Redacción El País
En el gobierno, específicamente en los ministerios de Desarrollo Social y Salud Pública, hay conformidad con los resultados que arrojó la nueva Encuesta de Nutrición, Desarrollo Infantil y Salud (Endis), y que permiten comparar con las ediciones de 2013 y 2018 -las dos anteriores de este informe-, con mejoras en varios de los indicadores analizados.
“Esta nueva cohorte, realizada en el contexto posterior a la pandemia de Covid-19, ofrece una oportunidad única para analizar el impacto que dicha crisis sanitaria tuvo sobre el bienestar y desarrollo infantil en el país”, advierte además, en el prólogo del estudio al que accedió El País -que será presentado al mediodía de este martes en conferencia de prensa-, la directoria nacional de Desarrollo Social, Cecilia Sena.
Entre los puntos positivos en el gobierno celebran la evolución de la seguridad alimentaria infantil pese al aumento en su forma moderada, y la disminución de la inseguridad alimentaria severa; la asistencia a centros educativos y de cuidados, y el incremento de la asistencia en instituciones públicas; y la baja de los “métodos disciplinarios violentos”.
Para el primer caso, según detalla el informe, se siguió la Escala Latinoamericana y Caribeña de Seguridad Alimentaria, que relevó la información a través de preguntas a la cohorte de 2023 relacionadas a qué acceso tienen las familias analizadas a “alimentos suficientes y adecuados en términos de calidad y cantidad”, en el entendido de que “la inseguridad alimentaria en la primera infancia tiene efectos profundos y duraderos en el crecimiento y desarrollo de los niños”, como por ejemplo “desnutrición, deficiencias de micronutrientes y retrasos en el desarrollo motor y cognitivo”.
El estudio mostró que la cantidad de hogares con menores de cinco años que presentan seguridad alimentaria se situó en 58,6%; que la considerada inseguridad alimentaria leve -“cuando la familia tiene preocupaciones sobre su acceso a alimentos”- se observó en el 25,4% de los hogares, que la inseguridad moderada se presentó en el 12,4% de los casos y que la severa -“cuando hay una reducción en la ingesta alimentaria o hambre dentro del hogar”- en el 3,6%.
Ahora bien, para comparar con las cohortes de 2013 y 2018, el estudio tomó en cuenta la inseguridad alimentaria en los niños de entre 12 y 47 meses, puesto que de esa manera es posible hacer comparaciones con los datos de 2013 “contemplando el diseño muestral” usado ese año.
Y aquí hay aspectos positivos y otros no necesariamente.
“El análisis de la seguridad alimentaria muestra que, en la cohorte 2023, el 56,1% de los niños y niñas de entre 12 y 47 meses viven en hogares con seguridad alimentaria, una cifra ligeramente inferior al 56,8% registrado en 2013, pero superior al 54,9% en 2018”, señala el estudio.
Sin embargo, el informe advierte al mismo tiempo que la inseguridad moderada creció del 9,5% que había en 2013 al 13,1% de 2023, mientras que la inseguridad severa (4,2% en 2023), por su parte, pese a que disminuyó respecto a 2018 (5,4%), se mantiene en valores similares a 2013 (4,6%)
Cobertura
Pero para el Mides y Salud Pública es relevante también la mejora en 13 puntos porcentuales de los niños que tienen entre uno y tres años que asisten al menos 20 horas semanales a centros: pasaron del 42,5% que se había constatado en la cohorte de 2018, al 55,8% de la cohorte del año pasado. Y también se destaca la mejora en la cobertura de asistencia a centros educativos públicos: esto pasó de 52,2% en 2018 a 67,3% en 2023.
“La Endis echa por tierra el relato infundado del retiro del Estado”, dijo Sciarra en diálogo con El País. “Estamos hablando de cinco años de los cuales dos fueron de pandemia -agregó el ministro-. Y a pesar de las dificultades que eso trajo y que todos conocemos, la velocidad y efectividad de la políticas sociales permitieron un despliegue y una llegada notoriamente más eficiente y mayor que en los cinco años anteriores. Son datos”.
Sciarra añadió que esto es, a su entender, “la prueba de un gobierno escuchando, conociendo y tomando acción en consecuencia” y que “trae consigo, que a pesar de haber padecido una pandemia que tuvo en vilo al mundo”, en referencia a la emergencia sanitaria por el coronavirus decretada en marzo de 2020, “en Uruguay pudo evitarse un deterioro en la seguridad alimentaria en el quinquenio para la primera infancia”.
El 41,6% de los niños tiene exceso de peso y el 14,1% sufre obesidad
El informe también relevó la problemática asociada a la alimentación que representa el exceso de peso en una proporción relevante de niños.
Así, el estudio determinó que para 2023 el 41,6% de los niños “presenta un índice de masa corporal superior al esperado para su edad, y un 14,1% presenta sobrepeso y obesidad”.
En detalle, la obesidad es un problema que afecta al 13% de los niños menores de 20 años, y al 14,9% de los niños que tienen entre dos y cuatro años. Y que el fenómeno también presenta variaciones según qué variable se tome. Por ejemplo, las cifras son distintas “según el nivel de ingresos, con mayores tasas de retraso de crecimiento y obesidad en los hogares más pobres”. O de acuerdo al lugar donde residen: porque “los niños de Montevideo presentan mayores tasas de sobrepeso” que los del interior.
“Entre los niños y niñas de 12 a 47 meses -se agrega-, el sobrepeso y la obesidad han aumentado del 13,1% en 2013 al 16,2% en 2023”.
También se consignaron “los problemas por déficit nutricional, como el retraso de crecimiento, (que) afectan al 8,1% de los menores de cinco años”.