Coronavirus: para qué sirve el medidor de CO2 y por qué los expertos lo recomiendan

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Medidor de CO2. Foto: @licsilviaguerra

PANDEMIA

La medición de dioxido de carbono en el aire "viene para quedarse porque las enfermedades respiratorias tienen mucha vinculación con la calidad del aire", dijo la epidemióloga Silvia Guerra.

En los últimos días, científicos y especialistas médicos han comenzado a recomendar el uso del medidor de dióxido de carbono (CO2), un elemento  que se suma al uso del tapabocas, a la distancia social y que "viene para quedarse" en la prevención de contagios del COVID-19, dijo a El País la epidemióloga Silvia Guerra.

Este pequeño aparato, cuyo precio oscila entre los US$ 150 y los US$ 400 en plataformas de venta online, indica "qué porcentaje del aire que uno inhala ya fue respirado por otra persona", explicó la experta, que además compartió en sus redes sociales una foto del uso del medidor de CO2 en un bar.

Cuando la concentración de CO2 se ubica por encima de 800 partes por millón (ppm) es que se está inhalando "cerca del 1% de un aire que ya fue respirado por otra persona", dijo Guerra. En plena pandemia, esto implica que hay "mayor riesgo" de contagiarse de COVID-19 si hay un enfermo con el virus en el espacio.

Esto se complejiza más por la circulación comunitaria intensa que hay en el país, cuando hay casos asintomáticos y sintomáticos, y porque "uno nunca sabe, ya que hay gente asintomática y otra que estando enferma sale igual", añadió.

Guerra apunta que el medidor de CO2 puede ser importante para hacer las mediciones de espacios cerrados, "ya sea modificando el aforo o aumentando la ventilación en la medida que haya más clientes o avance la hora del día".

La medición de dióxido de carbono en el aire es un elemento que "viene para quedarse, porque se supone que las enfermedades respiratorias tienen mucha vinculación con la calidad del aire", añadió.

"No solo nos importa prevenir COVID, sino no tener tanta gripe o enfermedades respiratorias, en las que en cierta medida el aire tiene mucho que ver, fundamentalmente en lugares cerrados", agregó.

De todos modos, Guerra aclaró que esta es una "herramientas más" para prevenir contagios de un virus que "no se aborda ni con una medida ni herramienta única", considerando que "hay que sumar estrategias y medidas de prevención". Aunque la medición de CO2 sea baja hay que "mantener" el distanciamiento, cumplir con la burbuja, el uso del tapabocas entre otras medidas establecidas por las autoridades sanitarias.

Guerra destacó que en las mediciones que se han llevado adelante se ha "disparado y mucho" la concentración de CO2 en los autos si no se abre la ventanilla.

En tanto, estima que con respecto a los ómnibus que hacen distancias cortas, como puede ser el caso de viajes en el área metropolitana, con la apertura de ventanillas y de la apertura intermitente de las puertas se alcanza una buena ventilación.

También el virólogo Gonzalo Moratorio, investigador del Instituto Pasteur y la Universidad de la República, recomienda el uso del medidor de CO2. En entrevista con Informativo Sarandí (Radio Sarandí), dijo que "hay que utilizar el monitoreo del grado de contaminación del aire por CO2" porque "puede dar una idea de cuán viciado está un ambiente".

Estimó que los medidores pueden ser utilizados "incluso en el transporte público" para saber los límites de "hasta cuándo está bien y cuándo está mal y reducir aforos (...) o aumentar frecuencias, por ejemplo", así como para el control del aire en las aulas.

Julio Medina, infectólogo y grado cinco de la Cátedra de Enfermedades Infecciosas de la Facultad de Medicina e integrante del Grupo Asesor Científico Honorario (GACH), elaboró en agosto de 2020 un informe donde señala que para el monitoreo de la calidad de aire interior "se recomienda instalar sensores de CO2" que "alerten sobre la baja ventilación, especialmente en ambientes que sean usados al menos por una hora y por grupos de personas, como salones de clase, salas de reuniones, restaurantes".

"Durante una pandemia es recomendable cambiar los ajustes preestablecidos al sistema de alerta por luces (de semáforo) de manera que la luz amarilla /naranja (advertencia) se fije a las 800 ppm (partes por millón) y la roja (alarma) a las 1000 ppm para que se logre una ventilación eficiente, aún con ocupación reducida", escribió Medina.

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