SALUD
Algunos edulcorantes artificiales utilizados en estos productos pueden inhibir las proteínas del hígado responsables del proceso de desintoxicación y el metabolismo de los fármacos.
Los refrescos "cero" y otros productos con edulcorantes artificiales pueden afectar la capacidad del hígado para desintoxicarse e incluso procesar ciertos medicamentos. La conclusión es de un estudio realizado por investigadores del Colegio Médico de Wisconsin, en Estados Unidos, presentado en la Reunión de Biología Experimental 2022 realizada por la Sociedad Estadounidense de Bioquímica y Biología Molecular esta semana en Filadelfia, Pensilvania.
El equipo realizó el estudio en un entorno de laboratorio, donde probaron el impacto que dos edulcorantes artificiales, el acesulfamo de potasio (o el acesulfamo-K), y la sucralosa, tendrían en las células del hígado. Los resultados mostraron que ambos inhibieron el trabajo de la glicoproteína P (P-gp), que ayuda a limpiar el cuerpo de toxinas. También ayuda al cuerpo a procesar las drogas, ya que las proteínas afectan la forma en que el hígado metaboliza las drogas.
"Observamos que los edulcorantes afectaron la actividad de la gp-P en las células del hígado en concentraciones esperadas del consumo de alimentos y bebidas comunes, muy por debajo de los límites máximos recomendados por la FDA", dijo Stephanie Olivier Van Stichelen, quien dirigió el equipo de investigación.
A pesar de los resultados, los científicos advierten que los datos aún son preliminares y por lo tanto se necesitan más estudios para saber si este efecto también ocurre dentro del cuerpo humano. Aun así, sirve de advertencia para quienes consumen productos con estas sustancias en grandes cantidades. Sobre todo para las personas que eligen estos productos creyendo que son más saludables que otros alimentos que contienen azúcar.
Este no es el primer estudio que relaciona el consumo de edulcorantes con problemas de salud. Ya se han relacionado con cambios significativos en el microbioma intestinal, que pueden causar inflamación crónica e incluso infertilidad. También hay vínculos más inestables entre el producto artificial y los cambios en la función cerebral.