Osteoporosis: una enfermedad que aparece en el adulto, pero que empieza en la infancia

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Endocrinóloga Gabriela Mintegui. Foto: Darwin Borrelli

CALIDAD DE VIDA

Después de los 50 años padece osteoporosis una de cada tres mujeres y uno de cada cinco hombres, por eso se la asocia más con el sexo femenino.

“Está demostrado que el bajo consumo de calcio, sea niño, adolescente o adulto, genera un aumento del riesgo osteoporótico”, advirtió la especialista en endocrinología y metabolismo, Gabriela Mintegui, al respecto de una “enfermedad silenciosa”. Esto se debe a que la osteoporosis no presenta síntomas y recién se la puede sospechar cuando la persona se fractura.

No cualquier fractura, sino las conocidas en medicina como fracturas por fragilidad. Desde su altura o desde una silla y ante un traumatismo mínimo, el hueso del paciente se quiebra. “Son aquellas fracturas que se causan por un impacto menor que no generarían rotura en los huesos sanos”, dijo la profesional en Calidad de Vida en El País.

La osteoporosis, como enfermedad metabólica que se caracteriza por la alteración de la composición del hueso y que dispone a un “hueso frágil”, presenta tres fracturas típicas: cadera, columna vertebral y antebrazo. “Las llamamos fracturas mayores porque son las que dan más mortalidad”, señaló Mintegui. De estas, la que corresponde a la cadera es la más compleja: “Está demostrado que la muerte, después de la primera factura de cadera, llega al 30% de los pacientes durante el primer año posfractura”, apuntó (ver recuadro).

Las fracturas vertebrales, por su parte, son las que más se relacionan con el aspecto “silencioso” de la enfermedad. “Las personas no las percibe; solo tienen un dolorcito en la espalda”, contó. No obstante, pueden producir una de las manifestaciones más claras de la osteoporosis: la pérdida de altura.
“Si la persona perdió cuatro o más centímetros no es normal”, afirmó.

Así como las estadísticas relativas a problemas de cadera son alarmantes, las de las vértebras no se quedan atrás: una fractura vertebral en un paciente que tenga osteoporosis aumenta 25 veces el riesgo de una nueva fractura en su columna. Para más datos: “El paciente que tiene una fractura vertebral tiene un riesgo tres veces mayor en el corto plazo de tener una nueva fractura vertebral y cinco veces mayor riesgo de tener fractura de cadera al año de haberse fracturado la vértebra”.

¿Por qué es tan importante el calcio?

El consumo de calcio es fundamental para evitar la osteoporosis y lo ideal es que llegue a través de los alimentos. La necesidad varía según la edad pero, en promedio, se necesitan de 1.000 a 1.200 gramos de calcio por día. El cuerpo lo usa para hacer funcionar muchas cosas (corazón, sistema nervioso, músculos, coagulación) y si no se lo aporta con la dieta, lo va a sacar del hueso, aunque lo sacrifique.

Los alimentos que más calcio tienen y son más biodisponibles son los lácteos. También se necesita vitamina D, no tan presente en los alimentos (está en el pescado). En general, la produce la piel por el contacto con la luz solar. Todo esto forma parte de los buenos hábitos que, si bien deben comenzar en la infancia, hay que mantener en la edad adulta.

Atención

Después de los 50 años padece osteoporosis una de cada tres mujeres y uno de cada cinco hombres, por eso se la asocia más con el sexo femenino. No obstante, hay factores de riesgo compartidos: uso de glucocorticoides, de inhibidores de la bomba de protones (un ejemplo típico es el omeprazol) y algunos fármacos para el cáncer de mama; el tabaquismo (más de cinco cigarros diarios); y el consumo de alcohol (más de dos vasos de vino diarios para las mujeres y tres para los hombres).

Los anteriores afectan a los adultos, pero hay uno que interviene desde la infancia: el bajo consumo de calcio.

Así lo explicó Mintegui: “Es muy frecuente que los adolescentes sustituyan los lácteos por bebidas cola, energizantes y jugos. En toda América Latina, el consumo de calcio diario ronda los 300-400 miligramos, pero el esqueleto de un adolescente necesita 1.200 miligramos por día”.

Algunas enfermedades también actúan como factores de riesgo. Es el caso de la enfermedad celíaca, pulmonar crónica, diabetes tipo 1 y 2, melanoma, linfoma, síndrome de Cushing, hiperparatiroidismo e hipogonadismo, entre otras.

La principal diferencia entre la mujer y el hombre es un aspecto hormonal. Esto se debe a que la mujer, alrededor de los 50 años, sufre un descenso brusco de estrógenos, los que protegen al hueso. En cambio, la caída de la hormona sexual masculina, la testosterona, no ocurre de la misma forma ni en la misma edad. Esto comienza a partir de los 60 años y su pérdida es “muy leve y progresiva”, por lo que no afecta tanto a la estructura ósea.
“Está demostrado que según cómo pierda hueso en los primeros dos años (después de los 50) va a predecir si esa mujer va a tener o no osteoporosis”, apuntó la doctora.

En cualquier caso, Mintegui aconsejó que todas las mujeres de 65 años o más y los hombres mayores de 70 años deben realizarse una densitometría ósea. Este análisis debe ser indicado después de los 40 años a cualquier persona que tenga uno o más factores de riesgo.

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