Usos, tratamientos y riesgos de drogas psicodélicas, mencionadas como "el próximo paso" de regulación en Uruguay

La ciencia estudia usos terapéuticos, pero también hay quienes las buscan con fines recreativos o religiosos. Investigadores uruguayos dicen que no sería conveniente reproducir el modelo del cannabis.

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Psilocibina es el principal componente de los hongos mágicos y una de las sustancias que investiga el Grupo Arché.
Hongos de donde se extrae la psilocibina.
Foto: Canva

El encargado de la Secretaría Nacional de Drogas, Daniel Radío, abrió la semana pasada un nuevo frente de batalla al asegurar que "el cannabis no es la puerta de entrada a ninguna otra droga", argumentando al respecto, lo que le valió la crítica de los detractores de la legalización. No obstante, no fue lo único que esbozó el jerarca, ya que adelantó que "el próximo paso" en la regulación de las sustancias psicoactivas en Uruguay es trabajar con las psicodélicas "como la psilocibina".

"Se obtiene a partir de unos hongos", describió, y luego agregó que "se está usando para el tratamiento de la depresión y de algunas adicciones con bastante buenos resultados" en diversos estudios internacionales. En dichas declaraciones, en entrevista con el programa Arriba Gente (Canal 10), sumó que este tema "deberíamos tomarlo como una empresa nacional, meternos a trabajar con esto".

¿Qué son las drogas psicodélicas y para qué sirven? Los estudios

Algunas de estas drogas son el LSD, MDMA (éxtasis), la psilocibina y la ayahuasca. Tienen diversos orígenes y usos, como los espirituales, religiosos, terapéuticos y recreativos. Los militantes de la regulación aseguran que a raíz del prohibicionismo algunas de estas sustancias quedaron en manos del narcotráfico, lo que aumentó el riesgo de adulteraciones. No ha faltado la polémica cuando, por ejemplo en 2016, se anunciaron puestos de análisis de adulteración de drogas en fiestas, con el fin de disminuir los riesgos, luego de muertes registradas en otros países de la región.

Estas drogas han comenzado a investigarse hace décadas, pero expertos en la materia sitúan un freno en los estudios a partir de 1970 cuando, a iniciativa del entonces presidente de Estados Unidos Richard Nixon, se declaró la "guerra contra las drogas". Años más tarde las investigaciones se reanudaron y hoy hay análisis avanzados, de carácter médico o terapéutico, que podrían ser una luz de esperanza para personas que sufren depresión, estrés postraumático o adicciones a otras drogas.

Daniel Radío. Foto: Estefanía Leal
Daniel Radío, titular de la Secretaría Nacional de Drogas.
Estefania Leal/Archivo El Pais

Investigadores uruguayos piden "evitar hacer una ensalada"

En Uruguay hay un grupo de investigadores de la Universidad de la República, la Universidad CLAEH y el Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable, que se dedica hace varios años a investigar sobre sustancias psicodélicas. Se denomina Arche, y su postura sobre la eventual legalización de estas drogas es la cautela.

En una declaración enviada a El País, los investigadores celebraron "que exista una discusión para regular el uso de los psicodélicos, sobre los cuales tanta investigación científica está ocurriendo en los últimos años". Sin embargo, de todas formas, indicaron que "hay que tener en cuenta que es una discusión muy profunda y compleja, y no sería para nada conveniente reproducir el modelo del cannabis".

"Para los psicodélicos no se puede pensar en regular las sustancias, sino que lo más apropiado sería regular su utilización", indicaron los científicos, que agregaron que lo que está a estudio son los "usos médicos", aunque también los haya recreativos, espirituales y religiosos. Entonces, afirmaron que la regulación "debe ser pensada desde diferentes lados".

En cuanto a la investigación de tipo clínico, indicaron que muchos estudios médicos "muestran potenciales beneficios del uso de algunas de estas sustancias en contextos de psicoterapia", y que "es muy deseable que se sigan los procesos de investigación y regulación requeridos por nuestra medicina". Entre otras cosas, "para que los psiquiatras y psicólogos aprendan y puedan utilizar estas sustancias de forma segura", y no en la clandestinidad y sin garantías.

"Es importante entender profundamente la diferente utilización de estas sustancias para pensar marcos regulatorios específicos, y de esta manera evitar hacer una ensalada entre políticas de drogas", añadió Arche. "Una forma de no perderse en este tema es pensar en regular las sustancias psicodélicas, y no en la regulación de los psicodélicos con el foco puesto en las sustancias", concluyeron.

Actualmente hay estudios en fase 2 y fase 3 para psilocibina y MDMA en Estados Unidos y Europa. En Uruguay, lo que hay al respecto es un proyecto clínico para estudiar la seguridad y eficacia de la psilocibina en el tratamiento de la depresión en pacientes con cáncer, que ya cuenta con la aprobación de la Comisión Nacional de Ética. Esta sería la primera investigación clínica con un psicodélico en Uruguay.

Una vez que los estudios a nivel mundial y local avancen, el próximo paso será formar psicólogos y psiquiatras en tratamientos con estas sustancias.

La ibogaína y su posible incursión en Uruguay

Uno de los que ha incursionado en la materia es el empresario Marco Algorta, fundador de la Cámara de Empresas de Cannabis Medicinal, que hoy tiene en Brasil una firma de biotecnología y clínicas que trabaja en salud mental con una sustancia psicodélica: la ibogaína.

Todas las drogas mencionadas "tienen efectos muy distintos", aclaró Algorta en diálogo con El País, aunque agregó que "lo que sí tienen en común es su rango de seguridad", ya que, en estado puro, tienen "un rango de peligrosidad muy bajo".

La ibogaína, que es la que él utiliza en Brasil para tratamientos terapéuticos, "no está prohibida" en ese país. En Uruguay tampoco, y por este motivo envió un informe al Ministerio de Salud Pública, por el que espera tener una respuesta próximamente, para iniciar tratamientos en este país.

Tanto el LSD como el MDMA, la psilocibina y la ayahuasca sí forman parte de la lista de sustancias explícitamente prohibidas, por lo que de momento no se reconoce su uso médico, aunque mediante algunas investigaciones, expertos intentan esclarecer los beneficios y potenciales riesgos.

No obstante, algunos psicólogos y psiquiatras en Uruguay han incursionado en la materia y, en voz baja, hacen tratamientos con drogas psicodélicas. Uno de ellos comentó a El País que utiliza la psilocibina, proveniente de los hongos psilocibes, y señaló que "se consume directamente del hongo".

Terapia psicólogo
Terapia psicológica.
Foto: Freepik.

¿Cómo es una sesión con psilocibina?

El psicólogo contó que a "personas que tienen depresión, trastornos de ansiedad y del humor", la psilocibina "tiende a regularlos". Dijo que, por ejemplo, el tratamiento suele hacerse con "personas con cáncer terminal", que tienen "depresiones profundas" y que los antidepresivos no les han hecho efecto.

La sesión con psilocibina tiene una duración de entre cuatro y seis horas y requiere de "un encuadre específicos". "Para hacerlo bien", narró, es necesario que la persona cuente con "dos terapeutas profesionales cuidando, asistiendo", y el paciente debe tener un lugar para recostarse, generalmente con tapaojos y auriculares con música acorde a la situación. Entonces se entra en un ambiente "totalmente introspectivo" y "meditativo".

No obstante, no es que una vez finalizada esa instancia termina el tratamiento, sino que la idea es, en sesiones terapéuticas posteriores, con el psicólogo o el psiquiatra, hacer un "trabajo de recepción" de la vivencia.

De todas formas, "consumir esto en soledad es una manera totalmente irresponsable de hacerlo", porque "al no estar cuidada la persona puede tener unos efectos adversos muy importantes", como "un brote psicótico".

De hecho, este tipo de tratamientos no está recomendado para pacientes con predisposición a sufrir reacciones psicóticas o quienes tengan trastorno bipolar, y, por precaución, no debe recetárselo uno mismo.

Apoyo en casos de adicción

Atención 24 horas mediante una línea telefónica gratuita

La Junta Nacional de Drogas ofrece un servicio de información y contención en casos de uso problemático de drogas. Es una línea de la Red Nacional de Atención en Drogas (RENADRO), disponible las 24 horas de forma gratuita y atendida por un equipo psicólogos y licenciados en enfermería con formación específica en el tema.

La línea es *1020 y también se puede llamar desde un teléfono fijo al 23091020.

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