Se duplicó el porcentaje de recién nacidos con sífilis en el Centro Hospitalario Pereira Rossell en 2023, respecto al primer año de la pandemia, según una investigación que llevó adelante la Unidad Académica de Neonatología del centro de salud en donde nacen uno de cada seis uruguayos.
Los casos de sífilis congénita en el centro de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) eran 11,9 casos cada mil nacidos vivos en 2020, descendieron en 2021 a 10,4 casos, saltaron a 11,5 en 2022 y treparon a 23,1 el año pasado, de acuerdo a la presentación “El problema de la sífilis congénita en el período 2020 – 2023”, de la unidad académica de la Facultad de Medicina (Universidad de la República), que fue anunciada en el VIII Congreso Uruguayo de Neonatología, que se desarrolló entre el 28 y 30 de agosto.
En otras palabras, el porcentaje de recién nacidos tratados por sífilis sobre el total de nacidos vivos en el Pereira Rossell fue de 1,19% en 2020, 1,04% en 2021, 1,57% en 2022 y 2,31% el año pasado.
Otra lectura, en números absolutos, del mismo problema —que viene siendo advertido en los últimos años por los expertos—, es que mientras en 2020 hubo 70 casos de sífilis en recién nacidos del Pereira Rossell, en 2021 bajaron a 60, subieron a 82 en 2022 y llegaron a 116 el año pasado.
A su vez, solo en el primer semestre de 2024 se registraron 71 casos —más que en todo 2020— y la proyección es que se cierre el año con unos 140, según indicaron a El País fuentes del hospital.
“La sífilis congénita muestra una aceleración del número de casos en el periodo post pandemia, con alta carga hospitalaria, morbilidades a largo plazo y muertes prevenibles. Al igual que en el resto del mundo, refleja una falla mejorable en el sistema de atención a la mujer embarazada”, concluyó la presentación de la unidad académica a cargo de Mario Moraes, que analizó historias clínicas entre 2020 y 2023.
La sífilis es una infección de transmisión sexual (ITS) causada por la bacteria Treponema pallidum. La enfermedad, detectada por primera vez en el siglo XV, se transmite por contacto con úlceras infecciosas en los genitales, el ano, el recto, los labios o la boca mediante relaciones sexuales sin protección con una persona con la enfermedad.
Por ello, se insiste desde hace décadas con el uso correcto del preservativo para esta y otras ITS. Los síntomas de la sífilis suelen comenzar 21 días después de la infección, aunque pueden aparecer en un plazo de entre nueve y 90 días. Los cuadros pueden ser asintomáticos o presentar síntomas graves.
La Guía de Diagnóstico, Tratamiento, Prevención y Vigilancia de las ITS, del Ministerio de Salud Pública (MSP), de 2018, resaltó que la sífilis es de “diagnóstico sencillo, curable y que tiene un tratamiento antibiótico accesible y de bajo costo”, esto en referencia a que el combate a la enfermedad se realiza con penicilina, un antibiótico disponible en varios hospitales.
La madre infectada puede transmitir la enfermedad a su hijo a través de la placenta, lo que se conoce como sífilis congénita, la cual puede “provocar aborto espontáneo, muerte fetal o poco después del nacimiento, prematuridad, bajo peso al nacer o infección que derive en discapacidades graves en los niños”, marcó el MSP en un comunicado de abril pasado.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS) ha subrayado que la sífilis congénita “suele ser devastadora para el feto en los casos en los que la infección materna no se detecta y trata de manera suficientemente temprana en el embarazo”.
El test diagnóstico de la enfermedad forma parte de los controles recomendados en el embarazo. La detección precoz permite iniciar un tratamiento, que suele ser de tres dosis de penicilina benzatínica para la embarazada —una por semana—; esta a su vez previene la transmisión al feto. También se recomienda aplicar, en general una dosis, a la pareja de la mujer para evitar una reinfección.
La Guía Clínica para la Eliminación de la Sífilis Congénita y Transmisión Vertical de VIH del año 2015 pone foco en la “captación precoz” de la embarazada, los diagnósticos para confirmar la enfermedad y la “captación eficiente de la pareja sexual” para evitar las reinfecciones, entre otros puntos.
La investigación del Pereira Rossell detectó que en los 328 casos de recién nacidos con sífilis entre 2020 y 2023, 11,5% (38) requirió internación en cuidados intermedios o CTI. Dos bebés fallecieron en 2020 con diagnóstico de sepsis luética.
Además, el relevamiento detectó que solo el 50% (164) de las madres de los recién nacidos con sífilis tuvo un tratamiento correcto. Mientras que la reinfección materna en el embarazo alcanzó al 58% de las embarazadas (93 de 164).
Casi el 80% de los casos (259 de 328) curso el Estadio II, una categoría de riesgo que supone que el recién nacido si bien no presentó síntomas —como es usual— se detectó en un diagnóstico (VDRL) previo al parto que la madre no tuvo tratamiento correcto contra la enfermedad o tuvo una reinfección. Para estos casos, se suele aplicar al bebé penicilina intravenosa por 10 o 14 días.
Juan Pablo Gesuele, profesor adjunto de la Unidad Académica de Neonatología, dijo consultado por El País que los casos de sífilis y sífilis congénita son sobre todo un "problema del sector público". Se concentran en madres que "controlan mal" su embarazo. A su vez, sus parejas sexuales "deciden no tratarse, y por ende las reinfectan".
"Es un perfil particular. Son mujeres que controlan mal su embarazo, que transmiten la sífilis al bebé. Y también son aquellas que se controlaron y tuvieron un buen tratamiento, pero se reinfectaron", explicó uno de los autores del relevamiento al que accedió El País. El aumento visto en recién nacidos, agregó, es un indicador para los médicos de que hay más casos de sífilis en adultos.
“Estamos preocupadísimos porque es un problema de salud pública”, reconoció el neonatólogo Gesule. "Si pudierámos controlar los embarazos y llegar al tratamiento de las parejas, no debería haber sífilis congénita. Es imperdonable, porque es con penicilina que se cura a la madre y al feto", remarcó.
Subregistro
Las cátedras de Neonatología y Ginecotología advirtieron en 2022 al MSP por un “aumento significativo y crítico de la sífilis” en el sector público de salud, tal como informó El Observador en su momento. Los casos oficiales de esta enfermedad en todo el país llegaron a 3.715 en 2020, subieron a 4.684 en 2021, treparon a 6.293 en 2022 y bajaron a 5.402 el año pasado. La última cifra surge de una respuesta del MSP a un pedido de acceso a la información.
No obstante, fuentes del Pereira Rossell y otros expertos advirtieron por un subregistro de las cifras nacionales. A fines de julio, la Dirección General de Salud (Digesa) del MSP abrió una mesa de trabajo con unidades académicas de la Facultad de Medicina para analizar los datos y lograr un registro más robusto, según supo El País.
El ministerio informó, acotaron fuentes que participaron del encuentro, que el número de notificaciones de sífilis congénita en Montevideo fue de 26 casos en 2023. Mientras que solo el Pereira Rossell, sin incluir a otros centros de salud capitalinos, hubo 116 el año pasado. La misma distancia se registró en 2022: 23 casos relevó el MSP, cuando solo el mismo centro público registró 82.
"Sin dudas que hay un problema de notificación. Los médicos tenemos que ser responsables como tratantes pero también los inspectores que no están notificando lo que está pasando", señaló a El País un médico vinculado con el área, que prefirió no ser identificado.
La sífilis y la sífilis congénita son eventos de notificación obligatoria dentro del plazo de una semana desde que se toma conocimiento de la enfermedad, tal como dispuso desde hace años el MSP.
El 14 de agosto, el MSP resolvió la creación de un Grupo de Trabajo interdisciplinario de Sífilis, tras considerar "necesario fortalecer la vigilancia de esta enfermedad", en línea con un objetivo específico de la cartera, y tras el "aumento sostenido de casos" en la región.
Incidencia
La enfermedad es “un importante problema de salud pública”, resaltó la investigación de la unidad académica del Pereira Rossell, donde se remarcó que “la incidencia de la sífilis y de la sífilis congénita está en aumento en el mundo y también en el Uruguay”. En las Américas, los casos de sífilis en adultos aumentaron 30% entre 2020 y 2022.
“El aumento de las infecciones por sífilis puede atribuirse a varios factores, como la insuficiente concienciación sobre la enfermedad, las disparidades en el acceso a los servicios de salud y en el diagnóstico y tratamiento, y el persistente estigma en torno a las enfermedades de transmisión sexual, que puede disuadir a las personas de buscar asistencia médica”, indicó OPS.