"Creo que van a aparecer casos importados en todo el mundo" de viruela símica o mpox, dijo a El País el virólogo Santiago Mirazo, en el marco del evento "Nueva emergencia global por viruela del mono: ¿qué cambió desde el 2022?", organizado este lunes por el Instituto de Higiene, de la Universidad de la República (Udelar).
Entre 2022 y 2023, se registraron en Uruguay 19 casos importados de viruela del mono. En ese entonces, la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió la declaración de emergencia internacional sanitaria por la aparición del virus en distintas partes del mundo. Días atrás, volvió a reiterarla por la expansión de un brote desde la República Democrática del Congo (RDC) con un clado o variante más agresiva. Ya se detectaron casos en países africanos y, al menos, en Suecia y Pakistán.
Mirazo indicó que "es muy difícil saber" si esta vez podrían registrarse en Uruguay más casos que los que hubo en los últimos dos años. "Es posible que si llega a Europa y Norteamérica, algún caso vamos a tener. Es inevitable", afirmó haciendo alusión al impacto que podría generar la movilidad internacional, más allá de los casos que impliquen a misiones militares como la de los cascos azules en el Congo.
El virólogo explicó que el clado 1b, la cepa de mayor circulación del virus actualmente que activó esta alerta de OMS, tiene dos mecanismos de transmisión: contacto directo con la piel o con objetos contaminados; y el contacto sexual; que en África ha impactado más en mujeres y niños. Mientras que el clado 2, responsable del brote de 2022, se transmitió "prácticamente" solo por la vía sexual, entre hombres.
"Desde el punto de vista virológico se empezó a ver una modificación en la transmisión de clado desde setiembre de 2023, que llamó la atención. El nuevo clado (1b) podría ser más transmisible entre humanos, una característica que no era típica", señaló el experto.
"Nos encontramos en un escenario nuevamente de incertidumbre”, destacó a su turno la epidemióloga Lucía Alonso, sobre el avance de la enfermedad que si bien no es nueva, porque el primer caso se detectó en el Congo en 1970, afectaba un área “muy restringida”, pero desde las modificaciones de 2022, comenzaron a notar que la epidemiología “había cambiado”.
Consultada por El País sobre las probabilidades de que se registren casos a nivel local, Alonso sostuvo que es "el riesgo que tiene cualquier país de introducción por la movilidad internacional".
Con el clado 1b, la cepa emergente, se ha visto una “aceleración sostenida de la velocidad de transmisión”, principalmente en el Congo, pero “con múltiples brotes simultáneos, con características distintas”, y en países de la región centroafricana que “nunca” habían tenido casos.
Esta nueva variante, considerada “potencialmente más virulenta” y capaz de causar una enfermedad “más grave”, ha sido la razón “principal” de la segunda declaración de emergencia de OMS en dos años.
Alonso recordó que los pacientes con viruela del mono presentan primero “malestar, cefalea, dolor de espalda, dolor en los músculos, agrandamiento de los ganglios linfáticos y erupción cutánea que es característica y que va evolucionando a lo largo de los días, acompañado de fiebre”.
El antecedente de contacto o haber viajado a una zona endémica donde existe transmisión en los últimos 21 días “transforma a ese caso sospechoso en un caso probable, y en todas las situaciones se aconseja el testeo porque es una enfermedad que requiere confirmación laboratorial y genómica”, con un test PCR, para determinar el clado y un tratamiento.
Los pacientes de mpox deben permanecer “aislados” mientras dure la enfermedad, esto es hasta que todas las lesiones, incluyendo la zona genital, se “descaman”, y la piel se encuentre sana nuevamente.
La experta señaló que “no está recomendado de forma preventiva ningún medicamento ni antiviral específico para poder evitar la enfermedad”. Y enfatizó que la población “no debe buscar medicamentos especiales para mpox, ni acceder a ellos en forma precoz o preventiva”, y en caso de padecer la enfermedad “seguir la orientación médica”.
Por su parte, la inmunóloga María Moreno explicó por qué pudo darse ahora una aparición más continua de brotes. “Puede estar relacionado con la baja en la inmunidad de la población porque ya no nos vacunamos", desde los años 80’ cuando la viruela fue erradicada en humanos, indicó.
“Por lo tanto, empieza a aparecer una gran proporción de población que no tiene inmunidad contra esta viruela, y es posible entonces la frecuencia más grande en la aparición de brotes, y probablemente lo sigamos viviendo”, añadió Moreno.
Las dos vacunas disponibles contra la viruela del mono “no son diseñadas para el mpox, sino originalmente para la viruela, las antivariólicas que usamos durante muchos años”, explicó la experta, de manera que generan “protección cruzada en toda la familia de Orthopoxvirus”.
Moreno añadió que se tratan de dosis con virus atenuado, que necesitan ser producidas en cultivos celulares para que se repliquen, lo que limita su fabricación.
Para superar esto, en los últimos dos años hubo varios desarrollos vacunales, por ejemplo, con ARN mensajero -más fáciles de producir- para así aumentar el stock, tal como pidió la OMS. No obstante, las nuevas plataformas requieren de la aprobación, aunque sea de emergencia, de los entes sanitarios reguladores.