Más de 1.500 médicos recibidos darán el próximo 3 de noviembre una prueba única, por primera vez, para ingresar a las residencias de especialización médica, según indicó a El País el decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República, Arturo Briva.
El nuevo sistema, que se inspira en el aplicado en España, supone un cambio respecto al modelo actual. De 45 pruebas diferentes y simultáneas, con dos instancias, se pasará a una única anual, que será múltiple opción y en formato papel, y que se llevará adelante de forma presencial.
Mientras que hasta ahora se cursaba una prueba diferente por cada opción, esta modalidad permite a los médicos elegir por hasta cinco especialidades, que pueden llevar entre tres y seis años de estudio cada una. Briva señaló que Anestesiología, de cuatro años, fue la carrera más demandada, por su “buen mercado laboral”.
El decano estimó que las 150 preguntas vinculadas a Medicina General se podrán responder en unas cuatro horas aproximadamente.
La corrección de la evaluación será automática y los resultados se conocerán “a más tardar en la primera semana de diciembre”, acotó.
La prueba generará un orden de prelación que permitirá a los médicos optar luego por estudiar una especialidad médica en particular.
La elección de una prueba única se resolvió en función de tres aspectos, dijo el decano. Por un lado, se buscó “evitar la discrecionalidad en las distintas formas de hacer las pruebas”, según cada cátedra. Además, se modificó el objeto de la evaluación. Los médicos estudiaban contenidos específicos de una especialidad que no habían cursado antes y luego eran evaluados por ello. Ahora, se medirá el nivel de conocimiento de la carrera de Medicina, de siete años, con internado incluido.
Ante un cupo limitado para cada especialidad médica, la evaluación supone “un mecanismo de ordenamiento basado en conocimientos, nada más”, aclaró Briva. “El que queda primero, no es más médico que el que queda último”, agregó, en referencia a que quienes cursen esta prueba deben ser médicos titulados. Se consultará sobre áreas clave (Medicina, Cirugía, Pediatría, Ginecología y Medicina Familiar y Comunitaria), entre otras disciplinas.
El tercer aspecto que resaltó el decano de FMED es que elformato estandarizado de ingreso permitirá conocer mejor a la población de estudiantes y generar una base de datos. Sobre todo para detectar los conocimientos de Medicina General que estén más consolidados y los que no.
La evaluación gratuita, elaborada especialmente por un tribunal nombrado por el Consejo de FMED, también supuso un trabajo en varios niveles de la facultad. Con el fin de evitar que los médicos puedan obtener el mismo resultado, el departamento de Educación Médica realizó “simulaciones y modelos matemáticos, buscando la cantidad de preguntas, de opciones, y distintos mecanismos, para reducir al mínimo la posibilidad de que dos personas queden empatadas”.
Si bien el trabajo se inició en 2022, entre mediados de agosto y fines de octubre de este año se desarrolló la preparación de la prueba. “El proceso fue básicamente ir ajustando el formato para generar buena capacidad de discriminación y que generara las mejores oportunidades para todos”, dijo Briva, que calificó la evaluación como “buena”.
Este formato, además, supone un desafío en las residencias que comenzarán en abril. El decano dijo que se “necesita un esfuerzo docente extra” ya que los alumnos no necesariamente tendrán una base teórica, como se exigía hasta ahora.
Participarán en esta oportunidad la mayoría de los 636 médicos recién recibidos, y otros de generaciones anteriores que no entraron antes en una residencia. Esta modalidad implica jornadas de trabajo en hospitales y pruebas teóricas a lo largo de todo el año.
Entre cambio “positivo” e “improvisación”
Médicos que están preparando la prueba única de ingreso al sistema nacional de residencias médicas consultados por El País coincidieron, a nivel general, en valorar de forma positiva la medida.
Abib, por ejemplo, se mostró “de acuerdo” con el cambio y recordó que en 2009 cuando ingresó a estudiar Medicina, el gremio estudiantil estaba “a favor” de este formato de prueba única. Por un lado, porque la modalidad previa implicaba un enfoque “específico” que no permite optar por más de una especialidad, sino que “daba lugar a arbitrariedades”. Aquél que tenía acceso a expertos de la cátedra podía contar con una preparación a la que no todos podían llegar, acotó. Otros médicos dijeron, en esa línea, que el formato que regía hasta ahora daba lugar a que docentes pudieran elegir a “favoritos”.
Con el nuevo formato, Abib destacó que es la “misma prueba para todas las especialidades”. Esto permite, además, acumular conocimiento de varias áreas médicas.
Pese a lo positivo que marcaron del cambio, otros recibidos que prefirieron no ser identificados realizaron críticas. Advirtieron cierto “grado de improvisación” con el aterrizaje que dio FMED a esta nueva prueba, y puntualizaron que su preparación fue “desprolija” en los últimos meses.
Si el postulante alcanza el puntaje para aprobar la prueba, luego deberá ver si existe cupo disponible en la especialidad. Si no se encuentra lugar, deberá volver a realizar la evaluación.
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