CONSULTAS
Un estudio que acaba de hacer público la Universidad Católica de Uruguay (UCU) muestra que la enorme mayoría de médicos (85%) reconoce haber sido consultado sobre cannabis en el último lustro.
El uso terapéutico del cannabis dejó de ser un tema tabú en los consultorios médicos uruguayos. Un estudio que acaba de hacer público la Universidad Católica de Uruguay (UCU) muestra que la enorme mayoría de médicos (85%) reconoce haber sido consultado sobre cannabis en el último lustro. Casi la cuarta parte recibe consultas “todos los meses”. Algo más de la mitad de los encuestados, a su vez, ha recomendado su uso (53%).
Uruguay fue el primer país en regular el cannabis para cualquiera de sus usos. Pero “el componente medicinal ha mostrado avances tímidos”. La puesta en práctica de la discutida marihuana con fines recreativos fue impulsada antes que el uso medicinal. Y la ley que promueve los productos terapéuticos en base a cannabis, promulgada en 2019, aún no fue reglamentada.
Eso, según la investigación encabezada por Rosario Queirolo, Belén Sotto y Eliana Álvarez de UCU, trae tres dificultades “persistentes de la política nacional de cannabis medicinal”: complejidades para el desarrollo del sector productivo, falta de accesibilidad para los pacientes y la emergencia de un sector productivo artesanal no regulado.
Como en Uruguay no existe una agencia que regule el cannabis medicinal -como sí tienen Alemania, Israel y Países Bajos-, el Ministerio de Salud Pública es el responsable de las licencias. En este sentido, solo hay tres fármacos autorizados Epifractán, Xannadiol y Xalex, con precios entre US$ 50 y US$ 170. El resto de medicamentos se debe importar con receta especial -trámite burocrático mediante- y es “casi imposible” la aprobación de la producción artesanal.
Tras las entrevistas con especialistas y tomadores de decisión, las investigadoras uruguayas concluyeron que hay dos posturas: “de un lado están aquellos con una visión más arraigada en la concepción clásica de la ciencia y los procedimientos de la industria farmacológica, en la que resultan centrales la evidencia científica en base a ensayos clínicos, la estandarización y la comprobación de eficiencia del resultado. La clave está en lograr un acceso de calidad”.
Por el otro lado, se encuentran quienes “consideran que la producción puede ser entendida de distintas formas y no únicamente bajo estándares industriales internacionales, resaltando la importancia de la evidencia histórica más allá de la clínica. La clave aquí es lograr un acceso amplio”.
Y aunque las posiciones parezcan dicotómicas, no los son: ambas “destacan la importancia del desarrollo del sector, del aprovechamiento de la oportunidad”.
Hasta la Organización Mundial de la Salud reconoció la relevancia de las prestaciones medicinales de los derivados de la planta de marihuana y, por insistencia de esa institución, hace menos de un año que Naciones Unidas quitó al cannabis de la lista de “sustancias más peligrosas y sin valor medicinal”.
La discusión mundial, en este sentido, parece estar polarizada en dos bloques: la mayoría de Europa y América versus la mayoría de Asia y África. Y los médicos uruguayos parecen estar alineados a la postura más occidental.
Solo el 15% de los médicos encuestados que nunca recomendó el uso de cannabis no estaría dispuesto a hacerlo. El resto, incluso si no lo ha confiado aún, está abierto a esa opción. De hecho, más del 90% considera muy relevante o algo relevante incluir al sistema endocannabinoide en el currículo de grados y/o posgrados.
Los neurólogos son de los especialistas que declaran recomendar más el uso del cannabis. En parte se debe a que las patologías neurológicas están entre las que los pacientes más preguntan por el cannabis medicinal. Lo mismo sucede en las enfermedades reumáticas, de salud mental, los cánceres y dolores crónicos.
De los médicos que alguna vez recomendaron el uso de cannabis, la mitad lo hizo con receta formal y la otra por alguna vía alternativa. Por lo general, dicen recomendar “un producto de farmacia” o algunos dan pase a un médico especializado.