Gemelas de 3 años murieron ahogadas en una piscina: experta da recomendaciones para prevenir estas tragedias

Guadalupe Herraiz se expresó acerca de las precauciones que los padres han de tomar para evitar este tipo de accidentes que llevan a una muerte "rápida y silenciosa".

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La tragedia ocurrió en la piscina familiar
La tragedia ocurrió en la piscina familiar en Arizona, Estados Unidos.
Foto: Fox 10.

Redacción El País
En los últimos días un hecho, del que dio cuenta El País, conmocionó al estado de Arizona, en Estados Unidos. El jueves pasado Valentina y Penélope Ruiz, gemelas de tres años, murieron ahogadas tras permanecer durante un "período indeterminado" bajo el agua antes de que su padre pudiera llamar a los servicios de emergencias.

El padre, cuyo nombre no fue revelado, llamó rápidamente a los servicios de emergencia después de sacar a sus hijas sin vida de una piscina.

Las dos menores fueron trasladados de urgencia al hospital pero, trágicamente, ambas fueron declaradas muertas poco tiempo después.

Las niñas fueron encontradas por su padre.
Las niñas fueron encontradas por su padre.
Foto: Fox 10

Ahogamiento infantil: casos en Uruguay

En Uruguay, el ahogamiento infantil es la primer causa de muerte por causas no violentas en niños de 0 a 5 años. Es una escena que se repite cada verano y genera conmoción no solo en Uruguay.

"No habría ni que exponerlos a los chicos a grandes volúmenes de agua. Si no saben nadar y no saben flotar, ese no es un lugar en el que tienen que estar", fue la tajante respuesta que dio a El País Guadalupe Herraiz, creadora de la asociación civil Nademos por los niños e instructora de asistencia acuática, ante una noticia internacional que tiene similitudes con casos que ya han acontecido en el país.

Explicó así que existen actividades acuáticas que se promueven desde el punto de vista "lúdico" para que padres e hijos naden juntos en grandes volúmenes de agua, los cuales Herraiz no recomienda cuando se trata de "una actividad que no tiene ningún tipo de enseñanza que conduzca a un fin". Al contrario, la experta considera que los niños pueden, desde muy pequeños, acercarse al agua si es que se hace con supervisión y "como una forma de entrenamiento". "Si hay una enseñanza que haya una enseñanza efectiva, si no, no hay necesidad", expresó.

"Hay que empezar a enseñarle a la población que exponer a los chicos a piscinas y a niños pequeños está buenísimo, pero para quien domina y controla", planteó. El ahogamiento infantil es, según la experta, una "muerte silenciosa" y ocurre con demasiada rapidez.

No es, en este sentido, tan fácil de identificar ni de detener como el ahogamiento de un niño más grande, ya que de entre 1 y 4 años el niños "el niño que cae al agua se va para abajo como una piedra" y cuando sube lo hace boca abajo "después de un desmayo por falta de oxigeno".

Los chalecos son para usar fuera del agua

"El dispositivo de flotación tiene que ser usado fuera del agua, fue diseñado para eso", señaló Herraiz y explicó que estos se usan cuando, por ejemplo, alguien sube a un bote, para así estar protegido en caso de que accidentalmente caiga al agua.

Por otra parte, es preciso tener en cuenta la interpretación que hacen los niños más pequeños al estar en el agua con dispositivos de flotación. Ese niño "interpreta que ese lugar es divertido, lúdico. Él se cree que nada, se cree que flota, pero en realidad no lo hace", lo que lo puede llevar a que cuando salga del agua y se quite el chaleco, luego quiera volver a entrar sin tenerlo puesto.

Niña en una piscina.
Niña en una piscina.

Sostuvo, por otra parte, que los dispositivos de flotación pueden hacer sentir a los padres una "falsa seguridad" de que sus hijos están a salvo, incluso cuando no saben nadar.

Un proyecto estancado

Herraiz diseñó y presentó un proyecto de ley para que los cercos perimetrales sean obligatorios en las piscinas y asegurar así que exista "una barrera física" y lo suficientemente alta para que los niños no puedan rebasarla.

Es así, que este proyecto indica que los cercos tengan una altura mínima de 1,30 metros, que, si es de barrotes, sean verticales y no horizontales y que la puerta tenga un cierre automático "porque siempre alguien la deja abierta".

La experta también recomienda que las reposeras estén del lado interno del cerco, para que los niños no trepen sobre ellas para acceder al agua. Además, se debe evitar que haya juguetes dentro del agua, para que no llamen su atención.

Otra parte que defiende esta iniciativa es que exista un "control de imagen de marcas" ya que todas aquellas que venden artículos acuáticos suelen utilizar la imagen de un niño, lo cual es "un mensaje subliminal", al mostrar a "niños pequeños en grandes volúmenes de agua con dispositivo de flotación", lo cual en realidad no es seguro.

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