"Las pantallas nos han aislado": estudio de suicidio adolescente dispara alerta por problemas de comunicación

En el Día Mundial de la Salud Mental, se presentó un estudio que analizó los certificados de defunción y las historias clínicas de adolescentes que se suicidaron entre 2018 y 2021.

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Foto: Canva

Redacción El País
En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, el Ministerio de Salud Pública (MSP) presentó el estudio "Suicidio en adolescentes en Uruguay" en el que se analizaron 149 certificados de defunción y 54 historias clínicas de jóvenes que se quitaron la vida entre 2018 y 2021.

"Lo que más nos dejó a nosotros es que más del 50% los últimos tres meses previos al suicidio consultó en un sistema de salud y que esta consulta fue por un problema de salud física o por un control en salud del adolescente, esto nos lleva a pensar que todo momento que venga un adolescente al sistema de salud es una oportunidad", dijo a la prensa Lorena Quintana, miembro del Programa de Salud Mental.

Se presentó el estudio suicidio en adolescentes en Uruguay
Se presentó el estudio suicidio en adolescentes en Uruguay.
Foto: Ministerio de Salud Pública.

Asimismo, dijo que un tercio de los adolescentes entrevistados para el estudio señalaron que sus padres "no conocen sus problemas y sus preocupaciones" y que hay un problema de comunicación entre adultos y adolescentes porque hoy en día "las pantallas nos han aislado".

Junto al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Ministerio analizó las circunstancias y características en las que menores de 19 años se quitaron la vida en tal período y la primera conclusión es que los casos aumentaron conforme avanzó la pandemia de covid-19.

El documento concluye que hay una "marcada masculinización" en el suicidio adolescente, en la medida en que el 72% (107) eran varones y el 28% (42) eran mujeres. Aunque "la relación de suicidio entre varones y mujeres se dispara a partir de los 16 años".

En la mitad de los casos, los adolescentes ya tenían un diagnóstico de trastorno o enfermedad mental, siendo las más frecuentes la "depresión, la ansiedad y el uso problemático de sustancias". Además, en la mayoría de los casos el ahorcamiento fue el método más utilizado.

"Casi la totalidad de adolescentes con registro de condiciones de sufrimiento mental recibió indicación de tratamiento psiquiátrico y/o psicológico dentro del sistema de salud. Casi dos terceras partes accedió en algún momento a una o a ambas modalidades", según el estudio.

Por esto, se destacan una serie de recomendaciones para "los sistemas de salud en general". Cuyo primer caso consiste en "dedicarle el tiempo necesario" a los adolescentes cuando estos llegan al centro de salud para "preguntar y escuchar de manera efectiva lo que el adolescente tiene para comunicar". El texto destaca una de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, según la cual "la mejor manera de averiguar si una persona está en riesgo suicida es preguntándole si a menudo siente que la vida no vale la pena, si ha considerado la posibilidad de quitarse la vida y si tiene un plan para hacerlo", así como es importante indagar sobre el apoyo social con el que cuenta.

Entre las recomendaciones, el estudio refleja que es necesario "evaluar el riesgo suicida de manera sistemática, protocolizada y con fundamentos empíricos en los adolescentes que consultan los servicios sanitarios, independientemente del motivo de consulta". El texto destaca que los principales factores de riesgo suelen ser el consumo problemático de sustancias, el sufrimiento mental, los antecedentes de abuso y/o violencia, el bullying, los sucesos estresantes agudos o acumulados, las autolesiones y la desvinculación del sistema educativo.

Por esto, el estudio concluye que es necesario capacitar continuamente a los equipos de salud.

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