El actor y director estadounidense Mel Gibson está en el centro de la polémica por sus comentarios en el popular pódcast de Joe Rogan, a favor de “alternativas” contra el cáncer, cuya efectividad no solo no está probada científicamente, sino que no está recomendada por su impacto en la salud de los pacientes oncológicos, coincidieron varios expertos médicos consultados por El País.
Gibson, protagonista de películas como Arma Mortal, Corazón Valiente y Mad Max, le contó a Rogan, uno de los más escuchados de EE.UU., lo que definió como una “buena historia”: dijo tener tres amigos que tuvieron cáncer en etapa cuatro (metastásico) y que los tres se curaron.
Rogan le preguntó “qué tomaron” y Gibson le dijo que fue algo que el conductor ya había tomado. Al responder “ivermectina” y “fenbendazol”, el actor no solo asintió, sino que agregó: “bebieron hidroxina o algo así”. “Esto funciona”, resaltó Gibson ante Rogan, que no solo ha respaldado antes el consumo de ivermectina, sino que también ha hecho comentarios antivacunas.
El País consultó a tres reconocidos oncológos uruguayos, Gabriel Krygier, Mauricio Cuello y Luis Ubillos, sobre los dichos de Gibson, y todos ellos se mostraron en contra del consumo de estas sustancias.
“Es un disparate”, remarcó Krygier, grado 5 al frente de la Cátedra de Oncología de la Facultad de Medicina, de la Universidad de la República.
Tanto la ivermectina como fenbendazol son dos medicamentos antiparasitarios que se utilizan en animales, y en humanos solo en ocasiones para tratar casos de sarna; mientras que la hidroxina es un medicamento antihistamínico, únicamente para las alergias en humanos, explicaron los expertos.
“A nivel técnico, no hay ningún estudio que avale el uso de la ivermectina ni fenbendazol, ni hidroxina, para combatir el cáncer”, destacó Krygier.
En la misma línea, Ubillos, director del Departamento de Medicina de la Universidad Católica, resaltó que “no hay ningún ensayo clínico realizado con estas drogas que haya demostrado ningún tipo de beneficio en cáncer”.
El medicamento del que se hicieron más estudios para probar su eficacia contra el cáncer fue la ivermectina, que también se dijo que combatía el coronavirus, algo que fue desmentido. Cuello, que además integra la misma cátedra médica de Krygier, insistió en que “no hay ninguna demostración de actividad clínica de la ivermectina en el cáncer”.
Ubillos, en línea con Cuello, planteó que existe sí “alguna teoría básica”, en torno a la ivermectina, con evidencia preclínica -esto es en ratones o laboratorio-, pero aclaró que ello “no quiere decir que eso se vaya a demostrar a nivel del uso en humanos”.
“Fármacos o moléculas que inhiben un proceso vinculado del cáncer hay muchos, pero después, cuando se prueban en humanos, no logran, por diferentes razones, demostrarlo”, puntualizó Cuello.
Los tres oncólogos coincidieron en que hay “muchos menos” resultados científicos con fenbendazol y, en menor medida aún, con la hidroxina.
“Es un disparate, que como viene de alguien muy conocido como Gibson, tiene esta trascendencia”, lamentó Krygier. “Este tipo de recomendaciones terminan generando caos a los pacientes”, añadió Cuello.
Pero además de un problema de “eficacia” con los tres fármacos que nombró Gibson, agregaron que existe un problema de “seguridad” por el “riesgo de efectos tóxicos” asociados a la combinación del consumo de los fármacos con los tratamientos oncológicos usuales, científicamente comprobados, que incluso han cambiado en los últimos años frente al avance de la biología molecular y la inmunoterapia.
“Agregar cualquiera de estos fármacos que nombró Gibson me parece un disparate, es agregar toxicidad innecesaria a un paciente”, afirmó Krygier.
Mientras que Cuello, en ese sentido, planteó que los pacientes que estén recibiendo tratamientos oncológicos, “si se exponen a la combinación con ivermectina o el fenbendazol, pueden tener efectos adversos que no están esperados o estudiados, porque no se conoce cuáles son las eventuales interacciones con estas drogas”.
“Alguien podría decir, ‘si lo dijo Gibson, perdido por perdido, lo voy a ir acompañando lo que el oncólogo me mande’. Pero ojo con eso, no tenemos evidencia de que no haya interacciones medicamentosas que nos puedan reducir los beneficios de la medicación que tiene evidencia o aumentar la toxicidad de la droga aprobada o de la combinación”, dijo Ubillos. “No tenemos evidencia de eficacia ni de seguridad” con los tres fármacos, insistió.
“Por lo menos, es exponerse a un riesgo no previsto. Porque además no se conocen cuáles deben ser las dosis de administración fuera de la indicación específica que tiene para el tratamiento de la sarna”, resaltó Cuello, sobre todo, con respecto al uso de la ivermectina.
Los tres oncólogos recomendaron a los pacientes oncológicos “no consumir” ivermectina, fenbendazol ni hidroxina. “Las declaraciones de Gibson son peligrosas para los pacientes”, lamentó Cuello.
Krygier resaltó: “No solo no recomiendo el consumo, sino que lo desaconsejo totalmente”. Ubillos, por su parte, sostuvo que “los oncólogos y otros médicos se basan en evidencia científica publicada, de ensayos clínicos randomizados hechos a nivel mundial”.
Los dichos del actor “entran en el oscurantismo de los tratamientos alternativos, muchos de los que tienen ningún asidero, como es este caso”, dijo Krygier. Y hay pacientes que buscan su consumo. “Tuve un caso muy reciente de un paciente que me solicitó la prescripción de ivermectina, a lo que me negué”, contó Cuello.