Tras la pandemia, las tasas de trasplantes de órganos y tejidos repuntaron en 2022, salvo en el caso de los trasplantes cardíacos. Según datos del Instituto Nacional de Donación y Trasplante de Células, Tejidos y Órganos (INDT) a los que accedió El País, también hubo una recuperación en la tasa de donantes efectivos.

Milka Bengochea, directora del INDT, dijo a El País que en 2022 “hubo una recuperación” similar a lo que se daba en años anteriores a 2019, excepto en trasplantes cardíacos. La mayoría de las tasas habían tenido una caída durante la pandemia del coronavirus, en especial en 2021.

Para Bengochea, esa baja en 2021 se explica por la disminución de la actividad y el alto porcentaje de ocupación de camas de CTI debido a la pandemia de covid-19. El 2 de junio de 2021 la Sociedad Uruguaya de Medicina Intensiva (SUMI) reportó un 80% de la ocupación de las camas de CTI, de las cuales un 56% eran por coronavirus.

“En el mundo el impacto en trasplantes fue mayor durante el primer año de pandemia, en 2020. En Uruguay, si bien al principio por el miedo a no saber cómo iba a ser el coronavirus bajó la actividad, no terminamos el año con una baja muy importante. En el primer semestre del 2021, SUMI mostraba que la ocupación de las camas de CTI estaba altísima, el sistema estaba comprometido. Ahí bajó la actividad y se dio un impacto grande en los trasplantes”, expresó la doctora.

En 2022, 656 pacientes recibieron un trasplante en Uruguay: 186 se beneficiaron de al menos un trasplante de órganos y 470 recibieron un injerto de tejidos.

La tasa de trasplantes de riñón fue una de las que más aumentó tras la pandemia. Mientras que en 2019 hubo 155 pacientes renales trasplantados, el número cayó en 2020 a 119 y volvió a hacerlo en 2021 con un total de 91 pacientes trasplantados.

En 2022 fueron 149 los pacientes con trasplante de riñón, acercándose a la cifra prepandemia. Así, la tasa de pacientes con trasplantes renales pasó de 27,5 en 2021 a 45,4 en 2022.

En el caso de los trasplantes de hígado, en 2020, pese a la pandemia, se realizaron más que en 2019. Sin embargo, el número total de pacientes cayó de 27 a 19 en 2021 y repuntó en 2022, cuando 23 recibieron al menos un trasplante hepático.

Los trasplantes cardíacos no son tan frecuentes como los de riñón o los de hígado: en 2022 se realizaron ocho. A pesar de que la cifra superó la de 2021, cuando se hicieron siete, se está lejos de la cantidad previo a la pandemia: en 2019, 13 personas recibieron un trasplante de corazón.

Bengochea señaló que en 2022 no hubo tantos trasplantes cardíacos como hubiera deseado, pese a que la lista de personas en espera por un trasplante de corazón aumentó.

Los trasplantes de pulmón tampoco abundan en Uruguay: en 2022 cinco pacientes pasaron por el procedimiento y la cifra igualó el número de 2019, previo a la crisis sanitaria.

En Uruguay la mayoría de los trasplantes se dan a partir de donantes fallecidos. De hecho, no se promueve la donación de donantes vivos porque el sistema funciona bien, dice la especialista. “Es sinónimo de buen sistema de donación de órganos y tejidos cuando se hace a expensas de donantes fallecidos”, explicó Bengochea. La doctora señaló, además, que desde hace años Uruguay es el país con las mejores tasas de América Latina a partir de donantes fallecidos.

Según datos proporcionados por el instituto, de un donante fallecido pueden salir hasta ocho receptores de órganos y 75 receptores de tejidos, de los que pueden hacerse injertos de piel, de córnea y de hueso, entre otros.

Mientras que el riñón es el órgano más prevalente entre los trasplantes de órganos, la córnea es la más frecuente entre los de tejido. Según explicó Bengochea, esto se explica por la prevalencia a sufrir lesiones en la córnea y puede verse asociado a la población añosa del Uruguay.

En 2022 la tasa de pacientes que recibieron injerto de córneas igualó la de 2019, que también había sufrido una baja durante la crisis del coronavirus. Así, en el año que acaba de cerrar, 195 pacientes recibieron un injerto de este tipo.

Vale aclarar que los números de los gráficos adjuntos a esta nota no siempre coinciden con los números de pacientes trasplantados, ya que para el raconto mensual el INDT tiene en cuenta solo los trasplantes de órganos de donantes fallecidos. A su vez, a un paciente se le puede realizar más de un trasplante.

¿Quiénes donan órganos y tejidos? En Uruguay toda persona mayor de edad es donante salvo que exprese lo contrario, según la Ley 18.968 que fue aprobada en setiembre de 2012 y comenzó a regir al año siguiente.

En el año que acaba de cerrar, 60 personas expresaron la oposición a ser donantes. Desde que se promulgó la nueva ley, el número de quienes han expresado esto ha disminuido considerablemente. Mientras que en 2013 fueron 2.615 las personas que pidieron no ser donantes, al año siguiente el número bajó a 975. En los años posteriores esa baja siguió reflejándose y desde 2019 en adelante fueron menos de 100 personas al año las que pidieron ser excluidas.

La ley también marcó un mojón en las expresiones a favor de ser donante. Si bien ya no es necesario manifestarlo, hay quienes aún prefieren hacerlo. Así, en 2021, 15 personas manifestaron su voluntad de querer ser donantes.

El 2022 fue también un año de repunte en la tasa de donantes efectivos -aquella persona que muere y al menos uno de sus órganos o tejidos es utilizado-, con 133. Mientras que en 2019 la tasa de donantes por cantidad de habitantes era de 42,7, en 2021 bajó a 33 y en 2022 volvió a alcanzar un nivel cercano a la prepandemia, con una tasa de 40,5.