persona como perdida”, frase que tomó del presidente, referida en este caso tanto al momento de dirigir las políticas sociales como a la hora de buscar alianzas con organizaciones y empresas que pueden contribuir en la causa.

Y, como lo hizo también Cipriani, comparó lo hecho en este tema por el gobierno con lo que, según dijo, llevó adelante el Frente Amplio en el período anterior. “No había prestaciones sociales enfocadas en lo socioemocional. ¿Saben cuántos cupos había para adicciones? Cero. ¿Cuántos cupos había para (atender) la problemática de la salud mental? Cero. Ya generamos los primeros cupos y, a través de la propuesta presidencial, el año que viene vamos a tener 600 cupos de 24 horas para las personas en situación de calle (...) y para las personas que recuperaron la libertad”.

A su turno, el titular de ASSE recordó una reunión que mantuvo con Lacalle Pou al comienzo de la gestión, en la que se abordaron fundamentalmente dos temas, contó: la construcción del hospital del Cerro y la inversión de recursos en salud mental y adicciones, pese a que esto último “no trae muchos votos” pero no dejaba por eso de ser un “problema a atacar.”

Las cifras que citó y que el presidente había dicho que “impresionan” apuntaron a incrementos en la atención: dijo que ASSE pasó de cinco psiquiatras de alta dedicación a 161 y que de 183 mil consultas a esta especialidad que hubo en el primer semestre de 2019 se pasó a 467 mil en el primer semestre de este año, entre otras.