PANDEMIA

Fernanda agendó a sus hijos para recibir la vacuna contra el covid-19 el mismo día en el que se anunció la apertura de la agenda. Una semana antes del día del pinchazo, los dos empezaron con “un resfrío insignificante”, pero su madre decidió hisoparlos.

Eran positivos. Ahora, ya de alta, Fernanda se pregunta “si vale la pena” darles las dosis “porque ya tienen inmunidad por haber tenido el virus”. Más allá de la situación de estos y otros niños que se contagiaron durante la ola de casos que comenzó en diciembre, el concepto de inmunidad natural vs inmunidad adquirida por vacunas es algo que el Ministerio de Salud Pública (MSP) estudiará en las próximas semanas.

Según supo El País, “al terminar la ola”, causada por la variante ómicron, la cartera de salud tiene previsto hacer un cruzamiento de datos para conocer la inmunidad que hoy tiene la población uruguaya. El estudio comparará los datos de quienes se vacunaron con tres dosis y de quienes no están vacunados, pero transitaron la enfermedad durante el último mes porque estos “también quedaron eventualmente inmunizados”, según indicaron fuentes del MSP.

La ómicron no dio tregua en Uruguay y los casos nuevos superaron a los de la primera ola causada por la variante gamma. Sin embargo, las hospitalizaciones y las muertes aún no son comparables a las de comienzos de 2021, aunque también han aumentado. La duda de Fernanda, al igual que la de tantos otros, “es lógica”, según indicó la inmunóloga Lucía Vanrell.

“Yo creo que está bien aspirar a que todos tengan inmunidad de algún tipo, ya sea por la vacuna o por haber transitado la enfermedad, sobre todo para evitar los casos graves”, sostuvo Vanrell y agregó que “igualmente falta conocer cuál es la inmunidad natural que deja ómicron”. “De forma simplificada: en la era preómicron, la inmunidad que daba la infección natural era similar en calidad a la de dos dosis de vacuna ARN, pero no sabemos qué ocurrirá ahora”, dijo.

Por su parte, el inmunólogo Álvaro Díaz cree que “el objetivo ahora debe ser proteger a toda, o al menos a la gran mayoría de la población, del covid severo”. Según el experto, lo que hoy importa es la protección “a nivel de los individuos y no a nivel de la población” porque “el que está vacunado está protegido y el que no, no lo está”.

Díaz subrayó: “Proteger del covid severo es un objetivo claramente alcanzable, ya que por todo lo que sabemos, la protección de ese tipo es duradera en el tiempo y no se degrada por el hecho de que aparezcan nuevas variantes del virus. Logrado este objetivo, deberíamos dejar de contar casos y de preocuparnos por el covid más de lo que nos preocupamos por otras infecciones respiratorias".

Los expertos que asesoran al MSP hoy creen que será necesario alcanzar el 90% de población vacunada para lograr la famosa “inmunidad de rebaño”, un término que se dejó de escuchar en los últimos meses debido a la aparición de nuevas formas del covid-19 que pusieron en jaque las aspiraciones iniciales que tenían los científicos con la vacunación.

Hoy el 76% de la población cuenta con las dos dosis iniciales y un 52% ya se dio la tercera dosis de refuerzo contra el virus. En este sentido, según Vanrell, “contando a las personas que no tienen vacuna, pero sí transitaron la enfermedad”, es probable que se alcance ese 90%, pero, ¿qué significa lograr esa cifra en este contexto?

“El objetivo más ambicioso es detener el contagio a nivel poblacional, esa sería la inmunidad de rebaño, algo que pareció posible inicialmente cuando se vio que algunas de las vacunas tenían efectividades de más del 90% contra la infección. Sin embargo, luego la pandemia nos mostró que era una ilusión”, explicó Díaz.

Según indicaron desde la cartera de Salud, “no va a cambiar el rumbo del gobierno” y “no se va a exigir la obligatoriedad” de la vacunación en pos de lograr un porcentaje determinado. El MSP hoy cree que quienes aún no se han vacunado son un “núcleo irreductible” de personas y en muchos casos pueden tener una inmunidad natural a pesar de no haber recibido los pinchazos.

Díaz cree que el concepto de inmunidad de rebaño también quedó en el pasado porque “en la práctica” se vio que “los niveles de anticuerpos neutralizantes generados por las vacunas bajan rápidamente a lo largo de algunos meses” y “si bien no bajan a cero, bajan en una proporción importante, en muchos casos cayendo por debajo del umbral necesario para la protección contra infección”, algo que sucede “especialmente” con una variante como ómicron que es “sustancialmente diferente al virus original”.

Las empresas farmacéuticas Pfizer y BioNTech anunciaron la semana pasada el comienzo de una prueba clínica de una vacuna modificada contra el covid-19 que podría proteger contra la variante ómicron.

Según la inmunóloga Lucía Vanrell, las vacunas adaptadas a las variantes son la forma de “bajar el número de casos” que generan las olas del virus porque “si no, nos seguimos quedando atrasados frente a la infección”. Sin embargo, según el inmunólogo Álvaro Díaz, “el problema es que nada nos asegura al día de hoy que no aparezcan otras variantes, diferentes tanto al virus inicial como a la variante ómicron” y las vacunas actualizadas se vuelvan a desactualizar.

Según el informe de las empresas farmacéuticas, los voluntarios que participarán de las pruebas serán separados en tres grupos: personas con vacunación completa, personas que han recibido vacunación completa y refuerzo, y personas que no están vacunadas, lo cual determinará si reciben una, dos o tres dosis de la vacuna modificada.