Para controlar la pandemia del COVID-19 hay que llegar a un 5% de positividad

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Personal de salud realiza un test para detectar COVID-19. Foto: AFP
On this picture taken on November 16, 2020 in Prague, Czech Republic the shadow of a medical worker wearing protective equipment and taking a sample from a social worker is projected on the wall of a nursing house. - The Czech Republic confirmed 1,887 COVID-19 cases on Sunday, which is the lowest daily rise since October 5, according to the latest data that the Health Ministry released on its website today. (Photo by Michal Cizek / AFP)
MICHAL CIZEK/AFP

BAJAN LOS CASOS DEL NUEVO CORONAVIRUS

A partir de la baja en los ingresos a CTI, las muertes y los contagios diarios de COVID-19, surgen las preguntas sobre el escenario de control de la situación sanitaria.

Los números están bajando. Bajan los ingresos a CTI, bajan los fallecidos por día e incluso bajan los contagios diarios, a pesar de que aumenta la movilidad. Hace algunas semanas que todos los indicadores mantienen la misma tendencia. Ahora, ¿hasta cuándo es esperable que esto siga sucediendo? ¿Hay una cifra específica que indique el fin de la pandemia? O, siendo más realistas: ¿hay un número que devele el control de la situación sanitaria? La respuesta es que sí.

La presidenta de la Comisión Honoraria para la Lucha Antituberculosa (encargada de la operativa de la vacunación contra el COVID-19), Catalina Pírez, dijo que cuando la cantidad de test positivos por día se coloque por debajo del 5%, “volveríamos a estar como el año pasado”, es decir con un nivel sanitario “bueno” y “una situación bajo control”. Algo similar explicó en noviembre del año pasado el coordinador del GACH, Rafael Radi, a El País cuando sostuvo que si el “porcentaje de positivos supera la barrera del 4% o 5%”, esto “indica que algunos casos se están escapando”.

Los menores habilitados recibirán la vacuna de Pfizer. Foto: Estefanía Leal
Enfermera prepara una dosis de la vacuna de Pfizer. Foto: Estefanía Leal

Consultado al respecto, el ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, dijo a El País que prefiere no emitir ningún pronóstico, a pesar de que ha repetido en algunas ocasiones que espera lograr un control de la pandemia para la primavera. “Usando un neologismo que adopté, es ‘aspiracional’ (la meta de la primavera), pero lo que dice la doctora (Pírez) es bien concreto y muy coherente”, puntualizó.

Las tendencias a la baja pueden ser peligrosas, según la mayoría de los expertos. Hoy, ver que la cantidad de pacientes internados en CTI no llega a los 400 cuando hasta hace pocas semanas eran casi 600, parece decir que hubo una avance. Algo similar sucede con los casos diarios: pasar de haber tenido varios días con más de 4.500 personas infectadas a ver que en los últimos días no hubo más de 2.000 da una sensación de seguridad que no es acertada.

“Tengo la sensación de que nos hemos puesto menos exigentes porque como eran tan altos los números, ahora nos conformamos con cifras que en realidad son altísimas y muy preocupantes, pero parecen nada al lado de lo que teníamos”, sostuvo por su parte la infectóloga Susana Cabrera.

La clave para controlar la situación, según Cabrera y Pírez, está en poder mantener el hilo epidemiológico o la capacidad de rastreo a todos los casos positivos. La infectóloga advirtió que cuando se pasaron los 200 casos diarios, aproximadamente, se comenzó a perder el control de la epidemia. Además, ahora con la implementación del test rápido de antígenos hay muchas personas que se hacen dos test en el mismo día. Con esto, se da un “política de testeo abierto”, algo que es “muy bueno pero también da una positividad menor porque aumenta el denominador del total de test. “Capaz podría ser el doble si se mira únicamente a los que se hisoparon por ser casos sospechosos y contactos, pero ahora eso es difícil de establecer por la cantidad” de test que se hacen, dijo Cabrera.

El epidemiólogo y exintegrante del GACH, Juan Gil, señaló al respecto que “no hay números absolutos” para determinar un control sobre la epidemia en el país. “Lo que pasó más o menos es similar a lo que ocurre cuando te tirás de una bajada con el freno de mano del auto puesto, siempre por alguna razón hubo cierto freno y no creció en su forma natural gracias a algunas medidas que se implementaron. Y no fue suficiente desde el punto de vista de que se perdió el hilo. Cuando pasó eso (la pandemia) empezó a crecer de forma exponencial y ahora lo que vemos es el efecto de la vacunación. Hoy estamos con un freno de mano quizá un poco mejor puesto, pero evidentemente como las vacunas tienen un efecto menor sobre la reducción de los contagios, es ahí donde tenemos que focalizarnos”, explicó Gil.

El ingreso de la variante Delta sería “la espada de Damocles”
Test coronavirus. Foto: Pixabay.

A pesar de que los principales indicadores de la situación sanitaria están descendiendo, el gobierno por estas horas está especialmente preocupado por el “inminente” ingreso de la variante Delta al país, la que ya se encuentra en Brasil. “Va a ser la espada de Damocles, porque cuando parece que se estabiliza la cosa, una nueva variante como esta con diferencias en el grado de transmisibilidad altera la ecuación”, dijo el epidemiólogo Juan Gil. En este sentido, añadió que la gran preocupación por la llegada de la variante india se da partir de que, por un lado, se sabe que tiene un grado de transmisibilidad más alto que la P1 y, por el otro, “hay incertidumbre acerca de si las vacunas que tenemos van a lograr frenarla”. Sin embargo, el epidemiólogo sostuvo que justamente con la variante de Manaos las vacunas de Uruguay tuvieron una buena respuesta, lo cual es un buen indicio.

En Estados Unidos, el CDC (Centro de Control de las Enfermedades) ya informó que cerca del 20% de los casos vienen siendo con la variante Delta y que los contagios se duplicaron en tan solo dos semanas. Además, en Israel también se está empezando a observar con detenimiento el comportamiento de la cepa. De todas maneras, Gil dijo que en comparación con el momento en el que ingresó la variante P1, hoy Uruguay está en “una mejor situación” porque cerca del 30% de la población completó el proceso de inmunización.

La vacunación en Uruguay

El ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, dijo ayer en rueda de prensa que se han agendado para recibir la vacuna contra el COVID-19 el 65% de los jóvenes entre 12 y 18 años. “Chicos, todos quieren salir, hace un año y medio que estamos llevando adelante esta circunstancia, nos hemos inhibido de muchos contactos, de muchas reuniones, de muchos cumpleaños de 15, esta vacuna de Pfizer, que no solo protege de formas graves de enfermedad, tiene una alta efectividad para evitar contagios”, dijo Salinas, instando a los restantes jóvenes a agendarse. Además, el ministro destacó que se está asignando fecha y hora a esta población con “rapidez”.

En tanto, según los datos de la aplicación Coronavirus UY, el 30,3% de los uruguayos ya completó el proceso de inmunización tras haber transitado los 15 días posteriores a la segunda dosis; el 40% del total ya tiene ambas dosis y un 61% recibió la primera. Hasta el momento se administraron más de 2.700.000 vacunas de Coronavac, 869.327 dosis de Pfizer y 43.111 de AstraZeneca.

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