El Ministerio de Salud Pública (MSP) lanzó este lunes el programa "Conciencia y acción colectiva" para prevenir el consumo problemático de drogas, basado en un modelo islandés en la materia, que se aplicará como plan piloto a partir de 2025 en los departamentos de Canelones, Maldonado, Colonia y Rivera.
Se trata de una iniciativa que se aplica en Islandia hace más de 25 años, con el que se redujo el consumo temprano de drogas a partir del mantenimiento de entornos saludables, con un trabajo entre organismos públicos, centros educativos y la comunidad. El proyecto incluye encuestas periódicas a jóvenes de 15 años para medir el impacto y realizar los ajustes necesarios.
En 1997 Islandia contaba con una de las tasas más altas de consumo de sustancias entre los adolescentes europeos. Sin embargo, a partir de su modelo el consumo de alcohol, por ejemplo, pasó del 42% a 6% en la actualidad. Lo mismo con los fumadores diarios (23% frente a 1%) y los consumidores de cannabis en la vida (de 17% a 6%) en el mismo período.
Al mismo tiempo, se registró un aumento en otras actividades. Por ejemplo, la cantidad de jóvenes islandeses que pasaban tiempo con sus padres los fines de semana pasó de 37% al 72%, y la actividad deportiva cuatro veces por semana o más se elevó de 25% a 41%.
“Este modelo es innovador y ha transformado la manera de abordar el problema de salud mental y las conductas de riesgo en la juventud (…) que se basa en un enfoque comunitario, integral, que involucra a los padres, escuelas, comunidades y también el gobierno para crear un entorno seguro de los jóvenes para que den apoyo a los mismos y que no se sientan solos”, dijo la ministra de Salud Pública, Karina Rando, en conferencia de prensa.
Para definir el abordaje del plan se analizan datos locales y recientes de cada comunidad, tras lo cual se toman "decisiones bien informadas, que emanan de las propias comunidades", destacó Francisco Gimeno Ruiz, proyect manager de Planet Youth, una organización privada islandesa encargada de difundir el modelo que se aplica en 20 países y más de 500 comunidades.
Para medir su impacto, el programa plantea hacer una encuesta a los jóvenes. En Uruguay está previsto realizar ese relevamiento a jóvenes de 15 años (nacidos en 2010) durante el primer trimestre de 2025. Si bien el plan total insume cinco años, se comenzará a implementar, al menos, por un año.
“No es un programa mágico. Hay que esforzarse e implementarlo entre todos y necesitamos de la colaboración de las autoridades que vengan. Esto no lo vamos a hacer en tres meses”, resaltó Rando pidiendo su continuidad gane quien gane el balotaje.
"Es un modelo basado en el método científico, con más de 25 años de experiencia positiva en Islandia y comunidades alrededor del mundo; que es transversal, adaptable con carácter comunitario y colaborativo", destacó Gimeno Ruiz.
La puesta en marcha de este modelo estaba previsto dentro del bloque de prevención del Plan Nacional de Salud Mental y Adicciones, impulsado por el oficialismo, que fue votado en la pasada Rendición de Cuentas.
El modelo plantea cinco guías de prevención: buscar un enfoque de "prevención primaria"; "enfatizar" las acciones comunitarias teniendo a las escuelas públicas como el "centro natural" de esfuerzos; "empoderar" a miembros de la comunidad para que tomen decisiones "prácticas" basadas en evidencia; integrar a los investigadores, legisladores profesionales e integrantes de la comunidad en un solo equipo, y "equilibrar el alcance de la solución con el alcance del problema".
Su aplicación implica considerar 10 pasos: generar una “coalición” de integrantes; identificar las opciones de financiación de las medidas; preparar las encuestas que se realizarán a jóvenes de 15 años de cada comunidad; recopilar y procesar los datos; “subir las expectativas” a la comunidad mientras se elabora el diagnóstico, que llevan entre seis y ocho semanas.
El sexto paso es la difusión de hallazgos entre toda la comunidad; alinear las políticas y prácticas; la inmersión de los jóvenes en entornos, actividades y mensajes de prevención; reflexionar sobre el trabajo hecho para luego volver a empezar. El ciclo completo del programa dura cinco años, pero en Uruguay, se comenzará a aplicar por un año en principio.
El experto español, que vive en Islandia, dijo que se deben considerar los factores de riesgo, que "aumentan la probabilidad" de consumo, así como los factores de protección, que "disminuyen" las chances de un consumo temprano, que es donde pone foco el modelo.
Lo central del modelo islandés es que se “quita” la responsabilidad de cada individuo de crear un entorno saludable y “se lo da a toda la comunidad”, considerando que se trata a “toda la sociedad como paciente”, explicó el responsable de Planet Youth.
“Construir una comunidad alrededor de cada uno que retrase el inicio de consumo de sustancias el mayor tiempo posible es un enfoque eficaz para reducir los problemas de salud a largo plazo relacionado con el consumo de sustancias”, agregó Gimeno Ruiz.
Bajo el concepto de comunidad, se marcaron cuatro "dominios de intervención": familia, tiempo libre, escuela y grupo de iguales. A partir de un Diagrama de Venn, de círculos unidos, y con el individuo en el centro, se interrelacionan esos cuatros dominios.
Por ejemplo, en cuanto a la familia, el modelo toma como factores de protección que los jóvenes puedan pasar tiempo de calidad con sus padres, se sientan apoyados por ellos, y que sus mayores los supervisen.
Tener actividades de ocio (deportivas y artísticas) "en vez de tener tiempo desorganizado", así como que se lleguen a acuerdos con los jóvenes de una hora para volver a casa y que estos puedan participar de fiestas monitoreadas, son factores de protección en torno al tiempo libre.
Que exista un clima positivo en las escuelas, sin bullyng, con seguridad en el centro y los alrededores, y con adultos que puedan comprender y apoyar a los jóvenes son factores de protección en esta área.
En torno a los grupos de iguales, se plantean como factores protectores que los responsables de los jóvenes puedan conocer a los amigos de sus hijos y sus padres, así como poder limitar el tiempo con aquellos jóvenes que consuman drogas “hasta que eso pueda cambiar”, agregó el experto.