"EFECTOS SECUNDARIOS" DEL COVID-19
Se calcula que 200 casos no fueron detectados a tiempo. Cada año mueren alrededor de 100 uruguayos por tuberculosis, pero en este 2021 se espera que la cifra sea mayor.
Quizás uno de los aspectos más peligrosos que trajo la pandemia de COVID-19, dentro del mundo de la salud, es la desatención a otras enfermedades. Un claro ejemplo es la tuberculosis, una patología silenciosa difícil de diagnosticar.
La detección de la tuberculosis “viene muy mal”, dijo a El País la directora ejecutiva de la Comisión Honoraria para la Lucha Antituberculosa, Alicia Montano. “Estamos por debajo de lo que deberíamos y eso no es porque haya menos casos, existen pero no se están encontrando”, explicó.
La Organización Mundial de la Salud calcula, a partir de índices poblacionales y antecedentes sanitarios, cuántos casos por 100 mil habitantes deberían haber en cada país. En 2020 Uruguay tenía en el indicador un total de 30 casos por 100 mil habitantes, pero se diagnosticaron solo 26. De ahí la preocupación de las autoridades.
“Esa diferencia significa aproximadamente unos 200 casos y es necesario que se haga el diagnóstico correspondiente”, subrayó a El País la presidenta de la Comisión para la Lucha Antituberculosa, Catalina Pírez.
Una persona con tuberculosis tose y tiene fiebre. Esto, según los expertos, es el primer problema para el diagnóstico, porque se asemeja a cualquier gripe o cuadro viral. “Seguramente a la persona se le diagnostique otra cosa y por eso dependemos de la voluntad de algún médico lúcido que se le ocurra fijarse si no es tuberculoso y muchas veces pasa que los médicos son jóvenes y se olvidan de esta enfermedad”, dijo Montano.
De todos modos, si un paciente tiene tos durante más de 15 días “es obligatorio” mandar a hacer una baciloscopía, es decir el primer examen que sirve para detectar la tuberculosis, según explicaron desde la Lucha Antituberculosa.
Se estima que aproximadamente el 30% de la población de contexto crítico tiene la patología. Se trata de una enfermedad con múltiples facetas, cuya evolución depende directamente de cuándo se encuentra y cómo se realiza el tratamiento.
Además, la contagiosidad de la tuberculosis es la principal razón por la cual es necesario hacer el diagnóstico de forma temprana, dado que la persona que tiene la patología puede no saber que está infectada.
Según el último informe de la Comisión para la Lucha Antituberculosa, la edad con mayor incidencia de la enfermedad bajó y hoy afecta principalmente a personas entre 15 y 54 años.
Cada año mueren alrededor de 100 uruguayos por tuberculosis, pero en este 2021 se espera que la cifra sea mayor. “Para ser una enfermedad infecciosa que tiene tratamiento es demasiado. Es curable”, concluyó.
Retraso en dosis de sarampión
Otro efecto indirecto de la pandemia se observa en la vacunación. En el 2020 se produjo un “retraso importante” en la segunda dosis de sarampión, según la presidenta de la Comisión Antituberculosa, Catalina Pírez. Se estima que el 95% de niños se vacunaron con la primera dosis y el 91% recibió la segunda.